Francisco Rodríguez, conocido por todos como Curro, nació en Málaga en 1974. Ejerce de andaluz orgulloso, a lo largo y ancho del mundo. Curro mamó el mundo de la empresa desde muy pequeño, gracias a su padre, cuya memoria y consejos han guiado siempre su camino. 25 años después de comenzar este difícil camino, Curro ha creado 21 empresas en países muy diferentes, ha viajado por medio mundo dedicándose a negocios de importación y exportación. Se ha arruinado en varias ocasiones, pero siempre ha vuelto a levantarse.
Me parece un tipo admirable, por eso os lo presento en este café dominical. Ojalá sus consejos sean un espejo para muchos jóvenes que hoy, en España, dudan entre convertirse en emprendedores que puedan crear riqueza y empleo o elegir el camino del funcionariado. Curro tiene las ideas muy claras sobre todo ello. En esta entrevista nos desvela las claves de su éxito.
Pregunta.- Curro, ¿qué es LY Company? Tengo la sensación de que, siendo una empresa, de la que "beben" miles de personas en este país, pocos la conocen bien.
Respuesta.- Es una start up creada en 2015. Nos juntamos tres personas, una de ellas un gran ingeniero de aguas que venía del grupo Suez, de las mayores depuradoras y desaladoras del mundo, Maite Bernal, directora de calidad, que lleva toda la vida dirigiendo fábricas, y yo mismo, con mi bagaje del mercado de alimentación. Tú me preguntas acerca de cuál fue la visión de Ly Company en su momento: ¿cuál es el producto que más se vende en el mundo en alimentación? Es el agua envasada. ¿Cuál es el producto que más crece en alimentación? Es el agua envasada. ¿Cuál es el producto o el sustento vital del que cada vez hay menos? Es el agua potable. En Latinoamérica no bebes agua del grifo casi en ningún país. Ahora resulta que toda el agua envasada se fabrica en plástico y nos damos cuenta de que el plástico es el mejor material que existe y que hemos inventado. Es bueno para tecnología, es bueno para juguetes, es bueno para cualquier impacto térmico, es bueno para la protección de alimentos… se nos ha ido la pinza de tal manera con el plástico que fabricamos en un día lo que somos incapaces de reciclar e incinerar en años. En un día. En los últimos cinco años hemos fabricado más plástico que en los últimos cincuenta.
P.- Vuestra idea empresarial nace uniendo el producto más consumido y envasado en el mundo, pero con un rechazo total al plástico. ¿Es esta la clave del éxito?
R.- Más que un rechazo se trata de minimizar ese impacto climático. No he acertado nunca en la quiniela, pero en eso acertamos. Envasamos en un cartón multicapa, que no es el mejor envase, pero sí el menos malo. Hasta un 80% menos. Eso es muchísimo. En Europa se valora menos porque hay un cierto reciclaje, pero en el hemisferio sur casi no se recicla. Si tú, el 88% al que hemos llegado en algunos casos proviene todo de material vegetal, porque tú puedes ver un brick aparentemente pero nuestro tapón es de caña de azúcar y nuestras laminaciones son bioplásticas.
P.- La revista Time ha publicado hace poco el ránking de las empresas de mayor crecimiento y en lo más alto había empresas que estaban creciendo en un 200%, y resulta que Ly Company ha crecido un 350% este año. ¿Dónde y por qué estáis creciendo tanto?
R.- Este problema de la demonización del plástico explota en 2018 y nos pilla siendo una de las dos empresas en el mundo, capaces de envasar en cartón, el producto más envasado del mundo. Eso hace que nos empiecen a llamar. Nosotros no sabíamos vender. Nos dejábamos comprar. Aquí no para de sonar el teléfono continuamente. Como el plástico se convierte en un problema y muy demonizado, y en parte con razón porque sólo se recicla el 9% a nivel global, todas las empresas se quieren sumar al greenwashing. ¿Tú qué tienes en una reunión? Agua. ¿Tú que tienes en un concierto? Agua. ¿Qué es lo que más consume tu cuerpo durante el día? Agua. El agua tiene una identidad corporativa muy importante. Y nosotros, que venimos de un proyecto en el que no somos envasadores de agua, si una empresa me pide que le envase con su marca, se lo hago, porque no tengo un amor a mi marca dado que yo no vengo de ser un gran lobby del plástico. Esto, con ignorancia o desconocimiento nos relanza todavía más porque hace una progresión geométrica brutal en la que terminamos este año con más de mil marcas: Museo del Prado, Museo Thyssen, Cabify, Transmediterránea, Parques Acuáticos, cadenas hoteleras…
P.- Leyendo tu historia de emprendimiento uno se da cuenta de que ha sido una montaña rusa y has tenido que escalar hacia un pico muy alto.
