El gas y la energía se han convertido en bienes escasos y cada vez más caros. Pero no son los únicos. A la crisis energética actual se ha sumado una crisis hídrica que amenaza con secar aún más los embalses y campos de nuestro país. El agua escasea por la falta de lluvias y la extensión de las olas de calor. El problema comenzó en invierno, continuó en primavera y se ha agravado ahora en verano. Sólo en los primeros cinco meses del año llovió un 25% que lo habitual en un año normal. Y lo peor es que los expertos auguran un otoño también especialmente seco. La red de embalses se encuentra actualmente a un 41,9% de su capacidad, ocho puntos menos que hace un año y muy lejos del agua que han venido almacenando en la última década por estas fechas: el 61,4% de su capacidad, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
En este contexto, el consumo de agua empieza a ser un lujo en algunos puntos del país. Así, en comunidades autónomas como Cataluña, Galicia o Navarra han comenzado ya a aplicar restricciones al uso de este recurso y decretar alertas hidrológicas. Esta situación obliga a hacer un uso responsable por parte de instituciones y consumidores del agua disponible. El Instituto Nacional de Estadística (INE) dio a conocer ayer los datos de su última encuesta de consumo de agua. Entre los resultados más llamativos se sitúa el consumo medio por hogar y habitante al día. En el conjunto de España la cifra es de 133 litros diarios, pero con una gran diferencia entre Comunidades Autónomas, con incrementos de hasta el 70% entre unas y otras.
En esta situación de sequía que empieza a extenderse por cada vez más regiones, llama la atención que los mayores niveles de consumo en los hogares no necesariamente se producen en las zonas más lluviosas. Así, con datos correspondientes a 2020, comunidades como la Valenciana y Murcia ocupan el segundo y tercer lugar de consumos, con 157 y 150 litros por habitante y día respectivamente, sólo superadas por Cantabria, que lidera la lista con 165 litros diarios por persona. En el otro extremo, el de menor consumo per cápita en los hogares, se encuentra Euskadi, con apenas 97 litros por persona. En la franja de entre los 130 y los 144 litros por habitante figuran Castilla y León, Andalucía, Asturias, Aragón y Galicia. El resto de CCAA muestran registros de consumo entre los 129 litros habitante/día de Madrid y los 117 de las Islas Baleares.
A 2,6 euros el m3
El escenario hidrológicamente complicado que ya se empieza a padecerse podría convertir al agua en otro bien escaso y cuyo precio pueda incrementarse. El estudio del INE, con datos de hace dos años, muestra que el agua de consumo más cara se encuentra en Cataluña. El sistema de abastecimiento y suministro de la red catalana hace que el importe por metro cúbico consumido (1.000 litros) sea de 2,66 euros, más del doble del precio en comunidades como Castilla La Mancha, Galicia, La Rioja o Castilla y León, la región con el agua más barata, 1,1 euros por m3.
El precio sin duda viene determinado por el coste de todo el proceso de producción y suministro y que en muchos casos establece la calidad del recurso. Por encima de los dos euros se sitúan Baleares (2,52 euros el m3), Murcia (2,51 euros, Canarias (2,2 euros), Euskadi (2,14 euros) y la Comunidad Valenciana (2,04 euros). Entre 1,5 y dos euros por metro cúbico se encuentran Extremadura, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Andalucía y Madrid.
A la falta de agua en los embalses por la ausencia de lluvias en muchos casos se suma la pérdida de agua por un mal mantenimiento de la red, fugas, averías o roturas que hacen que se pierdan millones de litros de agua cada día. El estudio del INE estima en un 15,4% el porcentaje de agua que se despilfarra por el camino, 652 hm3 en 2020.
Si las autoridades han comenzado a lanzar campañas para concienciar de la necesidad de ahorrar energía de cara al otoño, la sensibilización de eficiencia de este recurso escaso podría aplicarse también al agua. No en vano, los hogares son los que consumen el 72% del agua que se almacena y distribuye. Un consumo que ha registrado un leve incremento en los últimos años en términos generales.
Al 30% de su capacidad
Respecto a 2018, el estudio concluye que en algunos casos el incremento del consumo es significativo: un 7,8% más en Navarra, un 6,2% más en Cantabria o un 5% más en Andalucía. Madrid, Murcia y Castilla y León figuran también en la lista de regiones con un mayor consumo de demanda, si bien con incrementos muy reducidos. El resto de CCAA han rebajado la demanda de agua, en particular La Rioja y Extremadura, con un 8% menos de consumo y Asturias, con un 6,8% menos de uso de agua.
En el sur de España, el área geográfica más seca, la situación de los pantanos preocupa de modo especial. Los situados en la cuenca del Guadalquivir, el Guadiana y Barbate se encuentran a menos del 30% de su capacidad, ocho puntos por debajo de lo que se encontraban el año pasado en estas mismas fechas. Una situación que tiene una especial incidencia en la población si se tiene en cuenta que afecta a la comunidad autónoma más poblada, como es Andalucía, que consume el 18% del total del agua.
En otra situación delicada se encuentra Cataluña, que ha decretado la alerta hidrológica en varias localidades. Se trata de la segunda comunidad en volumen de consumo de agua, con el 14% del total. Tras Andalucía y Cataluña se sitúan Madrid (el 13,7%) y la Comunidad Valenciana, (con el 12,3%).
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