Es una vieja receta que ahora el Gobierno quiere recordar para cumplir con el plan de ahorro energético del 7% al que se ha comprometido con Europa. La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, ha apuntado hoy algunas medidas que la población española podría comenzar a aplicar. Lo ha explicado apelando a la necesidad de convertir "en rutina" gestos cotidianos como "el ¡niño, la luz! o ¡baja la persiana!". Ribera también ha explicado que se deben convertir en "un acto reflejo" decisiones como apagar la luz "al salir de una habitación, "o el termostato, que es importante, permite un ahorro relevante".

La ministra de Transición Ecológica ha llamado a ser "lo más inteligentes posibles en nuestro consumo" con la "rutinización" de este tipo de medidas cotidianas: "Es obvio que nos requieren un esfuerzo pero no afectan a nuestra calidad de vida". Ribera ha apuntado, en declaraciones Antena 3, que urge un cambio de actitud, "nos habíamos acostumbrado a que la energía era un recurso ilimitado y no es así".

Más aún, ha advertido que la sociedad española y el Gobierno deberían prepararse ante un posible escenario de "cero envío de gas" por parte de Rusia. Una situación que pese a que no tendría una especial relevancia para el suministro en España, sí le afectaría al conjunto de la Unión Europea y al precio del gas en su conjunto. Ha recordado que la solidaridad es necesaria en una crisis como la actual y que España la practicará en la medida de sus posibilidades. "Si alguien necesita gas se lo debemos facilitar pero de la manera más eficaz y sin que suponga una autolimitación".

La vicepresidenta se ha felicitado por el acuerdo alcanzado y que prevé que países como España no tengan que alcanzar ese ahorro del 15% fijado en caso de que sea necesario sino que se reduzca a menos de la mitad, el 7%. Ha recordado que es el resultado de muchas semanas de trabajo y de hacer entender que la solidaridad debe ser "eficaz" y por tanto no requiere de el mismo ahorro a islas, "que no tendrían modo de transferir esa energía" o España, "que es un centro logístico" para el conjunto de la UE ni tiene una dependencia del gas ruso.