No podemos enseñar emprendimiento desde el funcionariado. Si el que educa no sabe lo que significa tener una empresa es imposible
R.- Cuando doy charlas o participo en ponencias, en otros países no, pero en España cuando hablas de fracaso la gente se extraña. En España el éxito y el talento está algo demonizado y queremos poner el talento al nivel más bajo. Esto es muy perjudicial. El 75% por ciento de los estudiantes españoles quieren ser funcionarios mientras que el mismo porcentaje de los estudiantes americanos quieren ser emprendedores.
P.- Tú has tenido fracasos en tu carrera. Has llegado a necesitar cuatro trabajos para mantener a tu familia.
R.- He pasado dos crisis muy graves y no en la época de las crisis globales. En este momento llego con 22 empresas creadas, todas desde cero, algunas exitosas, otras con fecha de caducidad y otras, las que peor recuerdo dejan, fracasos absolutos. En dos ocasiones he sufrido la bancarrota, no poder pagar ni el teléfono y he llegado a tener un cartel colgado en mi casa de 'se vende', hasta llegar el año 2008, en el que no se vendía nada, y tenerlo embargado todo. Aprendí dos cosas. La primera, que del agujero no te saca nadie. La segunda es que siempre hay que contestar el teléfono, porque los problemas serán menores. Aunque te llamen del banco y estés hundido. Yo he llegado a tener una noche a tres tipos con un cuchillo diciéndome que iba a pagar, de una forma u otra, y el dar la cara me libró de ello.
P.- Hoy eres uno de los empresarios andaluces más exitosos y buscados por todos los head hunters. Incluso te han tirado los tejos algunos políticos. ¿Cómo se pasa de la pobreza a ser un empresario de éxito que se puede permitir algunos lujos? ¿Te ha cambiado como persona?
R.- Me ha cambiado todo. Yo he llegado a ir al supermercado con un papel sabiendo que me podía gastar 78 euros y al llegar a 76 euros parar el carro. Para mí es un gran lujo el no ir con un límite y darme igual que la compra valga esto o lo otro, o ir a cenar con mi familia y poder ir a cualquier sitio que me apetezca. Eso sí me ha cambiado mucho. Mi manera de ser creo que ha cambiado poco. Yo sigo llegando a mi fábrica a las cinco y media o a las seis de la mañana, me doy una vuelta con todo el mundo y bromeo con ellos y no tengo la sensación de haber cambiado. Es cierto que hay gente a la que antes recibía y a la que ahora, al ver que no va a aportar en mi tiempo, no recibo, y a veces pienso si me estaré volviendo más presuntuoso… algo afecta. Pero es cierto que ahora dirijo una multinacional con siete compañías en cinco países y que tengo un tiempo límite.
P.- ¿Cuántos empleados tienes?
R: Muy pocos porque estamos muy tecnificados, unos 120 divididos en cinco empresas, una tecnológica, otra de Import Export y no he contado México que es la de más reciente creación; En total ocho empresas. Lo referido a la parte de Import Export consiste en ser compradores en Europa de una empresa camerunesa; tenemos 13 contenedores en el agua, unos 150 contenedores al año, tenemos una dedicada exclusivamente a sostenibilidad con la que hemos patentado a nivel mundial una solución para el reciclaje de los envases multicapa, desde cápsulas de café, bolsas de patatas… ese es el conjunto.
P.- ¿Qué falta en el sistema educativo para cambiar esa tendencia por la que la mayoría de nuestros jóvenes quieran ser funcionarios y no emprendedores?
R.- Hace poco me llamaron de la Junta de Andalucía para dar una conferencia en Torremolinos a un grupo de prestigiosos economistas, y a riesgo de parecer inmodesto, te diré que recibí más de tres minutos de aplausos por contar lo que puede contar cualquiera que ponga en marcha una peluquería u otro negocio. El problema es que no podemos enseñar emprendimiento desde el funcionariado. Si el que educa no sabe lo que significa tener una empresa es imposible. Otro problema es que la palabra empresario está demonizada. No te puedo explicar la de impuestos que tenemos que pagar, y en España somos unos privilegiados. En Italia pago 70 euros por cada cien que facturamos. Italia tiene un impositivo mucho mayor con mucho menos retorno de efectividad operativa. La limpieza y las carreteras son mucho peores en Italia. Eso sí, en Italia se apoya mucho más el emprendimiento. Monté el año pasado en Italia una fábrica. Invertí cuatro millones de euros y el gobierno italiano me devuelve un millón de euros en impuestos. Yo no pago ahora mismo patrimonio ni nada hasta que llegue a un millón. Esto es una ayuda.
P.- Háblame de esta polémica que vivimos esta semana en torno a las subidas y bajadas de impuestos. ¿Qué opinas?
