Su factura energética siempre ha sido abultada. Ahora se ha hecho casi insostenible. La situación ha hecho que en algunos casos sea más barato parar, no producir, que hacerlo pagando la factura energética. Los primeros eslabones de la economía están sufriendo de manera grave el importante incremento de los precios de la electricidad, del gas y del petróleo que la crisis en Ucrania está acelerando. Las llamadas industrias electrointensivas están teniendo que afrontar esta crisis en una delicada situación que ha provocado algunas de las grandes siderurgias de nuestro país tengan que cerrar sus plantas temporalmente o paralizar la producción en determinadas franjas horarias, las más caras.
La situación, en palabras del director general de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE), Fernando Soto, es “catastrófica”. El precio de la electricidad alcanzó ayer los 545 euros por MW/h de precio medio con picos que los dispararon hasta los 700 euros. El sector metalúrgico, el químico, el siderúrgico o el vinculado con la producción de gases industriales son algunos de los que concentran a los mayores consumidores de energía. Regiones como Asturias, Euskadi o Cataluña concentran el mayor número de estas industrias.
En la AEGE se agrupan 25 compañías, las principales grandes consumidoras de energía en España, que cuentan con un total de 74 plantas distribuidas por todo el país. De ellas dependen de modo directo o indirecto algo más de 186.000 empleos. Se trata de industrias en las que en el proceso de producción el consumo energía absorbe un elevado porcentaje del coste. Sólo estas 25 compañías consumen el 9% del total de electricidad demandada en España, lo que equivale a casi 19 TWh en electricidad y algo más de 16 TWh en gas.
El presidente de AEGE advierte de que ante “esta situación antes nunca vista” el Gobierno debe reaccionar y adoptar medidas que permitan compensar ese incremento del precio de la electricidad y el gas. La abultada factura energética está haciendo menos competitivos a estos sectores en su pugna con sus principales competidores: Alemania y Francia: “El sobrecoste en suministro energético que vamos a pagar respecto a ellos es de más de 3.000 millones de euros”.
Menor competitividad
Además de dañar la competitividad de las industrias españolas, también tendrá un efecto negativo en el proceso de descarbonización en marcha. Soto asegura que en muchos casos las inversiones prevista para avanzar en este camino se han visto ralentizadas o paradas para poder sufragar el sobrecoste eléctrico, imprescindible para no detener la producción. Soto recuerda que ayer y hoy varias plantas siderúrgicas optaron por detener su producción o por reducirla de modo significativo para poder compensar el repunte de precios. Una paralización que pueda continuar en el tiempo si no se logra revertir la situación de tarifas disparadas.
El presidente de AEGE pide al Gobierno que tome medidas urgentes “como en otros países” para respaldar a estos sectores que en muchos casos suponen uno de los primeros eslabones de la cadena productiva.
El País Vasco es una de las comunidades autónomas donde la industrialización define mejor su tejido productivo, con un peso de algo más de un 25%. En Euskadi operan industrias como Arcelor, Sidenor, Tubos Reunidos, Olarra o Tubacex, todas ellas grandes consumidoras de energía. En algunos casos recientemente lograron cerrar acuerdos de suministro eléctrico por largos periodos y a precios estables que les permiten ahora una mayor estabilidad para sobrellevar la situación actual.
"Emergencia sanitaria"
La consejera del Gobierno vasco, Arantza Tapia, advirtió ayer de que la situación es de “emergencia energética”. Si la situación no se logra recomponer y se busca una salida a la espiral de precios muchas compañías se verían abocadas al cierre, avanzó. Siderúrgicas como Arcelor Mittal ya ha tenido que parar alguna de sus plantas, como la de Olaberria, dedicada a la producción de vigas de construcción y que a primera hora de ayer paralizó su producción. Recientemente hizo lo propio con la de Sestao ante el aumento del precio de la luz. Después de tres meses sin actividad, hace apenas cinco días retomó su actividad. Ahora, la compañía se plantea volver a paralizar la actividad.
Además de la paralización de la producción existe un riesgo cierto de deslocalización de algunas compañías que ya estudian trasladarse a Francia, donde los precios son muy inferiores a los de la electricidad en España.
Tapia también reclama al Gobierno medidas y a la UE para poder dar pasos que faciliten una reducción de precios. Entre ellas, desvincular el precio de la luz al precio del gas o que se puedan otorgar ayudas a algunas compañías sin que estás puedan ser calificadas como ayudas de estado. Sin embargo, la situación no parece que vaya a solucionarse a corto plazo. Estados Unidos ya a anunciado que prohibirá la importación del gas y petróleo ruso, al igual que el Reino Unido.
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