Vodafone España sigue perdiendo facturación en su principal segmento. Debido a la guerra de precios entre operadoras, la compañía ha confirmado que se ha dejado un 2% durante su último año fiscal debido a la " por la continua competitividad de precios en el segmento de valor, con una mejora gradual hacia el final del año fiscal, lo que refleja el continuo impulso para mejorar la fidelidad de los clientes".

No obstante, la filial española obtuvo un total de 4.180 millones de euros, lo que se traduce en un 0,3% más que el mismo período del año anterior. Este crecimiento, la empresa lo atribuye al mayor cobro del servicio de roaming a clientes y a los contratos firmados con empresas y administración pública.

El Ebitda en el año fiscal alcanzó 957 millones de euros, disminuyendo un 1,1%, debido a la caída de ingresos por servicio parcialmente compensados por ahorros de costes. Asimismo, el margen de Ebitda disminuyó en 0,3 p.p.

Como se mencionaba anteriormente, Vodafone ha sufrido otra vez en su cartera de clientes residenciales. La compañía no ha podido mejorar sus cifras en los contratos de clientes móviles y sigue situándose en 11,4 millones, mientras que los contratos de banda ancha se reducen hasta los tres millones (-164.000). La televisión, una de las grandes apuestas de la operadora al no contar con fútbol y crear un contenido de series y películas también ofrece números rojos, con 88.000 abonados menos durante un año.

Por otra parte, Lowi creció en 310.000 líneas en el año, hasta alcanzar 1,5 millones. Sólo en el cuarto trimestre la segunda marca de la operadora europea se hizo con 82.000 altas netas.

Estos resultados se produjeron en plena ola de negociaciones y fusiones en nuestro mercado. Vodafone estaba dispuesto a ser un "agente importante" a la hora de consolidar el sector en España. No obstante, se quedó sin pareja tras el acuerdo entre Orange y MásMóvil para crear la segunda operadora más importante en el negocio español.