El producto interior bruto (PIB) español finalmente esquivó el estancamiento y la caída o estancamiento que los analistas preveían para su último trimestre del año, impulsando así su avance para el conjunto del ejercicio. Según los datos que ha publicado este viernes el INE, el PIB creció un 0,2% en el cuarto trimestre, llevando el dato de 2022 hasta el 5,5%. Se trata de una cifra muy superior a la que estimaban el conjunto de los economistas, mejor también que la prevista por el propio Gobierno, e idéntica a la del crecimiento registrado en el ejercicio 2021.
El Ejecutivo esperaba un avance de la economía del 4,4%, es decir, 1,1 puntos por debajo del dato avanzado hoy por el INE y que confirmará el 24 de marzo. "En un contexto internacional de gran incertidumbre, marcado por las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania, la economía española ha demostrado una gran solidez y resiliencia", se han congratulado desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. El Banco de España esperaba un crecimiento del 4,6%, y la media del conjunto de instituciones económicas -que recopila Funcas- estaba en el 5%, tras revisarlas al alza varias veces a lo largo del año.
Aun así, España aún no ha recuperado el nivel de PIB que tenía antes de la pandemia del coronavirus. Esto es, los ciudadanos no han recuperado los niveles de renta per cápita con los que contaban en 2019. El resto de países europeos de nuestro entorno sí han alcanzado este nivel, muchos el año pasado. Y dadas las pobres previsiones de crecimiento para este año, por ahora no es posible que España llegue a esta barrera en 2023.
A pesar de que el avance del PIB frente al trimestre inmediatamente anterior ha sido mejor de lo esperado (se valoraba que se quedase en el 0,0%, y también que retrocediese) el parón económico es evidente. Si se observa el gráfico de la variación trimestral del PIB, se observa el fuerte crecimiento que venía registrando a partir del segundo trimestre de 2021, para caer en el primero del año pasado y después quedarse en el 0,2% tanto en el tercero como en el cuarto de este año, cuando los economistas avanzaban que podía retroceder.
Para el Gobierno, los datos son muy positivos en un contexto de fortísimos precios, muy complicado a nivel internacional por la invasión de Rusia a Ucrania y de fuertes subidas de los tipos de interés, como ya destacó este jueves el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, en rueda de prensa tras publicarse los datos de la EPA. Hay que recordar que en 2022 los precios se dispararon un 8,4% con respecto a los del año anterior, un nivel que no se veía desde 1986, con el correspondiente impacto en familias y empresas.
Sin embargo, los datos de la EPA de ayer constataron por su parte el parón. El desempleo aumentó y los trabajadores se redujeron en el cuarto trimestre, aunque el balance del año fue positivo, con una creación de empleo de 279.000 personas. Es un ritmo muy inferior al de ejercicios anteriores, sin tener en cuenta 2020, por la pandemia, lo que junto al dato de PIB lleva a preguntarse qué sucederá durante los próximos meses.
Por otro lado, el INE ha vuelto a corregir los datos de los trimestres anteriores, como ya es habitual, subiendo una décima el del tercer trimestre (al 0,2%) y el del segundo (2,2%) y rebajando el del primero (-0,01%). El resto de datos de años anteriores permanecen invariables. Esos retoques, en conjunto, han llevar al crecimiento hasta un 5,5% que no estaba previsto, igualando el del año anterior.
Un avance gracias a la demanda externa
Por componentes, la demanda nacional (que incluye el consumo y la inversión) aportó 2,8 puntos porcentuales al crecimiento del PIB y la externa (que incluye exportaciones y importaciones), 2,6 puntos. La primera aportó 2,4 puntos menos que el año anterior, pero la segunda contribuyó con 2,3 puntos más. En ese sentido, la economía se sostuvo gracias a la fortaleza del sector exterior, pese al frenazo del nacional.
En el último trimestre, y en la misma línea, la demanda externa aportó 1,3 puntos y la nacional restó 0,9, sobre todo por la caída del consumo de los hogares, que retrocedió un 1,8% aunque en el tercer trimestre avanzaba en esa misma medida. La inversión, por su parte, se redujo un 3,8% los últimos tres meses, y el gasto público subió un 1,9%. Por sectores, en el cuarto trimestre crecieron todos excepto la agricultura, y mayormente lo hicieron la construcción (4,5%), los servicios (3,6%), y, muy por detrás, la industria (0,5%).
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