"Hay que reducir la demanda durante las horas punta para que el suministro dure más (…) y los beneficios tienen que canalizarse a los que más los necesitan. Es erróneo recibir beneficios extraordinarios y que paguen el pato los consumidores".
Así de clara ha comenzado su discurso en el debate sobre el estado de la Unión la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, donde ha propuesto una reducción obligatoria del consumo de electricidad en horas punta y limitar los beneficios extraordinarios de las compañías con tasas con las que podrán recaudarse unos 140.000 millones de euros.
La Comisión aboga por que todos los países de la UE reduzcan, reduzcamos, el estrés en la generación de la electricidad. Para eso hay que consumir menos gas, sobre todo en las horas de máximo consumo, porque eso reduciría los precios. La presidenta no ha concretado cómo debería disminuir cada país su consumo, pero en un borrador de la normativa filtrado a los medios sí se establece que habría de ser de al mínimo un 5% en horas punta y un 10% en total.
Ante la previsión de un invierno crudo, con Putin controlando el gas que envía a Europa -y el temor a que cierre el grifo completamente- y la inflación disparada especialmente por los precios de la energía, ahora la parte energética ha pasado a un primer plano y así se ha reflejado hoy en el debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia). La propuesta no es más que eso, un primer paso que después los ministros de energía deberán debatir en un consejo extraordinario el viernes 30, pero ya es posible conocer por qué cambios abogarán en Bruselas.
Aparte de la reducción obligatoria del consumo de electricidad, la otra gran medida energética del discurso de Von der Leyen ha sido establecer un impuesto a los beneficios extraordinarios de las compañías que utilizan combustibles fósiles. Es decir, al petróleo, gas, carbón y sector de la refinería, ya que están aumentando sus beneficios por los elevados precios del gas.
"Estamos proponiendo un tope de las rentas de las empresas que producen electricidad porque están apurando ganancias caídas del cielo. Nunca pensaron que las obtendrían y no me malinterpreten, hacer beneficios es positivo pero en estos momentos es erróneo recibir beneficios extraordinarios y que paguen el pato los consumidores", ha expuesto.
Recaudar 140.000 millones gracias a los beneficios extraordinarios
De nuevo, la presidenta no ha concretado cifras, pero en el borrador que recoge la propuesta del Ejecutivo se sugiere que esta "contribución de solidaridad" sería del 33%. Por otro lado, también se limitarían los ingresos de las compañías eléctricas estableciendo un tope en el mercado eléctrico de entre 180 y 200 euros el megavatio hora para la generación de origen renovable, nuclear y con lignito.
Entre estas dos medidas, la Comisión estima que podrían recaudarse 140.000 millones de euros: "Nuestra propuesta recaudará más de 140.000 millones de euros para que los Estados miembro amortigüen el golpe", ha asegurado la alemana.
En un paso más, ha anunciado la creación de un Banco Europeo del Hidrógeno que consiga garantizar el suministro del combustible, medida que conllevará 3.000 millones de euros de inversión. También ha esbozado la necesidad de trabajar con los reguladores para afrontar los problemas de liquidez del mercado de futuros y limitar la volatilidad de los precios, puesto que "el mercado de la electricidad de hoy se basa en principios ya obsoletos", entre otras iniciativas que se concretarán este mediodía.
Tope al precio del gas ruso
Lo que la Comisión ha decidido dejar para más adelante ha sido su idea de limitar el precio del gas ruso importado, una propuesta que se planteó el viernes entre los ministros de Energía de la UE. Pero las reservas de muchos de ellos, en un momento en el que no está claro el impacto que la medida podría tener, ha obligado a posponer la decisión. Para el Ejecutivo comunitario, establecer un tope al precio del gas por gasoducto puede ser beneficioso, pero por ahora analizará qué efectos negativos puede tener.
El Kremlin ha empujado la economía rusa hacia el desastre. Las sanciones van a quedarse"
ursula von der leyen
Más allá del plano energético, el discurso de la presidenta ha estado muy centrado en la guerra de Ucrania. La esposa del presidente ucraniano, Olena Zelenska, ha estado presente en la sala, y ante ella la presidenta de la Comisión Europea, vestida de azul y amarillo, colores de la bandera ucraniana, ha ensalzado la unión de los Veintisiete durante la pandemia y también frente a Rusia. Von der Leyen viaja esta tarde a Kiev a verse con el presidente, Volodmir Zelenski, y presentarle detalles sobre las prioridades de la Unión Europea expuestos ante el Parlamento Europeo, en especial, su apoyo a la creación de una comunidad política europea, planteada por el presidente francés, Emmanuel Macron. Ucrania es país candidato pero su adhesión puede tardar décadas.
"La solidaridad europea con Ucrania ha sido firme desde el primer día: Europa hay estado a su lado con armas, atención a los refugiados y las sanciones más duras antes aplicados. Casi mil compañías han abandonado el país. Aeroflot no consigue que despeguen los aviones. Los militares rusos están recurriendo chips de las lavadoras porque no las tienen para sus armamentos. El Kremlin ha empujado a la economía rusa hacia el desastre. Las sanciones van a quedarse. Es el momento de que seamos decididos. Lo mismo se aplica a nuestro apoyo financiero a Ucrania. Más de 20.000 millones sin contar ayuda militar. Y seguiremos así con la reconstrucción. Ayudaremos a Ucrania a recuperar su potencial", ha dicho Von der Leyen.
Y ha concretado: "Hoy Ucrania está exportando electricidad a la Unión Europea. Hemos suspendido los aranceles para las importaciones de Ucrania. Está incluida en el roaming europeo. Se le va a garantizar un acceso total al mercado único europeo". Es decir, no solo son palabras ni promesas, sino que Ucrania y la UE ya están caminando juntos.
"Con el valor y la decisión necesarios, Ucrania vencerá", se ha mostrado esperanzada Von der Leyen tras relatar cómo el país entero se ha unido para hacer frente a los rusos, y la injusticia que supone que a día de hoy los padres ucranianos tengan que enviar al colegio a sus hijos con una mochila de emergencia y sin saber si podrán reunirse con ellos por la tarde.
Pero también se ha mostrado preocupada por el impacto de la guerra en toda Europa, sobre todo por la dependencia europea de las fuentes de energía rusas: "Esto también es una guerra contra nuestra energía, economía, contra nuestros valores y contra nuestro futuro, se trata de la autocracia contra la democracia. Hay mucho en juego no solo para Ucrania sino para toda Europa y para todo el mundo".
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