Los precios llevan sin dejar de subir desde enero de 2021. En 2020 cayeron, pero el pasado año comenzaron una escalada que aún no ha terminado. La inflación creció un 6,1% en enero, según el dato que ha publicado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Influyen los precios del petróleo, las crisis logística que ha encarecido el coste de los contenedores marítimos y la electricidad. No es de extrañar. Pero sí sirve de consuelo que este enero los precios han subido, frente al año anterior, algo menos de lo que lo hicieron en diciembre (6,5%). Aunque los expertos apuntan que no hay que confiarse: podría volver a cifras récord en los próximos meses.
Lo que más preocupa es la inflación subyacente, en la que no influyen los precios de la electricidad, puesto que ha crecido hasta su tasa más alta desde octubre de 2012, un 2,4%. Es decir, que estos altos precios de la electricidad ya no son los únicos culpables, porque ya se están trasladando al resto de la cesta de la compra.
Los precios de la vivienda han subido menos de lo que lo hicieron el mes pasado, sobre todo gracias al respiro de la electricidad, y lo mismo ha sucedido con los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, que el año pasado aumentaron su precio más que este mes. El ocio y la cultura también ha contribuido a relajar algo la escalada de los precios. Del lado contrario, el vestido y el calzado y el transporte son más caros que el año pasado, este último, por el alza de los carburantes y lubricantes.
El dato de enero del índice de precios de consumo (IPC), ya definitivo -el 31 de enero se conoció el dato provisional-, muestra que los precios llevan 14 meses sin dejar de subir y dos meses por encima del 6%, algo que no sucedía desde hace casi tres décadas. Pero de no haberse rebajado el impuesto especial sobre la electricidad y de no haber variado otros impuestos (IPC a impuestos constantes) el IPC habría subido en enero un 7%.
En la cifra de enero el INE ha incorporado novedades metodológicas y ha variado la composición de la cesta de la compra, es decir, de los productos y servicios que utiliza para medir cuánto han subido o bajado los precios. Este periódico ya explicó en detalle qué entraba y qué salía de la cesta: por ejemplo, salieron los CD y DVD y los preservativos y entraron las mascarillas higiénicas.
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