El consumo de cemento lleva cuatro meses consecutivos cayendo. Se trata de un indicador que permite medir bien la temperatura en el sector de la construcción. Y la última estadística sobre este material clave para las obras y para fabricar el hormigón refleja una tendencia a la baja.
El consumo experimentó caídas del 8,6% y del 5,3% en julio y agosto en nuestro país y pierde 2,3 puntos porcentuales en acumulado del año. "Los últimos datos de la estadística del cemento continúan apuntando a una desaceleración del sector constructor en nuestro país, que lleva fraguándose ya un cuatrimestre", afirma el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.
Los datos del cemento van en línea con lo recogido por Eurostat sobre la producción del sector de la construcción. Según la Oficina Europea de Estadística, nuestro país registró una caída en la producción del sector del 5,2% en julio frente al mismo mes de 2021.
Se trata de la segunda bajada más alta de todos los miembros de la Unión Europea, únicamente por detrás de Suecia, que registró un retroceso del 8,7%. Sin embargo, los datos publicados este lunes reflejan un crecimiento de la producción en el sector de un 1,5% en la zona euro en comparación con junio de 2021.
"La razón de que esté bajando es básicamente la subida de precios, que paraliza actividades", explica el secretario general de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), Mariano Sanz. "También el hecho de que no se esté licitando todo lo que nos gustaría que se licitara, particularmente en lo que esperábamos de los fondos Next Generation", abunda.
Desde la pandemia, el coste de los materiales no ha parado de subir. Desde la madera hasta el aluminio. Y los mecanismos puestos en marcha por el Gobierno de revisión d
e precios en la obra pública no parecen estar funcionando ni teniendo el efecto esperado. "Estamos muy decepcionados", añade Sanz. "El número de obras que se pueden beneficiar es muy pequeño y no está llegando ni un euro", se queja. Y muchas se quedan desiertas.
Aunque reconocen una desaceleración de la actividad, desde la patronal de la construcción se muestran también convencidos de que la tendencia puede invertirse pese a las incertidumbres que se ciernen sobre el sector por el contexto geopolítico mundial y la deriva bélica del gobierno ruso de Vladimir Putin. "Se está frenando, pero confío en que se reactivará si nos ayudan a que las condiciones sean menos desfavorables", añade.
"En un contexto económico de inflación y escasa inversión, reforzar la colaboración público-privada podría paliar en parte el lastre que suponen actualmente los elevados volúmenes de obra sin ejecutar", añade Zaragoza.
En todo caso, hay datos que parecen indicar un cambio de ciclo inminente al menos en el residencial. La alta demanda de obra nueva y la escasa oferta ha disparado los precios. Pero una vez cubierta esa demanda, las nuevas promociones pueden verse comprometidas por la situación actual, a lo que se suma la subida de tipos.
Según los últimos datos disponibles del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en España se terminan más viviendas de las que se empiezan a construir. El número de certificaciones de fin de obra fue de 8.308 en mayo, mientras los visados de obra nueva se quedaron en 7.647.
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