El Banco de España ha publicado este viernes su nuevas proyecciones macroeconómicas, que ha desautorizado justo después de darlas a conocer. En su último informe trimestral, el supervisor ha revisado a la baja el crecimiento del PIB español para este año en cuatro décimas, hasta el 4,1%, y también el de 2023 en una décima (2,8%), pero ha mejorado al alza, en otra décima, el de 2024 (2,6%).
Del lado de la inflación, ahora prevé que será tres décimas inferior de lo que esperaba en abril: cree que los precios subirán este año un 7,2%, gracias al mecanismo del gas recién aprobado. En 2023 y 2024, estima que los precios aumentarán más de lo que creía: un 2,6% y un 1,8%. En abril hablaba de un 2% y de un 1,6%.
Pero al mismo tiempo que el director de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, informaba de estas nuevas predicciones macroeconómicas, avisaba de su poca fiabilidad. Es así puesto que este informe no tiene en cuenta el conflicto con Argelia, ni el dato de la inflación de mano, y tampoco incluye la prórroga de las medidas fiscales contra el impacto de la guerra, que previsiblemente se aprobará a finales de mes.
El informe se ha elaborado con datos anteriores al 17 de mayo
Los cálculos conocidos este viernes e incluidos en el informe trimestral se terminaron de hacer el 24 de mayo, por lo que el supervisor ya asume que tendrá que revisar todos los datos muy pronto para conocer realmente cuánto avanzará la economía española este año en base a las nuevas variables. El organismo advierte textualmente de este inconveniente.
"La fecha de cierre en este ejercicio de previsiones ha sido el 24 de mayo, salvo en lo que respecta a los datos que intervienen en la elaboración de los supuestos, para los cuales la última información incorporada corresponde al 17 de mayo", reconoce el Banco en el texto del informe. Esa advertencia implica que deja fuera varios datos y hechos importantes.
Argelia suspendió el miércoles el Tratado de amistad y buenas relaciones de vecindad firmado con España en 2002 después de que Pedro Sánchez reafirmase ante el Congreso de los Diputados su giro respecto al Sáhara Occidental y anunciase una política de relaciones estrechas con Marruecos. El país ya venía amenazando con que romperían el contrato si España suministraba gas argelino a Marruecos.
Argelia es el principal suministrador de gas de España: más del 40% del que consumimos en 2021 provenía de ese país, según un informe de Enagás. Además, este jueves Argelia ordenó a su banca congelar el comercio exterior con España desde ese mismo día.
Pero este viernes su diplomacia ha negado que entre las decisiones adoptadas se encuentre frenar las transacciones corrientes con España, en contra de lo anunciado por la prensa argelina, y ha asegurado el suministro del gas. "En lo concerniente a la supuesta medida de cese, ordenado por el Gobierno, de las transacciones comerciales con un socio europeo, solo existe en la mente de aquellos que la anunciaron y que después se apresuraron en estigmatizarla", han remarcado, pese a que los directores de los bancos argelinos habían recibido la orden de congelar las domiciliaciones y operaciones de comercio con España.
La crisis con Argelia podría tener "un impacto apreciable" sobre crecimiento e inflación
En este sentido, el director de Economía y Estadística del Banco de España ha confirmado este viernes que la crisis con Argelia no está incluida en las previsiones y que cuando se incluyan estas serán peores que las actuales. "El impacto de Argelia no lo hemos estimado, lo podemos estimar, lo tendremos que estimar, no somos tan rápidos en adecuarnos a los cambios en la coyuntura", ha explicado.
"Pero podría tener un impacto apreciable sobre tasas de crecimiento como sobre tasas de inflación en el corto plazo", ha opinado Gavilán, recordando que España importa en torno al 30% de su gas de Argelia. Tanto el portavoz del banco como el resto de economistas presentes en la presentación han rechazado dar estimaciones de cuál podría ser el efecto.
El informe sí tiene en cuenta el impacto del mecanismo que desligará el precio del gas de la electricidad, al que la Unión Europea ha dado el visto bueno esta semana. La medida rebajará la factura de la electricidad de España y Portugal, los dos países en los que entrará en vigor a partir del 15 de junio. Con este mecanismo, la inflación media de 2022 se rebajará en 5 décimas, hasta el 7,2%, según el Banco de España.
El informe considera que las medidas del Gobierno terminan en junio
Pero estas previsiones no tienen en cuenta otros elementos importantes: ni la prórroga anunciada por el Gobierno de las medidas para contrarrestar la subida de los precios, ni el dato del IPC de mayo, como reconoce el mismo informe. "Con posterioridad a la fecha de cierre de este ejercicio de proyecciones —llevado a cabo de forma conjunta con el Eurosistema— se han conocido dos piezas de información particularmente relevantes que, de haber estado disponibles a tiempo, habrían dado lugar a algunas modificaciones importantes en estas proyecciones, especialmente en lo que se refiere a las tasas de inflación previstas en el corto plazo", recoge.
En un primer cálculo, incluido en el texto en forma de nota, el Banco de España cree que con el dato de inflación de mayo -de un 8,7%- habría que sumar una décima a la inflación estimada para 2022 (es decir, hasta el 7,3%) y que restar otra a la de 2023 (quedaría en el 2,5%).
Por otro lado, asume que no ha incorporado las medidas del Gobierno para hacer frente a la subida de los precios: "El 1 de junio el Gobierno anunció su intención de prorrogar hasta septiembre las medidas ahora vigentes para contrarrestar las consecuencias del encarecimiento de la energía sobre las rentas de hogares y empresas —en particular, la bonificación a los carburantes y el mantenimiento de las rebajas sobre la imposición de la electricidad—. En cambio, en el ejercicio de proyecciones que se presenta en este recuadro se asume que estas medidas expiran a finales del presente mes de junio".
Con la prórroga de las medidas, en la misma nota el Banco estima que habría que restar tres décimas a la tasa de inflación general de 2022, que finalmente quedaría en el 7%, y que la subyacente apenas variaría. A la vez, pronostica "la tasa media de crecimiento del PIB sería ligeramente mayor a corto plazo, aunque este efecto se daría la vuelta una vez retiradas las medidas ahora prorrogadas" y que "el déficit público, en porcentaje del PIB, aumentaría entre 2 y 3 décimas en 2022", lo que lo situaría en el 4,8 o 4,9% del PIB.
Desde el Banco no han podido concretar cuándo actualizarán de nuevo sus previsiones.
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