La invasión de Rusia a Ucrania amenaza con provocar una subida de precios en los supermercados. Aunque las cadenas han tratado de hacer a lo largo de los últimos meses un ejercicio de contención para no trasladar el alza de costes al consumidor final, la coyuntura actual está tensando sus cuentas.
"Durante 2022, la subida de los precios afectará a fabricantes y distribuidores, que hasta ahora habían tratado de contenerla, por lo que dicho incremento se trasladará al consumidor final", apuntaba esta semana Bernardo Rodilla, director de la división de Retail en Kantar WorldPanel, en la presentación del informe sobre previsiones de la distribución.
Con el conflicto en Ucrania, los expertos están convencidos de que se va a mantener la situación inflacionista. Y muchos grandes fabricantes ya contemplan subidas en el importe de sus productos, con lo que meten más presión a las cadenas de la gran distribución.
"La competitividad que hay en la distribución española lleva a pensar que seguirán intentando contener precios en la medida de lo posible, pero sin duda habrá un incremento con la situación actual en Ucrania", insistía Rodilla.
Además, al margen del incremento de las materias primas y algunos productos, la clave está en el coste de la energía. "Al final esto repercute mucho para los supermercados. Tener encendidas las cámaras continuamente puede ser lo que más impacte en los precios", opina.
En el caso de España, además, la nueva normativa aprobada por el Gobierno en materia de transporte de mercancías por carretera ha puesto de uñas a los cargadores y podría repercutir en una posible subida de precios. En este sentido, desde la patronal Aecoc, aseguran que "las medidas, que entrarán en vigor dentro de seis meses, son de muy difícil cumplimiento y tensionarán aún más la cadena de suministro en un escenario marcadamente inflacionista".
La patronal que agrupa a grandes compañías como El Corte Inglés, Carrefour, Mercadona, Nestlé o Damm considera que "algunas de las medidas propuestas supondrán una drástica pérdida de competitividad para el tejido empresarial" y que "el nuevo reglamento se ha aprobado de urgencia, sin diálogo con los usuarios del transporte y sin una valoración real de su impacto en un contexto de máxima complejidad como el actual".
Cadenas de suministro
El conflicto de Ucrania amenaza con seguir complicando la ya de por si tensa situación en las cadenas de suministro que ha provocado la pandemia. Ahora mismo, los sectores económicos más expuestos son la alimentación, la automoción, la tecnología y el sector energético.
"La economía europea no tiene un elevado número de proveedores rusos y ucranianos en su primer nivel de relaciones. Sin embargo, éstos van ganando protagonismo a medida que se escala en las cadenas de suministro y, más especialmente, cuando llegamos a las materias primas que favorecen el proceso productivo", destaca el presidente de UNO Logística, Francisco Aranda.
Según la patronal, "la alimentación puede verse afectada porque la guerra enfrenta a dos países muy relevantes en la producción de cereales como el trigo, el maíz, el centeno o la cebada, que están presentes en numerosos productos comestibles, tanto para la nutrición humana como animal”.
De hecho, Rusia es el primer país en exportaciones de trigo, mientras que Ucrania suministra el 35% de todos los cereales que entran en la Unión Europea. De momento, el conflicto ha provocado que algunos supermercados de nuestro país hayan tenido que racionar la venta de aceite de girasol, ante el acopio de algunos consumidores por el temor al desabastecimiento.
Algunas compañías de distribución como Eroski, Makro o Mercadona están "adoptando medidas de limitación de venta de aceite de girasol debido al comportamiento atípico del consumidor que se ha producido en las últimas horas", señalaba este viernes en un comunicado la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).
Pero al margen de la alimentación, ambos países en conflicto son abastecedores relevantes de metales que intervienen en la fabricación de automóviles, dispositivos tecnológicos y electrodomésticos.
"Rusia acumula casi un 10% de las reservas mundiales de aluminio, níquel y cobre; asimismo, produce un 40% de todo el paladio, que es un elemento básico para la industria automovilística", comenta Aranda. "Por su parte, Ucrania es un gran proveedor de níquel, que se utiliza en la producción de los chips electrónicos", añade.
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