España decidió este mismo viernes dar un importante giro a su política exterior respecto a Marruecos después de 40 años. El alineamiento con Rabat respecto a la autonomía del Sáhara, además de consecuencias políticas, tendrá repercusiones en sectores estratégicos como es el energético. Algo que choca de lleno con los intereses que tiene Pedro Sánchez y los de Teresa Ribera.
Según narran fuentes conocedoras de la situación, la relación entre presidente del Gobierno y vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, ha vuelto a sufrir un nuevo sobresalto. Ribera entiende que la estabilidad de suministro podría deteriorarse si Argelia decide tensar las relaciones diplomáticas con España.
A pesar de que fuentes del sector gasístico sostienen que "Argelia es un socio sólido y serio" y que este conflicto diplomático puede generar cierta crisis institucional, no ven "peligrar" los contratos que tienen a largo plazo España, el apoyo a Marruecos hace desestabilizar las buenas relaciones que Transición Ecológica forjaron el pasado mes de octubre cuando Ribera viajó de urgencia para llegar a un acuerdo por el cierre del gasoducto que atravesaba por Rabat.
Fuentes del sector señalan que esta nueva estrategia podría suponer ciertas reticencias por parte de Argelia en el suministro, teniendo en cuenta el histórico choque con Marruecos, que terminaron por el corte de suministro de gas a través del gasoducto Magreb-Europa, aislando de esta forma a su vecino, una situación que no se ha revertido todavía.
A día de hoy, Argelia sigue manteniendo su postura y no suministra gas a través del gasoducto marroquí , cuya concesión se otorgó a Europe Maghreb Pipeline Limited (EMPL), propiedad de Naturgy y Galp y el Gobierno de Marruecos. Dicha infraestructura era una de las principales puertas de entrada de materia prima hasta nuestros depósitos ya que pasaban unos 200 billones de metros cúbicos.
Este distanciamiento viene precedido del que han tenido en las últimas semanas a raíz del inicio de la guerra. Con la crisis de escasez de gas ante la dependencia de Rusia, Pedro Sánchez, tal y como narró este periódico, quiere ganar cuota dentro de la Unión Europea con el rescate del proyecto Midcat, un anhelo que Bruselas lo ha tumbado en reiteradas ocasiones. El líder del Ejecutivo considera que es una oportunidad de oro para dar un paso adelante en la Unión Europea. El poder dotar de infraestructuras y energía en unos años tan cruciales como los que están por llegar, le darían una victoria política indiscutible”, señalan fuentes del sector energético.
Por su parte, la ministra Ribera entiende que España debe seguir avanzando en su camino a la transición verde y que, por tanto, acometer inversiones y fomentar el uso del gas iba contra su hoja de ruta.
Cambio de proveedor
Argelia, principal suministrador de gas en España con casi el 40% de las importaciones que tiene nuestro país, se mantiene firme en su postura diplomática y ha hecho público su descontento por el cambio con Marruecos y podría poner en serios apuros a las reservas nacionales de materia prima.
En concreto, de acuerdo al boletín estadístico anual de hidrocarburos de Cores, la media anual rozaba el 40% hasta 2021, cifra que descendió hasta el 27% debido al cierre del gasoducto que pasaba por Marruecos. Cabe recordar que el gas que pasaba por nuestro país vecino (con origen en los campos saharianos de Argelia) dejó de fluir el 31 de octubre, tras la ruptura del contrato de suministro que mantenía el coloso argelino Sonatrach con Naturgy.
No obstante, España cambió curiosamente su proveedor de importaciones de gas durante febrero. Tan solo un mes antes de anunciar su apoyo a Marruecos, que implícitamente supondría una confrontación directa con Argelia. Así, de acuerdo al informe mensual de Core, nuestro país compró 9.620 GWh, lo que supone un retroceso del 37,3% frente al mismo período del año anterior. Todo lo contrario que en Estados Unidos que, según el mismo documento, ha conseguido ser el principal proveedor con 13.103 GWh; 34,6% del total) desde que se dispone de datos (2004).
Estados Unidos, atento al Sáhara
Estados Unidos, en plena crisis con Argelia, tampoco pierde la mirada política. El país norteamericano mantiene buenas relaciones con Marruecos y lo considera un socio estratégico, todo lo contrario que a Argelia.
La Administración de Joe Biden reiteró el pasado viernes que el plan de Marruecos para el Sáhara Occidental es una iniciativa "seria, creíble y realista", siguiendo la línea de su antecesor Donald Trump, que reconocía la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. De hecho, hasta que España cambiara su postura, EEUU era la única potencia occidental en reconocer el Sáhara como territorio marroquí.
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