El hidrógeno verde es el nuevo maná. No hay semana que no se anuncie una inversión millonaria, un proyecto pionero o un descubrimiento técnico que nos acerque al futuro del hidrógeno verde. Tampoco hay político español que no se haya hecho ya una foto junto a un coche, un autobús o una instalación de hidrógeno verde. De Ayuso a Colau, da igual el signo político, todos apuntan hacia el futuro y señalan a esta energía. Por supuesto, el presidente del gobierno no ha fallado y Pedro Sánchez ha elevado el fenómeno a la categoría de “revolución energética e industrial”.
Instituciones, empresas, políticos y empresarios se deslizan por la alfombra de millones de los fondos Next Generation de la UE hacia un idílico futuro. El hidrógeno verde se ha convertido en la piedra filosofal a nivel político y empresarial. Desde que se lanzaron los fondos europeos que recogen una importante partida para el desarrollo de energías renovables, los gobernantes y compañías han focalizado sus esfuerzos en aumentar la implantación de esta fuente de energía.
La guerra de Ucrania ha provocado que el interés por el hidrógeno verde sea de capital importancia para los intereses de España. En el intento de que nuestro país se convierta en un hub energético, Sánchez busca el apoyo de la UE para desarrollar infraestructuras de interconexión.
El Gobierno entiende que si la Península Ibérica cuenta con un gasoducto que transporte dicha materia sería uno de los principales proveedores del Viejo Continente. ¿Pero es real este sueño? ¿Puede España convertirse en el gran productor de hidrógeno verde de Europa?
Los expertos consideran que tenemos los mimbres; fuentes de energía renovables para producir hidrógeno, capacidad de innovación y el aderezo de los millones de la UE. De entrada ha obrado el milagro de que todos los partidos políticos le sonríen. No es poca cosa.
Por qué es verde el hidrógeno
El hidrógeno no es verde, ese es el color que le etiqueta como producido sin energías contaminantes como el gas. El hidrógeno verde se produce a través de energías renovables y agua. En Madrid se proyecta con Canal de Isabel II una planta de hidrógeno con agua reciclada que han usado los madrileños, un proyecto de 24 millones de euros de los fondos europeos.
La apuesta por el hidrógeno como vector energético de futuro se recoge en el PERTE ERHA (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento) aprobado el pasado mes de diciembre. En ese contexto, España ya cuenta con una Hoja de ruta del hidrógeno renovable. Establece, entre otros, el objetivo de alcanzar 4 GW de capacidad de producción en 2030, un 10% del total de la UE. El PERTE pone el marco administrativo para el aterrizaje de los millones de los fondos europeos Next Generation.
El Ministerio de Transición Ecológica dirigido por Teresa Ribera considera que España tiene una gran ventaja competitiva para el desarrollo del hidrógeno renovable. Por ello, esperan que se convierta en un hub internacional de esta tecnología. Con todo, el PERTE dejará un reguero de 1.500 millones de euros para el hidrógeno verde, sin contar las inversiones públicas de comunidades autónomas y el Gobierno central. En total, unos 6.000 millones irán destinados para el crecimiento de este gas renovable.
Hidrogenar la economía
El sector privado supone el otro pilar para el desarrollo del hidrógeno verde con un inversión que ahora mismo es de 11.000 millones. Las empresas españolas ven en el hidrógeno verde un filón para poder posicionarse en plena transición energética y, de paso, poder beneficiarse de las ayudas europeas y estatales. Por ejemplo, Iberdrola anunció que va a invertir hasta 3.000 millones en el gas para acelerar el pacto verde europeo. Recientemente, la compañía presentó una planta de hidrógeno verde en Puertollano (Ciudad Real) que producirá 3.000 toneladas anuales.
¿Borrar la huella de carbono?
Cuando se habla de descarbonizar la economía se trata de la eliminación de todos los procesos que conllevan el consumo de energías fósiles que emiten gases de efecto invernadero como el CO2 y causan el cambio climático. Un objetivo mundial consensuado en los Acuerdos de París establece la eliminación progersiva de estos gases para evitar la subida mundial de las temperaturas más allá de 1,5 grados.
