Los precios han aumentado un 8% de media en lo que va de año, mientras que los sueldos que se han actualizado -amparando a 5 millones de trabajadores- solo lo han hecho un 2,36%, según los últimos datos disponibles. Los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo mes a mes, al ver cómo siguen percibiendo los mismos o prácticamente los mismos salarios aunque los productos y servicios se encarecen como nunca lo habían hecho en casi 40 años -un 9,8% en marzo, un 8,3% en abril-.
Esta es la razón por la que el Gobierno instó en marzo a las mayores organizaciones sindicales y de empresarios a llegar a lo que bautizó como un pacto de rentas. Se trataría, en abstracto -puesto que nunca llegó a concretarlo-, en un acuerdo para que, por un lado, los sueldos de los asalariados del país aumentasen algo ante la elevada inflación, aunque fuese menos que los precios, de manera que estos no perdiesen tanto poder adquisitivo. Y, por otro, para que los empresarios se comprometiesen a no trasladar este encarecimiento de sus costes laborales a los precios de los productos y servicios que ofrecen, lo que provocaría más inflación.
Casi tres meses después, los agentes sociales no han vuelto a tener noticias del Ejecutivo y desconocen cuál era su plan sobre este pacto de rentas, pero dan por hecho que ha sido del todo abandonado. A primeros de marzo mantuvieron la primera reunión con el Gobierno sobre el tema y este no ha vuelto a convocarles a ninguna otra. Tampoco saben cuál es el plan de Sánchez el respecto, si es que es alguno.
En paralelo, las mismas organizaciones -CCOO y UGT, del lado de los sindicatos, y CEOE y Cepyme, del de los empresarios- estaban negociando un documento, el Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva (AENC), pero han roto las discusiones ante la imposibilidad de llegar a un punto en común en este contexto de muy altos precios. El AENC es un acuerdo al que ambas partes llegan cada tres años donde se incluye una recomendación de cuánto deberían subir los sueldos de los trabajadores en los convenios colectivos que se renueven, entre otros aspectos, y que sirve de referencia para dichos negociadores.
El Gobierno está tratando el pacto de rentas "con muy poca seriedad"
En este sentido, fuentes de CCOO han explicado que el sindicato ha propuesto al Gobierno ligar determinados beneficios fiscales al pacto de rentas, buscando así incentivar un acuerdo entre las partes. En el sindicato consideran que el Ejecutivo, que en principio iba a ser impulsor de este pacto, podría haber vinculado alguna de las medidas que ha lanzado para contener el impacto de los altos precios a esta negociación, tanto algunas medidas fiscales como su herramienta para contener el precio de la electricidad o los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica, financiados con fondos europeos) que está anunciando.
"Podrían haber puesto encima de la mesa: si llegáis a un acuerdo salarial vestimos todo esto -el resto de medidas- de pacto de rentas. Entonces a lo mejor estábamos hablando de otra cosa", han apuntado. Porque ahora mismo el acuerdo salarial no está ni se le espera. En todo caso, las partes esperan quizá poder volver a reunirse para hablar del AENC en la segunda mitad del año.
El desacuerdo es claro, porque los empresarios consideran que no pueden subir los sueldos tanto como la inflación, ya que aseguran que las compañías también han sufrido el encarecimiento de los costes provocado por la guerra de Ucrania y que no pueden asumir esos incrementos. Por su lado, los sindicatos creen que los trabajadores deberían recuperar el poder adquisitivo que ahora están perdiendo, ya sea antes o después, como a final de año.
En esa línea, desde CCOO afirman que su propuesta al Gobierno no ha recibido ningún tipo de respuesta, y consideran que es "un error como país" porque el pacto es necesario: "Ahora más que nunca necesitamos un pacto de rentas". También consideran que el Gobierno ha tratado este tema "con muy poca seriedad".
Por otro lado, también creen que a consecuencia de esta inacción del Gobierno y falta de acuerdo con los empresarios "puede haber proceso conflictividad laboral segunda mitad año cierta importancia", avisando de que tensionarán los convenios colectivos para que los negociadores no acepten subidas salariales bajas. "Estamos delante de un polvorín", han afirmado, recordando que este jueves el sector del metal en A Coruña ha vivido su tercera jornada de parón. Ante la posibilidad de ir a una huelga general, por ahora dichas fuentes la descartan, ya que creen que es momento "de construir más que de destruir".
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