R.-Como andaluz estoy completamente de acuerdo con que se genere competitividad.
P.- ¿Entre comunidades?
Hay un cambio en Andalucía. ¿Que haya coincidido con el gobierno? Pues imagino que sí, pero es evidente que hay un cambio
R.- Lo que ocurre es que Andalucía ha sido siempre una gran olvidada. Ten en cuenta que, en épocas pasadas, que no deben volver, se le dieron muchas industrias al País Vasco y a Cataluña. Madrid era la capital y en Andalucía quedamos como los catetos del campo. Esta regeneración y este emprendimiento que se está viviendo en esta comunidad, mira Málaga. Málaga está ahora en un círculo virtuoso. Yo viajo medio año y en todas partes digo que soy de Málaga y la gente lo conoce. ¿Esto es bueno para la ciudad? Es muy bueno. Obviamente, una cerveza que antes costaba un euro ahora cuesta tres, un apartamento que antes costaba cien ahora cuesta trescientos, pero es el precio del éxito. Y si Málaga está en círculo virtuoso, lo están Antequera, Jaén, Córdoba y por supuesto Sevilla, hay un contagio. No entiendo mucho de política, pero estoy de acuerdo con generar competitividad y creo que la baja imposición genera empleo y recursos. Si no, nos encontramos con una generación totalmente demandante, en vez de ser consecuente y conseguir. Este estigma que teníamos los andaluces de la paguita se ha terminado. La gente ya no es tonta. Siempre nos han atacado con el PER y todo aquello. Cataluña se llevaba más con la ayuda al automóvil que Andalucía en el PER. Pero no sabíamos vendernos mientras que en otras comunidades se vendían mucho mejor.
P.- ¿Ese estigma tiene más que ver entonces con políticas que se han hecho en el pasado?
R.- Totalmente. Un estigma era que el andaluz trabajaba poco, cuando el andaluz junto con el gallego ha sido siempre el mayor emigrante. Y no era porque no trabajara. Otro estigma, la fiesta. Yo no he tenido más fiesta que algún domingo y si dormíamos la siesta era porque hacía 45 grados por la tarde y tenías que levantarte a las cinco de la mañana y descansar en las horas en las que más castigaba el sol. Hay un cambio en Andalucía. ¿Que haya coincidido con el gobierno? Pues imagino que sí, pero es evidente que hay un cambio.
P.- ¿Qué opinas de los políticos y de los líderes políticos?
R.- Sigo confiando en la buena gente. Si la política está liderada por buena gente salen buenas cosas. Si la política la lidera mala gente, salen cosas malas Lo que no me gusta de la política son dos cosas; una, la de los políticos de carrera. Hace no mucho participé en una comida en la que había políticos alemanes, como el presidente de la región de Renania, en la que se me puso como ejemplo de empresario y emprendedor andaluz. Había una concejala de una determinada localidad, que había estudiado Ciencias Políticas y tenía 24 años, que estaba ya en las listas de su partido y cuya mayor aspiración era estar en la lista del siguiente partido. La disciplina de voto de los partidos no me gusta. Tampoco la sumisión al líder porque, ¿para qué queremos 350 diputados? No la veo justificada a nivel personal. Hay muchas leyes polémicas, relacionadas con el aborto o con el colectivo LGTBI en las que estoy seguro de que hay posiciones a favor y en contra, independientemente del partido en el que se milite, pero hay una disciplina de voto. Al empresario de la calle esto le choca mucho. Soy apartidista. No apolítico, pero sí apartidista.
P.- ¿No te cuadra la división clásica entre la derecha y la izquierda?
R.- No me gusta que una empresa del IBEX 35 pague un 3% y yo un 25%. No me parece justo a nivel de competitividad. ¿Por eso soy de Podemos? Pues no. Sí me gusta que haya un equilibrio social. ¿Me gustan las políticas de centro derecha? Me encantan porque promocionan el emprendimiento y la superación, y sobre todo el liberalismo, que tú, con tu empuje, seas capaz de crear.
P.- Eres un progresista liberal.
R: Claro. Soy de los decepcionados de Ciudadanos. Al final, la gente tiene sentido común, y este está en el centro. Los extremos se alimentan. ¿Ahora va a caer Podemos y Vox? Normal. Volveremos al bipartidismo. Es como el independentismo, que va por rachas. Al final es el sentido común el que marca. ¿Por qué están teniendo éxito Juanma Moreno y Feijóo? Porque actúan con sentido común. Juanma Moreno no es de derechas. Es de Juanma Moreno. Por eso está teniendo éxito. ¿Por qué Feijóo ha tenido tanto éxito en Galicia? Porque no es de derechas, porque es Feijóo.
