Es la mayor escalada de precios de la historia reciente de Alemania. No siquiera tras la caída del muro de Berlín. Hacía 49 años que la economía germana no registraba una inflación similar. El índice de precios al consumo (IPC) se situó en mayo en el 7,9%, lo que supone la cifra más elevada de toda la serie histórica, que se inició en 1991 tras la reunificación del país. El dato, avanzado por Destatis, la oficina alemana de estadística germana, augura un horizonte de incertidumbre en la principal economía europea.
Además, la tasa armonizada, utilizada por Eurostat, fue aún más elevada, el 8,7%. Excluyendo los precios de la energía, la tasa de inflación de Alemania se situó en el 4,5% en mayo de 2022, mientras que al dejar fuera también los alimentos, la tasa de inflación subyacente fue del 3,8%.
"La tasa de inflación alcanzó un máximo histórico por tercer mes consecutivo desde la reunificación alemana", declaró Georg Thiel, presidente de Destatis, quien explicó que la principal razón de la alta inflación sigue siendo el aumento de los precios de los productos energéticos, aunque también se aprecian aumentos para muchos otros bienes, especialmente alimentos.
"Una tasa de inflación similarmente alta se registró por última vez en el antiguo territorio de la República Federal en el invierno de 1973/1974, cuando los precios del petróleo aumentaron considerablemente como consecuencia de la primera crisis del petróleo", añadió Thiel.
Energía disparada
En su análisis, Destatis subraya que el aumento de los precios de la energía "observado ya antes de la guerra en Ucrania" se ha acelerado notablemente desde que comenzó el conflicto y tiene un impacto sustancial en la tasa de inflación. En concreto, los precios de los productos energéticos fueron un 38,3% más altos en mayo de 2022 que en el mismo mes del año anterior, luego de un aumento del 35,3% en abril. Los precios del combustible para calefacción casi se duplicaron (+94,8%) en mayo, mientras que los precios del gas natural (+55,2%) y los precios de los carburantes (+41%) también subieron de manera considerable.
"El aumento de precios de los productos energéticos se debió a varios factores: Además de los efectos de la guerra y la crisis, el aumento de la tasa de CO2 de 25 a 30 euros por tonelada de CO2, que entró en vigor a principios de año también tuvo un impacto", explicó la agencia alemana.
Otros factores que afectaron a las subidas de los precios al margen de la energía fueron los cuellos de botella, debido a las interrupciones en las cadenas de suministro, también causadas por la pandemia de Covid-19, y los marcados aumentos de precios en las etapas iniciales del proceso económico.
Alimentos un 11% más caros
De este modo, las subidas de precios se aceleraron para los consumidores no sólo de los productos energéticos sino también de otros productos, como de nuevo muchos productos alimentarios, como consecuencia de la situación de guerra y crisis.
En mayo, los precios de los alimentos aumentaron un 11,1% interanual, después de la subida del 8,6% en abril. Se registraron aumentos de precios para todos los grupos de alimentos. En concreto, las grasas y aceites comestibles se encarecieron un 38,7%, mientras que la carne y los productos cárnicos subieron un 16,5%, los productos lácteos y los huevos un 13,1% y el pan y los cereales un 10,8%.
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