Un proyecto que abastecerá a Fertiberia para la fabricación de amoniaco y es la primera piedra de un proyecto con horizonte a 2027 y que tendrá una inversión de 2.000 millones de euros que, además, se harán extensivos a la planta de Palos de la Frontera (Huelva).
Millán García-Tola, director de Hidrógeno Verde de Iberdrola destaca estas aplicaciones como las primeras y más evidentes, industrias que ya usan el hidrógeno, pero que no es verde, sino el que usa gas para su generación. “Por ejemplo, la industria de la industria química o los fertilizantes. En ese caso, lo que hay que hacer es sustituir el hidrógeno actual producido con gas natural y por tanto contaminante por hidrógeno verde, que se obtiene a través de energías renovables y no produce ninguna emisión de CO2 a la atmósfera”, explica.
En España tenemos todas las papeletas para convertirnos en un actor protagonista en la industria del hidrógeno verde"
Millán García-Tola, Iberdrola
Repsol tampoco quiere quedarse atrás. La compañía empleará distintas tecnologías para lograr sus objetivos de producción de hidrógeno renovable a partir de biogás y la fotoelectrocatálisis, tecnología que desarrolla junto a su socio Enagás. La energética anunció inversiones en toda la cadena de valor que alcanzarán los 2.549 millones y la instalación de una capacidad de 1,9 GW hasta 2030.
Endesa, a su vez, planea desarrollar en España hasta 23 proyectos de hidrógeno renovable. La inversión asociada asciende a más de 2.900 millones de euros para poner en marcha 340 MW de potencia en electrolizadores, alimentados con 2.000 MW de energía renovable. El año pasado Naturgy presentó su plan estratégico con una inversión de 14.000 millones, de los cuales una parte estará destinada a los gases renovables.
“En España tenemos todas las papeletas para convertirnos en un actor protagonista en la industria del hidrógeno verde, porque tenemos la mejor energía renovable de la Unión Europea, fundamentalmente energía solar; porque además tenemos el conocimiento y la tradición industrial y además somos muy competitivos. España tiene las capacidades para convertirse en un actor esencial dentro de esta transición energética”, mantiene García-Tola.
Los ciudadanos veremos como, poco a poco, el hidrógeno verde nos va a ir acompañando, ocurrirá después del frenesí de cortes de cintas y primeras piedras de las decenas de proyectos que se anuncian a diario por todo el país. En Barcelona ya lo aprecian en los autobuses públicos que funcionan con hidrógeno y desplazan a miles de personas con coste cero para el medioambiente. “Pero el hidrógeno no será un producto que llegue a las casas, sino que va a estar en los procesos industriales como en la elaboración de acero”, señala García-Tola.
Transporte más verde
La descarbonización del transporte es uno de los sectores que más preocupa por la dificultad que implica la electrificación de grandes vehículos que requieren mucha energía para desplazar su carga. En este sentido el hidrógeno verde lo pone más fácil porque no requiere las baterías de los motores eléctricos que ocupan mucho espacio y ofrece más autonomía. En la localidad toledana de Illescas, corazón de la innovación logística en España, ya se ha puesto el ojo en la posibilidad de hidrogenar el sector.
Al final de una de las kilométricas naves que se extienden junto a la A-42 en esta localidad manchega se encuentra la primera hidrogenera destinada al transporte de mercancías. Está recién inaugurada. Se trata de una iniciativa de FM Logistics con ayudas del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y la empresa, una de las más grandes del sector logístico siembra para un futuro todavía lejano en el que los camiones funcionen con hidrógeno. De momento su uso es experimental con una aplicación limitada pero según Álvaro Íñiguez, responsable de FM Logistics, el horizonte es hidrogenar la flota. Las placas solares que tienen en el tejado de su gigantesca nave ya satisfacen la mayoría de los gastos de luz de la empresa, además de ser la fuente de alimentación de energía de la hidrogenera.
