La fecha marcada en el calendario ya ha llegado. El Banco Central Europeo ya ha subido los tipos de interés por primera vez en once años y lo ha hecho de forma más agresiva a lo esperado. El organismo europeo ha anunciado una subida de 50 puntos básicos, por tercera vez en la historia del organismo.
Los tipos de interés más altos tienen repercusión en los estados por la alta deuda que tienen algunos, la de España está en el 118% del PIB, pero también en las empresas y en las familias, que pagarán más por sus deudas.
Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes Ltd., explica que unos tipos de interés mucho más altos “podrían tener implicaciones graves y de gran alcance en un mundo altamente endeudado”. Según cálculos del think tank Funcas, España deberá pagar entre 3.000 y 4.000 millones más en cinco años si en los próximos meses el BCE sube los tipos de interés medio punto. Si la subida de tipos finalmente fuese de un punto, los intereses a pagar serían el doble, de entre 6.000 y 8.000 millones.
Pero qué pasaría con las empresas y las familias, “la subida de tipos es negativa para las familias que están endeudadas a tipo variable porque van a tener que pagar más y para las que se quieren endeudar”, señala Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas. Para las empresas “es lo mismo”, ya que tienen que ir constantemente al mercado a financiarse, “y ese crédito ahora va a ser más caro”. Sin embargo, tal y como apunta Torres, la situación ahora es muy diferente a como era antes.
Antoni Cunyat, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, explica que la subida de tipos se produce para intentar que no haya una espiral de precios, pero va a afectar negativamente al consumo de las familias, sobre todo a las que tengan hipotecas a tipo variable, que “todavía es un porcentaje significativo”, aunque según los últimos datos, las hipotecas a tipo fijo están ganando terreno. Los datos del INE señalan que en el mes de febrero, hasta 15.338 personas con hipoteca solicitaron cambios en sus condiciones y de ellas, un 27,6% pidieron modificaciones en los tipos de interés, principalmente de tipo variable a tipo fijo.
Cunyat añade que las familias que decidan comprar una casa o pedir un préstamo al consumo lo van a tener más difícil porque será más caro endeudarse. Las empresas se van a ver con el mismo problema, ya que las que se financien verá como aumentan sus costes, por lo que “tendrán un impacto negativo sobre la inversión”, puntualiza el profesor de la UOC.
“El nivel de endeudamiento inicial no tiene nada que ver con el que teníamos en la crisis financiera, hay una reducción muy fuerte de las deudas tanto de las empresas como de las familias”, asegura el director de Coyuntura Económica de Funcas. Otro de los puntos diferentes es la propia inflación, que hay a empresas que benefician porque suben sus ingresos, ya que sus productos están más altos, pero “en el caso de las familias no es así, porque el salario no se ha ajustado tanto. Así que van a endeudarse perdiendo mucho más”.
Raymond Torres señala que hay sectores que están sufriendo mucho la crisis energética, por lo que la subida de tipos les perjudicaría mucho más. Ante esto, Torres apunta a una política fiscal que “ejerza una fuerza quirúrgica en estos sectores para que un problema microeconómico no se convierta en uno macroeconómico”.
Leticia Poole, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Europea de Valencia, considera que el Banco Central Europeo va tarde con la subida de tipos “no está siendo cauto”. Explica que desde EEUU están dando una imagen de seriedad y están consiguiendo que la revalorización del dólar frente al euro “estamos llegando casi a la paridad”. Para Poole esto supone una mayor responsabilidad, aunque confía que el organismo europeo pronto suba los tipos “porque la inflación puede generar una crisis más grande”.
La profesora de la Universidad de Valencia explica que para hacer frente a las crisis se ha puesto en marcha una política muy expansiva de creación de dinero y ahora ese dinero que se ha sacado cuando se necesitaba “sobra” porque la economía se ha reactivado. “La subida de tipos es una salida muy coherente, hemos financiado una recesión con inyección de moneda y ahora hay que retirarlo”, explica Poole.
¿Inflación o subida de tipos?
Los tres expertos lo tienen claro: es mejor una subida de tipos que una inflación desbocada. Leticia Poole, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Europea de Valencia, apunta que “esta inflación es una enfermedad y las medidas son dramáticas como subir los tipos de interés, pero es que si no seríamos más pobres” y por ello insiste en que para el ciudadano es mejor una subida de tipos.
Una afirmación con la que se muestra de acuerdo Raymond Torres. “Lo peor es perder poder adquisitivo. Es un efecto mayor que el de la subida de tipos”, asegura. Y es que tal y como explica Torres, la subida de tipos afecta a las personas y empresas endeudadas, pero “cuando bajan los ingresos reales no hay nada que hacer y afecta más a las personas más vulnerables”.
Cunyat por su parte señala que un pacto de rentas también es una solución para poder retener esa inflación. “Los trabajadores han perdido poder adquisitivo, por lo que el siguiente paso es pedir un incremento de los salarios, pero eso incrementa los costes de las empresas que querrán revertir en los precios y aquí es donde está el peligro de la espiral inflacionista y es muy costoso pararlo, pero se podría parar con ese pacto de rentas”, explica.
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