El gas es un bien preciado, necesario y hoy, con un suministro amenazado de tensiones internacionales, algo incierto. En España las autoridades han insistido en que la posible invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas que lidera Vladimir Putin no pondrá en riesgo el suministro en nuestro país. El control de su precio, es otra cuestión. España importa la mayor parte del gas natural que consume pero lo hace en un porcentaje inferior al 10% desde Rusia. Casi un tercio de nuestro gas procede de Argelia y otro monto importante de mercados como Estados Unidos, Nigeria o Qatar. Pero además, existe otro pilar estratégico para asegurar su suministro: las despensas o almacenes subterráneos de gas con los que cuenta nuestro país.
Se encuentran a dos kilómetros bajo tierra o mar y disponen de una capacidad total de almacenaje hasta casi 5.800 millones de metros cúbicos de gas. Los tres puntos de almacenamiento fundamental se encuentran en Euskadi, en la plataforma 'La Gaviota', a ocho kilómetros de la costa de Bermeo. En la localidad de Brihuega, en Guadalajara, se encuentra el almacenamiento de Yela, un acuífero salino fósil situado a 2.300 m de profundidad. Por último, en Huesca, está ubicado el almacén de gas subterráneo de Serrablo. Los tres están gestionados por Enagás. Además, existe un cuarto almacén, Marismas, que hasta ahora lideraba Naturgy.
Este tipo de instalaciones se caracterizan por almacenar gas en el subsuelo aprovechando antiguos yacimientos, acuíferos profundos o cavidades generadas en formaciones salinas. En todo el mundo existen cerca de 700, algunos de ellos en puntos emblemáticos como el existente en pleno centro de la ciudad de Berlín.
En nuestro caso, la base que contará con mayor capacidad de almacenamiento será 'Gaviota'. Ya está en marcha el proyecto ALGA 1.600 por el que se duplicará la capacidad de almacenamiento. Este yacimiento marino fue uno de los que mayor extracción de gas aportó a España durante los años 80. En 1983 la producción española se disparó hasta alcanzar cinco años después la cifra récord de 16.000 GWh. Hoy 'Gaviota' está prácticamente agotada pero se ha reconvertido en almacén de gas.
Consumo importado
'Gaviota' es uno de los pocos almacenamientos offshore que existen en el mundo. Este tipo de infraestructuras, que combinan instalaciones
en tierra y mar, requieren de una logística y un mantenimiento específico. Sus instalaciones, ancladas al fondo marino a más de 2.000 metros de profundidad, están conectadas por gasoducto con una planta de tratamiento en tierra. 'Gaviota' está capacitada para ofrecer un caudal estable durante la mayora parte de la temporada de producción.
El primer almacén subterráneo de España fue Serrablo, en Huesca. Combina dos yacimientos independientes, Aurín y Jaca, lo que le permite una gestión individualizada y una mayor flexibilidad. Su capacidad de almacenar el llamado "gas operativo" alcanza los 680 millones de m3. El almacén de mayor capacidad es por ahora Yela, con 1.050 millones de m3. Por su ubicación estratégica, en Guadalajara, la zona centro de la península, se convierte en una infraestructura clave para el suministro.
El consumo de gas en nuestro país fue el año pasado de 27.345 GWh, la mayor parte importado. La capacidad de importación de gas es muy reducida, apenas 5.600 GWh el año pasado.
Los almacenamientos subterráneos son infraestructuras clave en la cadena de valor del gas natural. Permiten ajustar la oferta a la demanda y hacer
frente a las puntas de consumo. En España, con la implantación de la normativa europea de balance, los almacenamientos subterráneos tienen un papel relevante como herramienta a disposición de las comercializadoras para equilibrar su balance en la red de transporte.
Inyección y extracción de gas
En los almacenamientos subterráneos como los de Yela, Serrablo y Gaviota se llevan a cabo dos procesos fundamentales: inyección y extracción de gas natural. Durante el proceso de inyección el gas natural que procede de la red básica de gasoductos se comprime para poder inyectarlo en formaciones profundas. El gas inyectado, que ocupa un volumen mucho menor que en superficie, desplaza el agua que rellena los poros de la 'roca almacén', que está sellada por una capa superior de roca impermeable.
En la fase de extracción, el gas natural se extrae del almacenamiento y se trata con el fin de que cumpla con las especificaciones requeridas para su transporte por la red básica de gasoductos (punto de rocío de agua, punto de rocío de
hidrocarburos, poder calorífico superior, etc.). Finalmente se odoriza antes de su envío a la red.
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