El gas se ha convertido en la mayor arma de presión en la crisis que enfrenta a Rusia y Europa con la guerra en Ucrania como telón de fondo. Esta mañana el Kremlin ha asegurado que la compañía Gazprom suministra a Europa todo el gas que puede, después de que esta mañana la gasística redujera el bombeo de combustible a Alemania por el gasoducto Nord Stream hasta el 20 % de la capacidad máxima de esa infraestructura. Por su parte, desde el Gobierno alemán se ha afirmado que el recorte en el suministro responde a una "estrategia de guerra" por parte de Moscú, no a problemas técnicos.
El gobierno ruso ha asegurado que Gazprom, "suministra cuanto es necesario y cuanto es posible", según dijo hoy el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria. Agregó que actualmente "hay menos posibilidades técnicas para bombear", situación que atribuyó a que "el proceso de mantenimiento técnico de diversos equipos (del gasoducto) debido a las restricciones y sanciones impuestas por Europa, por la Unión Europea": "Estas sanciones no permitieron realizar el mantenimiento técnico, cambiar piezas, hacer reparaciones generales y otros trabajos reglamentarios a los equipos necesarios para el bombeo", dijo Peskov.
Al mismo tiempo, recalcó que "a medida que se lleven a cabo estos trabajos Gazprom tendrá la posibilidad de aumentar el bombeo". "Gazprom ha sido y es un garante fiable del cumplimiento de sus obligaciones, pero no puede garantizar el suministro si los equipos importado no puede recibir mantenimiento técnico debido a las sanciones europeas", puntualizó el portavoz del Kremlin.
Las explicaciones dadas por Moscú para rebajar a un 20 % de su capacidad esos envíos "no son realistas", según el jefe de la Bundesnetzagentur, Klaus Müller, en declaraciones a la radio pública alemana, Deutschlandfunk. Desde su departamento, la autoridad competente en Alemania, se confirmó esta mañana que se había producido la reducción esperada al 20 % de la capacidad, lo que significa la mitad de lo que se estaba recibiendo en los últimos meses.
Falta de una turbina
Concretamente fluyen desde las 06.00 GMT 1,28 millones de metros cúbicos por hora, con lo que se cumple el pronóstico anunciado por el gigante gasístico ruso Gazprom, que aduce labores de mantenimiento y la falta de una turbina. El recorte se produce después de la reanudación del servicio, la semana pasada, tras diez días de interrupción total, asimismo, debidos a labores de mantenimiento, según Moscú.
Tanto el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, como su ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, sostienen que no hay obstáculos técnicos para un flujo regular de gas ruso a través de Nord Stream. Habeck ha acusado repetidamente a Moscú de utilizar el gas como arma de guerra, mientras acelera la búsqueda de alternativas para reducir la dependencia energética de Alemania respecto a Rusia.
El pasado febrero, con el inicio de la invasión rusa a Ucrania, los suministros rusos suponían un 55 % del total de las importaciones de gas que recibía Alemania, porcentaje que a finales de junio se había rebajado al 26 %. Habeck mantiene el propósito de tener los depósitos de gas en un 95 % de su capacidad para el 1 de noviembre, para garantizar con ello la seguridad energética en invierno. Actualmente se encuentran en el 64,4 % y, de acuerdo con el plan del ministro, deberían estar en el 75 % para septiembre.
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