España tiene decidida acometer una profunda renovación en el sistema energético. Eso sí, lo podrá hacer hasta donde pueda porque las reglas del juego así se lo impiden. El mercado único mayorista eléctrico europeo es un muro imposible de atravesar para el Gobierno. Este viernes, los 27 países integrantes de la UE debatirán abiertamente la reforma energética y las medidas que se deberán tomar para frenar los precios energéticos, que se han disparado por culpa del gas.
Según fuentes gubernamentales, España va a llevar en su mochila una batería de medidas para frenar esta escalada en los precios que se notarán “inmediatamente en la factura de los clientes”. Entre ellas, figura la de poner un precio máximo al megavatio al precio de la electricidad. Finalmente, el Ejecutivo no topará el precio del gas, si no que pondrá coste máximo al precio al megavatio ofrecido por los ciclos combinados. Es decir, que aunque las plantas que generan electricidad a través del gas oferten por encima de la cantidad establecida, se les pagará el coste estipulado por el Gobierno.
Esta solución tendrá como consecuencia que las plantas de ciclo combinado venderán su electricidad a pérdidas ya que, según se encuentra el mercado del gas, la materia prima estará por encima del precio que marcará el Estado. Tal y como detallan las fuentes gubernamentales, el coste de los ciclos está “desvirtuado” por los costes de la materia prima, que se ha disparado por el conflicto en Ucrania. Pero si se pone un precio “tope'' a estas ofertas “caerían los precios en las subastas de manera inmediata”.
Para que las compañías no generen energía a pérdidas, el Gobierno maneja diversas opciones, tal y como explican fuentes oficiales. La primera de ellas es abonar la compensación ‘ex post’ vía presupuestos generales, en las que se sacaría una cantidad determinada que iría destinada a las plantas que generan electricidad a través de esta tecnología.
Pero la segunda de ellas afectaría directamente a los consumidores. Fuentes gubernamentales señalan que no se descarta que sea el propio sistema eléctrico el que asuma este ajuste. Así, los clientes pagarán la diferencia entre el precio que marcará el Gobierno a las plantas de ciclo combinado y el coste real. No obstante, las mismas fuentes aseguran que “de momento” no existe una decisión tomada y emplazan al 29 de marzo, fecha en la que se conocerá el plan diseñado para hacer frente a los costes derivados de la guerra en Ucrania.
Las eléctricas, contra esta medida
A pesar de que el Gobierno planteó en un momento topar el precio del gas, finalmente se pondrá un límite al precio de la luz. Una decisión que no gusta al sector eléctrico puesto que “no ataja de raíz el verdadero problema que es el gas”, señalan fuentes del sector eléctrico. Si bien empresas y Gobierno se vieron las caras, las diferencias aún existen y las eléctricas piden que no se tope el coste de la luz y sí el del gas.
De hecho, Iberdrola ha tomado las riendas y envió una carta conjunta con Enel y EDF pidiendo a la Comisión Europea que intervenga el mercado gasístico. “Creemos que necesitamos un tope en toda la UE para que los precios del gas vuelvan al menos a los niveles de precios anteriores a la crisis”, señala la misiva remitida a Bruselas.
En el escrito también se añade que “la verdadera solución a la actual crisis de precios no vendrá de cambios mal concebidos en el diseño del mercado de la electricidad ni de la captación de beneficios adicionales inexistentes” y que “las intervenciones descoordinadas en el mercado distorsionan y acaban destruyendo el mercado integrado de la electricidad, que se basa en una norma común de formación de precios en toda la UE”.
La presidenta de la patronal de las eléctricas, aelec, también elevó su voz este miércoles y y avisó a los gobiernos que “se debe entender que cualquier intervención en los mercados de la energía conlleva asociados una serie de efectos que son difícilmente gestionables y, por tanto, se deben minimizar los impactos que se generan”.
Debate intenso sobre los precios de la energía
Con todo, el presidente Pedro Sánchez sabe que el viernes va a tener duro trabajo para convencer a varios pesos pesados del eurogrupo que no quieren intervenir en el mercado eléctrico. Holanda y Alemania siguen siendo reticentes a la idea de que un estado tenga la potestad de marcar los precios de la energía ya que entienden que es el mercado el que debe marcar las reglas del juego. Además, el mix germánico depende mucho del gas para generar electricidad por lo que si se pone un precio máximo a los ciclos combinados sus compensaciones serán mucho mayores que las españolas.
Las fuentes gubernamentales se lamentan de que “Europa llegue tarde a este debate” y apelan al sentido de unidad en el que se debe mover la Unión Europea, asumiendo que es “complicado que haya un acuerdo total entre los 27 miembros” que conforman la UE. A s vez, recuerdan que “las medidas excepcionales no deben ser tomadas individualmente” para no crear inestabilidad en los mercados eléctricos.
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