P.- ¿Vamos a una política dónde lo importante es el individuo, la persona?
R.- Totalmente. La persona tiene una marca que antes no tenía.
P.- ¿Cuáles son las claves para ser un empresario de éxito en estos tiempos durísimos?
R.- Es una pregunta muy difícil. El éxito radica en la experiencia y en la comprensión del fallo. ¿Para tener éxito hay que equivocarse? No necesariamente, puedes ser un heredero. Ahora, hay 50 fallos que se cargan el 90% de una empresa. Esto yo ya me lo sé. Hay 500 más en los que puedes caer, pero hay unos cuantos al principio. Los malos compañeros de viaje, por ejemplo. ¿Un socio es un ángel o un demonio? Yo veo cómo la gente hace empresa en un restaurante; se le ocurre una idea y tienen al de al lado, que es su cuñado o su amigo, y hacen la empresa con el de al lado. Porque le han pillado en ese momento. Antes de casarse, hay que ser novio. Este es un fallo principal. Otro fallo es que, como no tenemos ni idea y no estamos bien enseñados, no hacemos planes de negocio. ¿Por qué se están forrando las empresas de negocios? Y cuidado, que yo colaboro con dos, porque la educación empresarial y el emprendimiento es muy pobre y no se estudian casos prácticos. ¿Por qué España tiene un nivel de inglés paupérrimo? Porque cualquier español se estudia los verbos irregulares de corrido, como la tabla de multiplicar, pero no ha tenido una conversación en su vida. El sistema no funciona. Tú no hablas, aunque tengas mucha gramática. En el emprendimiento pasa igual. ¿Quién hace hoy un plan de negocio antes de hacer una empresa? El 1%.
El plan de negocio no es para que el banco te dé un préstamo sino para que tú aprendas de tu marketing, de tus gastos, de tus debilidades, de tus fortalezas y de tus oportunidades, de tu visión y de tu misión.
P.- ¿Has tenido algún modelo?
R.- Mi padre, que era un emprendedor nato y que nos inculcó que la vida no te la regala nadie. Eso ha hecho que me levante continuamente. Nosotros vivíamos en una familia acomodada y en 1989, el año de la gran riada de Málaga, mi padre se arruinó completamente y también padeció parkinson durante 20 años. Siempre ha sido el recuerdo de mi padre y la memoria de aquella frase, que la vida no te la va a regalar nadie, lo que me ha hecho levantarme una y otra vez. Si esto te pasa con tres niños, imagínate. Yo he llegado a meter en los biberones la mitad de leche y la mitad de agua. En estos tiempos está de moda la psicología aplicada a todo y a veces uno no tiene ni ganas de hablar, pero claro que hay veces que dan ganas de subirse a un piso alto y acabar con todo, y eso que ahora estamos muy bien.
P.- Curro, yo digo siempre que para ser un buen líder hay que ser una buena persona. ¿Eres buena gente, te consideras buena persona?
R.- Formé parte de los equipos médicos 061 paralelamente durante 23 años y con mucha implicación en ayuda humanitaria y catástrofes. Trabajaba 24 horas cinco días a la semana, que los dediqué a montar empresas. Una vez salí del 061 quise que la empresa estuviera muy comprometida a este respecto, hasta el punto de que donamos entre el diez y el quince por ciento de nuestro beneficio a nuestra ONG Pozos sin Fronteras (por eso Silvia vino para la gala que hicimos para la Feria de Málaga coincidiendo con su VPO) donde aportamos, para 120.000 personas, 205 pozos, cinco escuelas y dos orfanatos en seis países. Este semestre hemos constituido la Fundación Ly Company Agua y Vida para interconexionar todo con la Fundación.
P.- ¿Cuáles son tus últimos proyectos?
R.- Acabamos de empezar con ‘Ly Company’ USA, Connecticut y Miami, y ya tenemos cinco contenedores y con una receptividad brutal. Vengo además de México, de recorrerlo completo, y es una maravilla. ¡Qué incultura tenemos de ese país! Guadalajara, Puerto Vallarta, Ciudad los Cabos Riviera Maya… un país brutal. Es el tercer consumidor del mundo en agua envasada y el primero per cápita. Las siguientes fábricas irán en México. También tenemos una solicitud de un distribuidor en Brasil que estamos estudiando. Me gustaría en el futuro además hacer cosas en Asia. En Francia abriremos antes de fin de año y trataremos también de posicionarnos un poco mejor en Europa.
P.- Gracias Curro. Mucha suerte.
Francisco Rodríguez, conocido por todos como Curro, es un empresario de éxito, diplomado en Criminología, Medicina Legal y Psicología Criminal. Es MBA Executive y ceo de la multinacional Ly Company Water Group, entre otras compañías.
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