Ángel Jañez decidió jubilarse el año pasado. Una vez cumpliese 65 años, en el mes de abril, colgaría su chaquetilla, se despediría de sus compañeros y celebraría sus 48 años cotizados, la mayor parte de ellos como jefe de cocina. Pensaba que lo más difícil ya estaba hecho, pero para su sorpresa, no era así: al intentar sacar cita en la web de la Seguridad Social para tramitar su pensión pública, no aparecía ninguna. "Ni entrando por la mañana, ni por la noche. No daban citas a ninguna hora ni ningún día en todo Madrid", explica. Por eso decidió probar a ampliar el margen de kilómetros para encontrar oficina. Estaba dispuesto a salir de Móstoles e ir a otros municipios madrileños, a Toledo, a Guadalajara. Tampoco allí había citas libres.
Tras un buen puñado de búsquedas, encontró una en León. Se desplazó a 300 kilómetros de Madrid, pero allí no pudieron atenderle por problemas técnicos. Así que vuelta a empezar. Finalmente, consiguió otra en Arenas de San Pedro (Ávila) en el mes de enero, donde asegura que se encontró a una funcionaria "completamente desbordada" tras las jubilaciones de dos de sus compañeros y la enfermedad de otra más. Ella sí tramitó su pensión, que el jubilado ya cobra, no sin haber pasado por meses de angustia.
"Lo intenté de mil maneras: con firma digital, a través de un abogado, por teléfono... Y no se podía, no se podía", lamenta. "Donde sí había era en sitios como Ciudad Rodrigo (Salamanca), Villareal (Valencia), Benavente (Zamora), Astorga o Villablino (León) o Puertollano (Ciudad Real)", narra, asegurando que a esos lugares se han trasladado un buen puñado de amigos que se han enfrentado al mismo problema. En algunos casos, cobrando la pensión con meses de retraso.
Porque Jañez fue precavido y empezó de gestionar el acceso a su pensión pública en enero, tres meses antes de cumplir los 65. Pero no todos los nuevos retirados actúan con la misma antelación. Jaime, un empleado de banca también de 65 años que El Independiente ha encontrado por separado y que prefiere ocultar su verdadero nombre y apellidos -tiene un conflicto abierto con la Seguridad Social-, se jubiló el pasado agosto. Sin saber que el trámite se podía iniciar antes de terminar la relación con su empresa, fue entonces cuando empezó a desesperarse: no conseguía encontrar cita ni por teléfono, ni por internet, ni de forma presencial.
Jaime se jubiló en agosto, pero no cobró la pensión hasta noviembre. Fueron tres meses sin ingresos
Residente en Pozuelo de Alarcón (Madrid), optó por desplazarse a la oficina del INSS más cercana. "Vengo a solicitar una cita", comunicó. "Debe hacerlo por la web, aquí no damos citas", le respondió el vigilante de seguridad de la puerta, impidiéndole el paso. "No tengo DNI electrónico, Cl@ve PIN ni certificado electrónico", explicó él. "Entonces llame a este número de teléfono". "He llamado, pero nadie lo coge". Volvió a casa y probó a llamar a horas intempestivas, de madrugada, ya que le aseguraron que era un teléfono 24 horas.
"No entiendo por qué no te dan cita aunque sea para dentro de tres meses. Simplemente aparece que no hay ninguna, pero no te dan alternativas. A lo mejor te merece la pena irte a Móstoles, pero no te dan esa opción. La frustración es tremenda", lamenta. Mientras pasaban las semanas, Jaime no recibía ningún ingreso. Terminó contratando a un gestor que sí consiguió hacer el trámite, y por fin cobró la pensión pública por primera vez a finales de octubre, casi tres meses después de haberse desvinculado de su empresa.
"Es ridículo. Te sientes desamparado, porque no tienes alternativas. ¿A dónde vas si no consigues dar con la Seguridad Social? No hay otra opción", se pregunta. "Y ya es tremendo que haya que pagar a alguien si no tienes conocimientos informáticos para conseguirlo", reprocha al otro lado del teléfono.
Los sindicatos aseguran que pasa desde hace años
Lejos de considerar estas historias casos aislados o puntuales, sindicatos con presencia en Seguridad Social aseguran que se trata de una experiencia frecuente, ligada a una flagrante falta de personal existente desde hace cuatro años y con pocos visos de arreglarse. "Es un problema que existe y que se está dando sobre todo en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao", confirma Jesús Vila, portavoz de CSIF en la Seguridad Social.
