La inflación es la pata de la economía que más está preocupando a los mercados y a los bancos centrales. Y buena prueba de ello es que la Reserva Federal de EEUU (Fed) subirá, previsiblemente, este miércoles los tipos de interés 50 puntos básicos, después de haber subido 25 en la última reunión. De cumplirse las expectativas de los mercados, esta subida doble se produciría por primera vez desde el año 2000. En aquel entonces Alan Greenspan presidía el organismo monetario.
Con esta subida, la Reserva Federal dejará latente que reducir la inflación, está en el 8,5% máximos de 40 años, es su prioridad, a pesar de que la economía estadounidense se contrajo un 1,4% anualizado en el primer trimestre del año, un 0,4% en comparación con el trimestre anterior. David Page, director de investigación macroeconómica de AXA Investment Managers, no espera que el crecimiento vuelva a contraerse en el segundo trimestre, “por lo que no creemos que esto marque el inicio de otra recesión”.
Para Page, este dato del PIB debe servir de advertencia a la Fed. Axa Investment Managers no modifica su previsión de crecimiento del 2,8% para este año, pero está por debajo del 3,2% del consenso, lo que mostraría una desaceleración, “que se traduce en un mercado laboral más flojo, ese sería el resultado exacto que la Fed está tratando de lograr”. Ante este escenario, “la Fed podría no tener que endurecer su política de forma tan agresiva para controlar las perspectivas de inflación a medio plazo”.
En la actualidad, el mercado prevé unas 10 subidas de tipos hasta febrero de 2023. En consecuencia, es muy probable que para entonces los tipos se coloquen en torno al 2,75%. Por el momento, el mercado descuenta la subida del 0,5% para esta reunión como medida para luchar contra la inflación. “Jerome Powell (presidente de la Fed) no descarta una subida de tipos mayor, es decir de 75 puntos básicos, si fuese necesario, aunque no es algo que esté sobre la mesa”, apunta François Rimeu, estratega senior de La Française AM.
Gergely Majoros, miembro del Comité de Inversión de Carmignac, se muestra de acuerdo en que la subida de 75 puntos básicos a largo plazo cobra más peso. Majoros destaca que la estabilidad de los precios se está produciendo en las últimas semanas, pero esta evolución no debe hacer, al menos a corto plazo, que la Fed modifique su actual postura agresiva, “aunque hayan aparecido en el horizonte los primeros factores desinflacionistas: un dólar fuerte y un yuan que se deprecia”.
Pero sí que se verá en la rueda de prensa es que Powell dejará claro que el ritmo de endurecimiento de la política monetaria dependerá de los datos. Rimeu asegura que el presidente del banco central reafirmará la necesidad de actuar rápido y el límite dependerá de las perspectivas de la inflación.
Por su parte, Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments, coloca la previsión de inflación en 4% a final de año, por lo que esperan que la Fed responda con una subida de 50 puntos básicos en cada una de las dos próximas reuniones. “Es posible que se acelere el endurecimiento antes del final del verano; después, vemos una trayectoria menos pronunciada de lo que los mercados prevén, con un tipo de interés máximo del 2,7% (frente al 3,2% implícito en las previsiones), ya que el debilitamiento de la economía en el segundo semestre exigirá más cautela”, asegura Zanghiere.
Por su parte, los expertos de BlackRock esperan que la Fed suba los tipos en esta próxima reunión, aunque reconocen que cumplirá con lo previsto en cuanto a la subida, pero tendrá que detenerse para evaluar la caída de la economía. “La normalización significa que es poco probable que los bancos centrales acudan al rescate para detener una desaceleración del crecimiento recortando tipos”, apuntan.
En esta reunión, Powell también debería anunciar el plan de reducción del balance. La Fed anunciará un endurecimiento cuantitativo al dejar de reinvertir los pagos del principal recibidos de su cartera de valores. Según las actas de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC en sus siglas en inglés) de marzo, el proceso implica un límite máximo mensual de 95.000 millones de dólares (60.000 millones de dólares para los bonos del Tesoro y 35.000 millones de dólares para los valores respaldados por hipotecas), con límites progresivos durante un periodo de tres meses o ligeramente más largo si las condiciones del mercado lo justifican.
Desde la Française AM esperan que la reducción de la tenencia de deuda comience en junio. François Rimeu, estratega senior de la gestora, espera que “la FED mantenga su tono hawkish (duro) pese a que los riesgos continúan con la estricta postura de China en cuanto al Covid o a la guerra en Ucrania”.
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