El pasado 22 de noviembre, el Gobierno y la banca llegaron a un acuerdo de nuevas medidas para aliviar la carga hipotecaria a familias vulnerables y en riesgo de vulnerabilidad. Los economistas Daniel Lacalle y José Carlos Díez han elaborado un informe que avala el nuevo Código de Buenas Prácticas. De hecho, ambos coinciden en que es “así como tienen que ser los acuerdos en una crisis”.
Los dos economistas han realizado para el Observatorio de la Realidad Financiera (ORFIN), del que son miembros, el informe "Claves de las medidas para aliviar la carga hipotecaria". Durante la presentación del mismo, Lacalle ha resaltado que el acuerdo es “eficiente y eficaz” y ha asegurado que no se va a convertir en un problema a largo plazo. Además, ha valorado que se haya contado con el conocimiento del sector para realizarlo. Un acuerdo que, según el economista, debe extenderse al resto de sectores.
Es una medida antiriesgos derivada de la subida de tipos. “Es como ponerse casco y rodilleras. ¿Me voy a caer? No lo sé, pero por si acaso”, ha apuntado Lacalle. El experto ha resaltado que estas medidas “no son un incentivo perverso ni penaliza la concesión de crédito futura”.
José Carlos Díez también se ha mostrado satisfecho con las medidas aprobadas y ha asegurado que es un “buen acuerdo”. Díez ha valorado, sobre todo, que se haya llegado a tiempo, en contraposición con la crisis de 2008, “que se tardó mucho en reaccionar tanto por parte del Gobierno como por parte de la banca”. El economista ha reconocido que todavía no se está viendo “nada de morosidad en el sector hipotecario”, pero ha matizado que podría comenzar a darse si empieza a haber problemas en el empleo.
Díez ha destacado también que el acuerdo acoge a la mayor parte de las situaciones de familias en riesgo de vulnerabilidad por la subida de los tipos de interés y ha explicado que los hogares que no puedan acogerse a algunas de las medidas pactadas, como el cambio de tipo variable a tipo fijo, extensión de plazos o las carencias, y tienen que recurrir a la dación en pago, el problema no es hipotecario, sino "de pobreza severa".
Una afirmación con la que se ha mostrado de acuerdo Lacalle, ya que ha señalado que la ampliación hasta los 29.400 euros de ingresos por hogar está bien y ha apuntado que “el café para todos no es buena idea”, en referencia a que estas medidas no pueden ser extensibles para aquellas familias que hayan visto cómo ha subido su hipoteca, pero no supone un problema hacer frente. José Carlos Díez ha apuntado que las medidas están destinadas a familias vulnerables o en riesgo de serlo.
En cuanto al impacto del acuerdo sobre la banca, Lacalle cree que afectará a las provisiones, aunque de manera "muy moderada" y probablemente sobre activos que tenían que ser provisionados en cualquier caso. "Que la banca va a tener que provisionar en España y en el resto de Europa lo dice el Banco Central Europeo (BCE) y cualquiera que analice los balances, ante el cambio de valoraciones, de los tipos de interés, de la inflación y de la ralentización económica, pero el impacto de este acuerdo no es tan significativo como para generar una preocupación", ha afirmado.
Díez ha asegurado, por su lado, que la banca "no está tratando de evitar las provisiones" que tras la crisis de 2008 se han endurecido significativamente, sino que está intentando "evitar que les entren las viviendas" y un problema "innecesario" a la familia, intentando tomar medidas y llegar a acuerdos "sin entrar al juzgado".
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