Lo que más nos preocupa es la paralización de las rentas, que lleva a la gente a pedir préstamos o ayuda"
jesús vila, portavoz de csif
"Es un auténtico desastre. La hoja de citas previas la cuelgan a una hora, por ejemplo a las 7 a.m., y a las 8.30 ya están todas cubiertas, así que cualquier ciudadano que entre ya no puede acceder. Y esto no afecta solo al INSS, sino a todas las prestaciones de la Seguridad Social, desde el ingreso mínimo vital (IMV) a las pensiones, peticiones de jubilación...", recalca. Dependiendo de la oficina, las citas se publican a una hora distinta -"algunas las cargan a las 12 de la noche, otras temprano por la mañana"-, pero es habitual que solo se lancen para ese mismo día, asegura Vila.
"Pero lo que más nos preocupa es que se produce algo que no pasaba desde los años 90: un parón de rentas. Un ciudadano intenta acceder a su jubilación, solicita la baja en la empresa y se encuentra con un parón de su renta de tres meses, que lo llevan a pedir préstamos o ayuda familiar. Eso de que se tarde meses en realizar cualquier trámite es que no pasaba desde la década de los 90", reitera el sindicalista.
Una cita disponible en lo que queda de mes en Madrid
Cuando este medio ha tratado de conseguir una cita en la web de la Seguridad Social, a lo largo de una semana y entrando sin certificado digital, siempre ha obtenido el mismo mensaje: "Lo sentimos, no hay disponibilidad en estos momentos" y "lo sentimos, no existe disponibilidad en los próximos días para el servicio solicitado", si se introduce un código postal concreto de Madrid. Si en lugar de escoger esta opción se selecciona la de encontrar la primera cita disponible en cualquier centro de una provincia concreta, en este caso, Madrid, sí aparece una el día 29 de diciembre, dentro de tres semanas, pero en tan solo un centro, el de calle Cedaderos, en el centro.
No sucede lo mismo si se intenta buscar en otras provincias, como las de Toledo, Ávila o Bizkaia, donde no aparece ninguna cita disponible independientemente de la opción que se seleccione. "No existe disponibilidad en los próximos días para el servicio solicitado", vuelve a aparecer. A través de las mismas búsquedas se aprecia que en Valencia y Cuenca el sistema está más desahogado, con multitud de citas desde el día 23 y una el 12, pero en Barcelona es más difícil encontrar, con solo un día y una franja horaria disponible (el 23 de diciembre), así como en otras provincias más cercanas a Madrid, como Guadalajara o Segovia (aparece una, el día 30).
En cambio, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones aseguran que, aunque depende del lugar, sí hay huecos disponibles, y que "siempre se deja abierta la agenda a casos de urgencia". También recalcan que se han habilitado medios para poder pedir la jubilación sin certificado digital o Cl@ve PIN y para que lo haga un representante en nombre de otra persona, añadiendo que por teléfono hay más citas que online. Asimismo han aportado que la media de resolución de expedientes -periodo desde que se solicita la prestación hasta que se cobra en nómina- en el caso de las pensiones de jubilación es de 22 días, y que la ley permite resolverlos en 90 días.
Falta de personal y cierre de oficinas
Desde CSIF achacan parte del problema a la falta de personal en la Seguridad Social. Actualmente cuentan con 24.000 empleados, que esperan ver reducirse hasta los 19.000 a finales de año por las jubilaciones -la edad media está entre los 55 y los 62 años-. Hace unos años eran 38.000. El cálculo que hacen es que faltan unos 7.000 efectivos en todo el organismo, problema que se suma al rápido cierre de oficinas. "Llevamos así cuatro años. Poco a poco van desmantelándolas y van cerrando oficinas. Oficina que no da a basto, oficina que se cierra y empleados que se trasladan a otra oficina para agrupar recursos humanos, en lugar de aplicar una política de recuperación de personal", lamenta Jesús Vila.
"Está colapsando el sistema, lo venimos avisando, y va a colapsar totalmente por la inacción de los gestores de la Seguridad Social, con el ministro José Luis Escrivá a la cabeza. Se está desmantelando totalmente un sistema de gestión que atiende a 10 millones de pensionistas, medio millón de perceptores del ingreso mínimo vital (IMV), incapacidades, invalideces... del que los empleados estábamos orgullosos", lamenta. Al respecto, el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, aseguró recientemente en el Senado que van a sumarse 2.300 funcionarios entre plazas definitivas e interinos "que van a dar oxígeno para mejorar esa atención", algo que para CSIF no es suficiente.
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