El Banco de España calcula que la economía española crecerá el próximo año algo menos de lo previsto. Ha reducido su previsión de crecimiento del 1,4% al 1,3%, sobre todo por el contexto internacional, que hace pensar que 2023 será algo más difícil de lo que parecía. Sucederá así pese a que este fin de año la actividad económica está comportándose mejor de lo planeado, y también pese a la prórroga de parte de las medidas aprobadas por el Gobierno para luchar contra la inflación.
"Son factores fundamentalmente externos los que nos llevan a revisar a la baja nuestras previsiones para la economía española", ha aclarado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, en la presentación de las nuevas Proyecciones macroeconómicas de España 2022-2025, que ha tenido lugar este martes. Gavilán ha explicado que todavía próximos meses la debilidad económica será considerable por la inflación, por las subidas de tipos de interés y porque los niveles de confianza de los agentes económicos todavía anclados en niveles muy reducidos.
Además, ha recordado que se espera que la economía de la zona euro pueda entrar en recesión a finales de este año y principios del próximo, aunque se trataría de una crisis muy corta y "técnica", es decir, solo consistente en dos trimestres consecutivos de caídas de producto interior bruto (PIB). En cambio, para este año el Banco ha mejorado su previsión del avance del PIB del 4,5 al 4,6%, sobre todo por la mejor evolución de la economía en el segundo semestre.
Hay que recordar que el Gobierno espera que la economía española crezca un 4,4% este año y un 2,1% en 2023, y que en sus cuadros macro no incluyen previsiones sobre la tasa de inflación.
Deja atrás la recesión, aunque "no se puede descartar ningún escenario"
En este contexto, ahora sí, el Banco ya es explícito y no prevé una recesión en los próximos trimestres, situación que sí valoraba en sus últimas proyecciones. Por ahora, prevé que este cuarto trimestre la economía crezca un 0,1% en comparación con los tres meses anteriores, y que continúe avanzando en los siguientes. "Pero no se puede descartar absolutamente ningún escenario en un escenario de tanta volatilidad", ha advertido el director de Economía del supervisor.
Con respecto a la inflación, el Banco de España espera que este 2022 los precios terminen creciendo, de media, algo menos de lo que creía hace un par de meses, gracias a que la tasa del IPC estos meses ha registrado una caída más fuerte de la esperada. Así, estima que los precios este año terminen incrementándose, de media, un 8,4% frente al 8,7% que pronosticaba en octubre. Se trata de una tasa que quedará muy por encima del 3,1% que aumentaron los precios en 2021.
De cara a 2023, el supervisor también ha rebajado sus expectativas, del 5,6% al 4,9%, sobre todo por las medidas del Gobierno para aminorar el avance de los precios. Sin embargo, por esa misma razón las previsiones de IPC para 2024 aumentan hasta el 3,6%, 1,7 puntos más que en las previsiones anteriores, con el Banco pensando que la inflación será "relativamente persistente" a medio plazo. En base a la encuesta EBAE, el Banco aprecia que la mitad de las empresas españolas aún tienen previsto trasladar parte (entre el 0 y el 20%) del incremento de los precios que han sufrido.
"La rebaja de la tasa de inflación para 2023 es por las medidas [del Gobierno], pero esto mismo tiene un efecto claro en revisión de la tasa de 2024, precisamente por la supresión de estas medidas", ha aclarado Gavilán, advirtiendo de que la subida de los precios ya va mucho más allá de los alimentos y de la energía, y que "el 60% de los bienes y servicios de la cesta tienen una inflación por encima del 4%". En esa línea, ha recalcado que todas sus previsiones están muy condicionadas por las decisiones que tome el Gobierno.
Los cálculos se han elaborado en base a la información que existe a día de hoy, y suponiendo que algunas medidas se van a prorrogar, pero todo podría cambiar en los próximos días, cuando el Gobierno anuncie cuáles prorroga y cuáles descarta definitivamente. De nuevo, el Banco ha insistido en que el Ejecutivo debería focalizar las ayudas en los sectores de la población y las empresas más débiles, en contraposición a lo que sucede a día de hoy, cuando el 75% de las medidas son generalistas.
Sobre la subida del salario mínimo, el supervisor ha preferido no posicionarse. Sí ha señalado que espera que los sueldos crezcan en los próximos meses, dejando en parte atrás el estancamiento en el que se han mantenido este año, cuando los salarios ligados a convenios colectivos tan solo están aumentando alrededor de un 3% frente a una inflación media del 8,5%. Sin embargo, y pese a esta pérdida de poder adquisitivo, el consumo está impulsando la economía, en parte gracias al ahorro de la pandemia y en parte gracias a la reforma laboral, que ha dado certidumbre a los trabajadores.
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