El Tesoro Público ya ha comenzado sus emisiones de deuda, que ha concluido con “éxito” y con rentabilidades no vistas desde 2012. El pasado martes, colocó 4.893 millones de euros en una subasta de letras a 6 y 12 meses, con una rentabilidad del 2,599% y del 2,998%, superior a la última de 2022 y muy elevada en comparación a la de hace un año. Este aumento de rentabilidad, que viene propiciado por la subida de tipos del Banco Central Europeo, hace que los intereses que tiene que pagar el Estado sea mucho mayor, ya que es más duro financiarse.
Según lo presupuestado por el Gobierno, el pago de intereses de la deuda pública crecerá un 3,6% en 2023, hasta los 31.275 millones, lo que supone 1.087 millones de euros más. Sin embargo, Carlos Cuerpo, el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, señaló en la presentación de la estrategia de financiación del Gobierno que esperan que el dato de intereses esté por debajo de lo presupuestado inicialmente, en referencia a los de 2022, ya que no se refirió a la emisión de este año.
No obstante, Cuerpo explicó la normalidad de que los intereses sean mayor porque la rentabilidad es más alta. “Hay un punto de inflexión en el BCE y se han endurecido las condiciones de financiación”, señaló. Además, aseguró que “es muy difícil” que se vuela a ver que el coste medio de la emisión del conjunto de la cartera del Estado esté en negativo. “El ahorro que se produjo en 2021, hay que contextualizarlo dentro de la excepcionalidad de la situación”, apuntó.
Tal y como explicó, la estrategia de financiación para 2023 se desarrollará en un contexto distinto, fundamentalmente por la finalización de los programas de compras netas de deuda soberana por parte del BCE y la reducción gradual de las reinversiones, que se unen a la normalización de la política monetaria que están llevando a cabo los bancos centrales para reducir la inflación.
Debido a esta situación de normalización de la política monetaria, el Tesoro prevé un aumento de los costes de las emisiones y del coste medio de la deuda, si bien de forma moderada y "muy amortiguada" por el alargamiento de la vida media de la deuda, que actualmente se sitúa en torno a los ocho años.
Desde el Gobierno destacaron que el coste del conjunto total de la deuda española se ha incrementado “únicamente” nueve puntos básicos, hasta el 1,73%, mientras que el coste medio de la deuda emitida en 2022 se situó en el 1,35%. Además, Cuerpo también ha señalado su previsión de que la vida media de la deuda pública española se mantenga durante 2023 en torno a los ocho años, con una preferencia por los instrumentos a medio y largo plazo, frente a las letras, de tal manera que continúe el reducido riesgo de refinanciación.
La rentabilidad que dan estos productos es más alta que cualquier depósito que ofrece la gran banca española
Por lo que respecta al fin de la compra de deuda del BCE, Cuerpo ha señalado que es un proceso continuo en el que están inmersos y ha recordado que hasta 2015 no se inició el programa de Quantitative Easing (QE), de compras por parte del banco central, por lo que se ha emitido deuda sin ese inversor.
El secretario general del Tesoro aseguró que no hay un único sustituto, aunque sí que se están viendo el aumento del interés de los bancos domésticos y de los inversores extranjeros. Los últimos datos disponibles muestran que el 13,57% del stock de la deuda soberana es de la banca doméstica y el 33,7% pertenece al BCE.
Aumento del interés por la renta fija
El Gobierno está viendo un aumento de interés en la renta fija y específicamente por la compra del Tesoro Público. “Estamos viendo interés de particulares, de instituciones financieras domésticas, de inversores no residentes… Conforme hay una mayor rentabilidad la demanda reacciona”, puntualizó Cuerpo. Y para muestra lo que se ha visto esta semana en el mercado de deuda pública.
De hecho, la participación de la banca española en las emisiones del Tesoro aumentó en 26.000 millones en 2022, hasta alcanzar los 166.208 millones de euros, en detrimento de las compras de deuda pública española realizadas por parte del Banco Central Europeo (BCE).
La primera emisión de letras a 6 y 12 meses obtuvo una demanda de 9.793,39 millones de euros, lo que supone duplicar lo que finalmente se adjudicó en los mercados. El jueves se colocó una subasta de bonos y obligaciones del Estado a medio y largo plazo de 6.935,1 millones de euros, pero que tuvo una demanda de 13.127 millones de euros. Según Carlos Cuerpo, esta demanda entra en el top 3 de emisiones.
La rentabilidad que dan estos productos es más alta que cualquier depósito que ofrece la gran banca española, que por el momento rechaza subir la remuneración de estos productos. Las letras a 6 y 12 meses tuvieron una rentabilidad del 2,599% y del 2,99%, mientras que las de medio y largo plazo también registraron porcentajes altos desde el 1,03% hasta el 3,43% de rentabilidad. Ante esta situación, Carlos Cuerpo recomienda a ahorradores españoles, extranjeros, a todo tipo de ahorradores con capacidad de invertir “que lo hagan en los instrumentos de deuda pública española”.
Más allá de la rentabilidad, el secretario general del Tesoro explica que estos instrumentos son competitivos, estables y dan seguridad por el perfil de riesgo de los inversores y la incertidumbre del contexto actual. “Es una opción segura y es un mensaje importante para trasladar y además rentable”, explica.
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