Mientras los contagios de coronavirus crecen y crecen diariamente hasta conseguir récords históricos debido a la variante ómicron, más contagiosa que las anteriores cepas aunque con síntomas mucho menos graves, uno de los proyectos estrella del Gobierno para detectar y acotar los brotes sigue haciendo aguas.
En agosto de 2020, tras varias intentonas y con alguna que otra rencilla entre Ejecutivo y comunidades autónomas que pretendían tener su propia aplicación de detección de casos, Pedro Sánchez presentó en sociedad Radar Covid, con la firme intención de que los ciudadanos registraran su positivo por coronavirus a través de la nueva plataforma y que sus contactos estrechos fuesen notificados de la nueva situación.
Cataluña y Madrid no dieron luz verde a la aprobación de Radar Covid hasta el pasado octubre de 2020, con una demora de casi dos meses más que el resto con respecto a otras comunidades autónomas. Dichas CCAA tardaron más de lo esperado para desarrollar la numeración que el médico debía proporcionar a los positivos, provocando el retraso comentado.
Pero con más de medio año de vida, la esperanza de reducir los positivos gracias a la aplicación se ha diluido como terrón de azúcar en café hirviendo. Según consta en los registros oficiales de la app, los españoles han notificado 96.586 positivos a través de la aplicación desde el 19 de agosto de 2021. Una cifra ínfima comparada con el número de descargas de la aplicación, que rebasa los 8,3 millones.
Estas cifras son ridículas si las comparamos con el contexto actual. Desde que entrara con fuerza la variante ómicron se notificaron más de 100.000 casos diarios en la última semana. Es decir, que la app creada por el Gobierno no detecta desde su creación ni siquiera los positivos de un solo día de la sexta ola.
Otro de los puntos negros de la aplicación es el poco interés que se tiene por actualizar los datos. La última actualización se produjo el día 2 de enero. Pero antes de esta última revisión, Radar Covid estuvo más de 12 días sin tener nuevos datos.
Indra se lleva el premio
En la parte económica el Gobierno tampoco puede mostrarse netamente orgulloso. Indra, empresa en la que el Estado posee el 18% y que cambió de presidente por petición de la Sepi, cogió el testigo de desarrollar la aplicación Radar Covid. Para ello, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha destinado casi dos millones de euros.
El grupo se adjudicó vía proceso de emergencia y negociado sin publicidad la puesta en marcha de esta tecnología por un total de 330.537,5 euros (IVA incluido), según se desprende de la resolución del contrato publicado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. La compañía se puso a trabajar en la plataforma hace justo un año.
A finales de 2020, el Gobierno regó con un 1,7 millones de euros las cuentas de Indra por el mantenimiento, soporte y evolución de la app de rastreo con un plazo de 24 meses. El Ministerio de Asuntos Económicos argumentó que Indra era la empresa idónea puesto que era “la única compañía que puede responder de forma inmediata y realizar la prestación en el plazo requerido, teniendo en cuenta la experiencia que ha adquirido estos meses en relación a esta aplicación».
“La tecnología puede salvar vidas”, llegó a decir Pedro Sánchez en la presentación de la plataforma. Meses más tarde dio por hecho que el resultado no era el esperado por una aplicación que estaba destinada a ser la protagonista para decir adiós al coronavirus.
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