Este jueves el Gobierno ha publicado el conocido como libro amarillo que recoge al detalle los Presupuestos Generales del Estado para el año 2023. En la madrugada del martes, PSOE y Podemos cerraron un acuerdo sobre las cuentas del próximo año, y ese mismo día se aprobaron en el Consejo de Ministros, pero las 471 páginas con todo el desglose no se han dado a conocer hasta hoy.
En la parte de ingresos se puede apreciar que el Gobierno prevé que el conjunto del Estado recaude más por IRPF, IVA y Sociedades. Respectivamente, un 7,7%, 5,9% y 7,7% más. En las cuentas no se describen los motivos que llevan al Ejecutivo a esperar recaudar más, pero tiene que ver con la subida de algunos de estos impuestos y que se prevé que los precios el año que viene continúen subiendo con fuerza, aunque menos que este año.
Así, en total el Gobierno espera que el conjunto del Estado recaude 227.735 millones de euros a través de estos tres impuestos, 14.900 millones más que este 2022, cuando se espera recopilar 212.835 millones. La diferencia entre un año y otro es de un 7%.
En concreto, por el impuesto sobre el valor añadido (IVA) el Estado recaudará 86.093 millones de euros, frente a los 81.312 de 2022. En concepto de impuesto de sociedades, ingresará 28.519 millones de euros, frente a los 26.483 de este año, y en impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), 113.123 millones en 2023 frente a los 105.040 millones de 2022.
La semana pasada, el Gobierno anunció un paquete fiscal que incluye subidas en el IRPF a las rentas más altas, bajadas a las más bajas y una rebaja en el impuesto de sociedades a las empresas más pequeñas. También decidió crear un impuesto a las grandes fortunas (o, formalmente, impuesto de solidaridad a las grandes fortunas), que entrará en vigor en 2023 pero que no va incluido aún en los presupuestos, puesto que se está tramitando como una iniciativa parlamentaria.
Los impuestos a la banca y a las energéticas suavizan la caída
Una de las novedades de estos Presupuestos Generales del Estado en materia de impuestos son los gravámenes temporales a las empresas energéticas y a la banca. El Gobierno prevé recaudar 3.500 millones en su primer año con este impuesto. Por ello, en la presentación de las cuentas de 2023, el Ejecutivo asegura que los ingresos no tributarios, es decir, los que no se pueden desgravar, verán atenuada su caída por la aprobación de estos dos nuevos impuestos.
Los ingresos no tributarios alcanzarán en 2023 la cifra de 44.664 millones, lo que supone una caída del 2,8% frente a la recaudación prevista para 2022. En comparación con los ingresos no tributarios presupuestados para 2022, se espera que haya una desviación negativa, es decir, que la recaudación será inferior a la de los presupuestos de 2023 en 1.013 millones de euros.
Dentro de los ingresos no tributarios, los ingresos procedentes de Tasas y otros ingresos se incrementarán un 35,8% hasta los 8.725 millones. Según explican en el libro amarillo, el incremento se debe al nuevo gravamen temporal en los sectores energético y financiero que aportará en su primer año 3.500 millones a la recaudación.
Sin este gravamen, que tiene consideración de prestación patrimonial, similar a la que pagan las sociedades que hacen uso de sus activos fiscales diferidos (DTA), la recaudación de este capítulo disminuiría un 18,7% por la nueva caída que se espera en los ingresos por las diferencias entre los valores de reembolso y emisión de la deuda pública (-40,3%).
Banca y energía
Las cuentas del Ministerio de Hacienda pasan por recaudar unos 2.000 millones de euros por año del sector de la energía y unos 1.500, del bancario. En el caso de las empresas eléctricas, gasísticas y petroleras lo hará a través de la imposición de un impuesto del 1,2% de la facturación que tengan en nuestro país. Respecto a la banca, el Estado arañará el 4,8% de la cifra neta de las comisiones y de los intereses que obtengan.
En el proyecto de los presupuestos, el Gobierno explica que se ha puesto en marcha el establecimiento de un gravamen sobre los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y los bancos “para contribuir a financiar las medidas de apoyo a las familias y empresas”.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado en la rueda de prensa que los impuestos a la banca y a las energéticas no son impuestos que estén afectados por la guerra. “Su recaudación es una recaudación global y no se expresa en los presupuestos que los ingresos por estos gravámenes no van destinados a paliar los efectos de la guerra en Ucrania”, ha señalado.
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