La pandemia provocó un fuerte impacto en los hábitos de compra. Y ahora que la situación sanitaria ha vuelto a la normalidad, los supermercados comienzan a notar cambios en los clientes ante el escenario de inflación que ahoga muchos bolsillos.
"Se empieza a notar que el consumidor empieza a tener comportamientos de crisis y de contención del gasto", advertía este martes el presidente de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García Magarzo, durante la presentación del 'VI Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación'.
"Las cifras dicen que aumenta la frecuencia de visita y disminuye el gasto por compra. Eso sabemos que es respuesta a las subidas de precios o a los momentos de apretura económica", abundaba el profesor asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, Gonzalo Moreno, coautor del citado estudio elaborado para la patronal de cadenas como Mercadona, DIA, Lidl y otras tantas regionales.
Según García Magarzo, los consumidores se están "volviendo a situar en un escenario similar al de finales de 2007 o inicios de 2008". Eso sí, puntualizaba, "esperamos que no tengamos una bajada de consumo como la que vimos en aquel momento".
Precisamente, un estudio de la consultora Nielsen IQ refleja que las ventas totales de bienes de consumo en mayo alcanzaron los 5.310 millones, lo que supone una subida del 6,8% respecto a lo que nos gastamos en la cesta de la compra un año antes. Esto se debe, según el informe, a la subida de los precios en la mayoría de los productos, mientras que el volumen de compra descendió un 2,9%.
Asimismo, como efecto de esa subida de precios, el peso de la marca blanca no para de aumentar. En el mes de mayo subió un 1,5% en total de bienes de consumo (41,7% del total), mientras que en el ámbito estricto de la alimentación ya supone casi la mitad de la cesta de la compra (48,9% frente al 51,1% de las marcas de fabricante).
El avance en el gasto en este tipo de marcas de los supermercados es del 10,8%, frente al 7,4% que aumentó en las marcas de fabricante, cuya demanda cayó un 3,6%. "En este entorno la escalada de precios continúa en un contexto que nos era difícil de imaginar hace tan sólo unos meses, provocando un cambio en el comportamiento de compra del consumidor que impulsa el crecimiento del peso de la marca de distribuidor frente a la de fabricante o las compras más frecuentes y de menor precio", explica Patricia Daimiel, directora general de NielsenIQ para el Sur de Europa.
Pero incremento de precios no sólo golpea a los clientes. Ante el actual escenario de subida generalizada de costes para las empresas, desde Asedas reclaman que el Gobierno ajuste los impuestos indirectos; ayude al sector con la garantía del transporte seguro; y tome medidas para contener los precios de la energía.
"Ante todas las circunstancias que estamos viviendo, la distribución alimentaria está sabiendo responder. El problema gravísimo de costes que tenemos en el último año está afectando a todos los operadores por igual", remataba García Magarzo.
Más clientes mezclan compra física y 'online'
En cuanto a las compras en los canales físicos y digitales, el estudio firmado también por la profesora de la Universidad Complutense de Madrid, María Puelles, refleja un crecimiento de aquellos clientes que compran en ambos formatos. Estos consumidores "mixtos" crecen un 2,67% respecto al año anterior, mientras que los que sólo compran en tiendas físicas retroceden un 2,82%.
Por su parte, los que sólo compran a través de internet apenas crecen un 0,16% frente al crecimiento del 2,29% que registraron en 2021. Esto hace que se modere el efecto champán que tuvo la pandemia en las compras online, mientras que los que sólo compraban en establecimientos físicos cada vez usan más también los canales de compra online.
En cuanto a los productos, la compra de alimentos frescos a través de internet ha crecido un 7,71% entre noviembre de 2021 y abril de 2022. Más de la mitad de los consumidores reconoce adquirir este tipo de productos, mientras que un 44% dice no hacerlo nunca. Las frutas y verduras, así como los quesos y la charcutería son los que más triunfan en este canal, mientras que la panadería y bollería así como pescados y mariscos todavía están en la parte más baja.
García Magarzo recordaba que "el comercio online, que está creciendo de forma sólida y robusta, tiene que ser sostenible socialmente, medioambientalmente y económicamente". La rentabilidad económica sigue siendo el gran caballo de batalla para las cadenas de distribución en lo relativo a los envíos de la compra a casa, aunque la pandemia ha hecho que muchas hayan hecho los procesos mucho más eficientes.
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