"En casa del herrero, cuchillo de palo". Uno de los manifestantes presentes este martes en la madrileña plaza de José Moreno Villa, ante la sede central de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, resume con este refrán la situación de su gremio. Irónicamente, el cuerpo que debe luchar contra la precariedad laboral que Yolanda Díaz promete extinguir está en los huesos. Y lucha porque la ministra lo escuche.
Por primera vez en su historia, los inspectores de Trabajo, los subinspectores y también el personal técnico y administrativo del cuerpo irán a la huelga, de 24 horas y convocada para toda la plantilla. También será la primera huelga de trabajadores del sector público a la que va a enfrentarse este año el Gobierno de Sánchez, en plena escalada de la tensión social por la subida de los precios.
El personal de la Inspección de Trabajo se ha manifestado este martes en todos los centros de España como antesala al parón del próximo día 30 de marzo. Y lo hace para protestar por la falta de personal y medios del organismo, pero sobre todo para exigir a la ministra Yolanda Díaz que cumpla con el acuerdo al que llegó con el colectivo el pasado mes de julio.
Advierten: sin refuerzo, la reforma laboral es un discurso vacío
"Puede llenarse el BOE de normas y compromisos y pueden seguir inflándose los discursos de todo lo que ya hemos hecho y de todo lo que nos resta por hacer desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, pero en la situación en la que estamos actualmente, con los déficit que se soportan en esta institución, se trata de normas, compromisos y discursos vacíos", ha leído el portavoz de los inspectores de CSIF, Miguel Ángel Montero, pidiendo también a Trabajo que "devuelva la dignidad" a los inspectores.
En España hay 858 inspectores de trabajo, 994 subinspectores y 924 efectivos de personal administrativo en este organismo. El ratio es de solo un inspector o subinspector por cada 15.000 trabajadores, mientras que la media de la UE es de uno por cada 7.000. Los manifestantes consideran la proporción muy por debajo de lo razonable, especialmente, en un momento en que el Ministerio les pide cada vez asumir más tareas: aseguran que la carga de trabajo se ha multiplicado por siete.
Para hacer frente a esta disparidad, los representantes de los trabajadores se reunieron con el Ministerio durante toda la primera mitad del pasado año. El acuerdo al que llegaron en julio, que consideraron de mínimos, contemplaba cierto refuerzo del personal y mejoras salariales para algunos niveles profesionales, así como una equiparación salarial que la plantilla considera necesaria.
Un pacto que ocho meses después no se ha aplicado
Pero ocho meses después, el pacto no se ha materializado. "No deja de sorprender la cerrazón del Gobierno a la hora de legitimar el grupo de medidas
pactadas y la falta de coraje de la dirección del Ministerio que se muestra incapaz de poner en valor su propio acuerdo", aseguran los convocantes. Y es que Trabajo mantiene que la burocracia es lenta y pide que tengan paciencia, al tiempo que culpa al Ministerio de Hacienda, que debe ratificar lo acordado.
Mientras no sea así, ocho organizaciones sindicales, la mayoría de las que existen en el sector, salvo una, irán a la huelga el próximo miércoles. En concreto, la apoyan CCOO, UGT, CSIF, el Sindicato de Inspectores de Trabajo, la Confederación Intersindical Galega (CIG), la Federación Estatal de Subinspectores de Empleo y Seguridad Social (FESESS), el Sindicato de Subinspectores Laborales de Seguridad y Salud (SISLASS) y la Unión Progresista de Inspectores de Trabajo (UPIT). El Sindicato Estatal de Subinspectores de Empleo y SS (Seslaess) ha decidido no sumarse.
Los inspectores de Trabajo ya han explicado en otras ocasiones a este medio otros problemas que sufre el cuerpo, más allá de la falta inmediata de personal, como el escaso atractivo que presenta el cuerpo para los jóvenes, que año tras año prefieren estudiar otras oposiciones y dejan las de esta Inspección vacías. Así, optan más por entrar a formar parte de Hacienda, o para ser fiscales, jueces o administradores civiles del Estado, un frente que los manifestantes creen que también debería abordar Trabajo.
Sobre todo, si pretende que llegue a algún sitio la reforma laboral, o el resto de normas en materia de trabajo que Díaz ha impulsado a lo largo de los últimos años. "Pero reforzar la inspección no da votos, los da decir que has aprobado una nueva reforma laboral. Aunque ni se aplique", lamentaban algunos manifestantes este martes en Madrid.
Por otro lado, este miércoles, los sindicatos CCOO y UGT, las asociaciones de autónomos UATAE y UPTA y las de consumidores y vecinos FACUA y CEAV se manifestarán en todo el país contra la subida de los precios, bajo el lema «Contener los precios, proteger el empleo, frenar el deterioro de nuestras condiciones de vida». El Gobierno no tiene previsto aprobar medidas para paliar el impacto de la guerra de Ucrania en la economía española hasta la próxima semana, a pesar de las reivindicaciones de diferentes sectores, que claman estar al límite.
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