“Si yo tuviera que hacer una apuesta por cuál será la energía de futuro, la haría por el hidrógeno. Uno de los graves problemas que tenemos es que necesitamos tener hidrógeno a lo largo de todo el territorio porque necesitamos hacer recargas. Por lo cual mi opinión personal es que en máximo tres o cinco años el hidrógeno realmente ya será la apuesta fundamental, tanto a nivel de gobierno como a nivel realmente de negocio y de empresas”, afirma contundente el director de operaciones de FM Logistics Ibérica. “Pero estamos muy en el principio. Serán cinco años en los cuales vamos a ir viendo muchísimo movimiento, vamos a ir viendo realmente muchísimas mejoras, vamos a ir viendo mucho desarrollo, pero nos faltan unos años”, añade.
Estados Unidos ya está buscando tecnología española para poder producir hidrógeno verde dentro de su país".
Álvaro Íñiguez, FM Logistics
Con su experiencia en la innovación de su empresa con la creación de esta pionera hidrogenera Íñiguez tiene clara la oportunidad que tiene el hidrógeno para nuestro país. “Dependerá mucho de los políticos, seguramente, pero dependerá mucho de que la empresa privada también lo empuje”, reflexiona. “Tenemos empresas que están siendo pioneras dentro de España en la fabricación de hidrógeno, son empresas que están llevando esta tecnología a países como Estados Unidos. O sea, Estados Unidos ya está buscando tecnología española para poder producir hidrógeno verde dentro de su país, por lo cual pienso que España está bien situada y lo único que debemos hacer es apostar”, afirma.
Se refiere a la firma H2B2 que ha levantado la hidrogenera de Illescas y está desarrollando un proyecto en el condado de Fresno (California, EE.UU.), que generará hasta 1.000 kg/día de hidrógeno renovable.
La próxima hidrogenera
Todavía falta para que veamos señalizada la distancia entre una hidrogenera y otra en la carretera, pero lo veremos. Esa es la intención de Cepsa que prevé que para 2030 exista una estación de servicio de repostaje cada 300 kilómetros para los vehículos pesados.
En materia de transporte marítimo el hidrógeno verde también podría ser la solución de uno de los sectores más contaminantes que hay y que a su vez es más difícil de descarbonizar. La huella del transporte marítimo supone el 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
La semana entrante se decidirá la normativa FuelEU Maritime que determinará cómo será el proceso de descarbonización del transporte marítimo. La propuesta que está encima de la mesa establece una lenta introducción de combustibles renovables entre los que el hidrógeno verde está muy bien posicionado. Un 2% en 2030, un 5% en 2035 y un 70% en 2050. Esto significa que todas las empresas que quieran comerciar con Europa deberán hacer uso de combustibles verdes en esas proporciones, una obligación que puede funcionar como palanca de cambio.
“Tanto el hidrógeno verde como el e-amoniaco pueden suministrarse al sector en grandes cantidades; sin embargo, como tecnologías incipientes, son más caras y requieren inversiones en nuevos buques e infraestructuras portuarias. Por ello, si el Parlamento y el Consejo lo dotan de herramientas específicas, FuelEU Maritime puede poner en marcha el despliegue necesario de estos electro-combustibles de origen renovable para 2030 y contribuir a la descarbonización del sector para 2050, tal como prevé el Pacto Verde Europeo”, señala Carlos Bravo, de la organización Transport and Environment.
En el ámbito del transporte privado el hidrógeno tiene también futuro. Cuánto y cuándo está por ver. Casas como Renault ya tienen modelos de hidrógeno como el prototipo Renault Vision. El menor espacio dedicado a las baterías, la mayor autonomía y su rápida carga -toma el tiempo mismo tiempo que llenar un coche de gasolina- hacen del hidrógeno verde un combustible de futuro. En el mundo del motor ya se habla de modelos híbridos, pero esta vez de coches que pueden funcionar con electricidad o hidrógeno. El futuro se escribe con H.
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