Los precios han subido un 10,2% en junio con respecto al mismo mes del año anterior. Los datos, aunque avanzados, del índice de precios al consumo (IPC) que ha publicado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que el encarecimiento de los productos y servicios continúa siguiendo un fuerte ritmo y que se sigue trasladando al resto de la cesta de la compra: sin tener en cuenta la electricidad ni los alimentos, los productos más condicionados por la energía (lo que se conoce como inflación subyacente), los precios se han incrementado un 5,5%.

Se trata de la mayor escalada de los precios vista en España desde 1985, en 37 años; en 29 años en el caso de la inflación subyacente. En mayo la inflación ascendió al 8,7% y en abril, al 8,3%. Con respecto al mes de mayo, los precios han subido un 1,6%, y sin tener en cuenta los de la energía y los alimentos lo han hecho un 0,7%. Supone, además, un nuevo alza en un momento en el que parecía que el IPC podría relajarse, puesto que en abril ya había registrado un descenso significativo con respecto al mes anterior.

Es además el primer dato de inflación que se conoce desde que entró en vigor el límite al precio del gas, que "contaminaba" al alza el resto del recibo eléctrico -desde mediados de este mes de junio-. Esta medida se ha unido a otras dos importantes herramientas del Gobierno para aminorar el dato del IPC, como la rebaja de varios de los impuestos de la electricidad -desde septiembre del año pasado- y la subvención de 20 céntimos por litro de gasolina -desde abril-.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha atribuido el mal dato a la guerra de Ucrania: "Estamos desplegando un paquete de medidas, aunque el dato de la inflación será malo por la gravedad de la situación que estamos viviendo por la guerra", ha asegurado en una entrevista en la cadena SER unos minutos antes de que se conociese el indicador.

Los principales responsables de que la cifra de IPC se haya vuelto a disparar son la subida de los precios de los combustibles y de los alimentos, aunque también han subido los precios de los hoteles, las cafeterías y los restaurantes. El INE no proporciona en este avance más información, por ejemplo con respecto a qué otros grupos de productos escalan o en qué comunidades autónomas lo hacen más. El organismo revisará este dato el próximo mes, cuando publicará el IPC de junio definitivo, ya con todos los detalles.

El IPC de junio se conoce apenas 48 horas después de la dimisión del presidente del INE, Juan Manuel Rodríguez Poo, después de días de rumores sobre su posible cese por parte del Gobierno y tras meses en los que Moncloa ha lamentado que algunos de los datos oficiales del organismo «no encajan» con sus cálculos. En el Ejecutivo opinan que habría que revisar qué podría estar fallando en su manera de «obtener» el dato del producto interior bruto (PIB) español y el del índice de precios al consumo (IPC), puesto que el primero contrasta con los buenos datos de empleo y recaudación y el segundo no incluye los precios del mercado libre de la luz.

Para el Gobierno es importante que los datos recojan adecuadamente el avance del PIB, pero es especialmente relevante que sean rigurosos en el cálculo del IPC puesto que tiene compromisos presupuestarios ligados a este dato como las pensiones. Hoy por hoy, el Ejecutivo calcula que deberá revalorizar estas prestaciones alrededor de un 6% en enero, lo que supondría un aumento del gasto de unos 10.000 millones el próximo año, pero hay organismos que estiman que el desembolso deberá ser superior, puesto que calculan que la inflación media se situará alrededor del 7,5%, como es el caso del Banco de España.