El Barcelona se salvó, prácticamente, por la campana. El club catalán pudo haberse visto seriamente perjudicado en el plano deportivo de no ser porque en diciembre se modificó la Ley del Deporte sin que se cambiara el punto en el que se penaliza por falta grave la corrupción de asociaciones deportivas, clubes o deportistas. Esto supone, que LaLiga no puede entrar de oficio puesto que los hechos han prescrito, al pasar más de tres años.

El pasado diciembre salió, no sin polémica por parte de las formaciones políticas que conforman el Congreso de los Diputados, la remodelación de la Ley del Deporte. Las modificaciones fueron numerosas, entre las que destacan la apertura a entrada a fondos extranjeros como es CVC en LaLiga. Sin dicho cambio, el acuerdo podría haberse quedado en agua de borraja, si bien finalmente no ocurrió.

La Ley también se modificó en ciertos aspectos que endurecen las penas en el ámbito deportivo contra la corrupción, algo que podría haber puesto en aprietos al Fútbol Club Barcelona tras el escándalo de pagos al vicepresidente del Comité de Árbitros en aquellos entonces, Enríquez Negreira. Concretamente, se ampliaron las faltas leves y graves, pero no así las muy graves.

El pago del Barcelona a Negreira se encuadra dentro de la tercera y, por tanto, las penas deportivas no se ampliaron. Entre las posibles consecuencias que se podrían haber aumentado era la de la prescripción, que pasa a tres años desde que se tienen conocimiento de los hechos que pudieran conllevar sanción.

El FC Barcelona pagó siete millones de euros a José María Enríquez Negreira, vicepresidente de los árbitros españoles, desde el año 2001.

Negreira justificó ante la Agencia Tributaria que esas asesorías eran "verbales". Los pagos del Barça a la empresa de Negreira por siete millones se sucedieron entre 2001 y 2018.

En concreto, el artículo 112 de la Ley del Deporte indica que “las infracciones muy graves prescribirán a los tres años, las graves a los dos años y las leves a los seis meses”. Es decir, al prescribir en 2021, el Barça tiene de su lado la razón.

Pero llama poderosamente la atención como la modificación de la nueva normativa se aprobó meses después cuando la Agencia Tributaria y la Fiscalía ya tenían conocimiento de las irregularidades cometidas por el Fútbol Club Barcelona. Según las informaciones de los diversos medios de comunicación que han destapado el escándalo de los pagos, Hacienda tenía en su mano la documentación requerida a la institución catalana y tan solo dos meses después, la Ley del Deporte salía adelante sin modificación para situaciones similares a la del caso Negreira.

De haberse ampliado, la sanción a la que se expondría el Barcelona deportivamente hubiese sido histórica, si se acredita que hubo corrupción entre particulares. En concreto, sería la «pérdida o descenso de categoría o división», tal y como viene marcado en el artículo 108.1.

Un descenso de categoría, ya que dicha actuación se tipifica como una "infracción muy grave". Así lo recoge el artículo 104.1 de esta Ley del Deporte: "Las actuaciones dirigidas a predeterminar, mediante precio, intimidación o simples acuerdos, el resultado de una prueba o competición, afecte o no al resultado, y, en general, las actuaciones que supongan un intento de alterar el normal desarrollo de una competición o actividad deportiva".

"Los hechos han prescrito y no puede llegar a una sanción disciplinaria deportiva porque desde 2018 a 2023 han pasado cinco años y prescribían en tres", dejó claro Javier Tebas recientemente, adelantando que no tendría consecuencias para la entidad culé.

"Yo no me voy a esconder detrás de los clubes en este tema, vamos a seguir la misma línea, no voy a presidir una institución donde hay unos indicios que no puedo investigar. Entre los clubes hay malestar generalizado", continuó con contundencia, antes de confirmar que valorarán denunciar este asunto ante UEFA y FIFA. "Algo tendremos que hacer, sino seríamos incoherentes, aunque sea un club español. Son hechos graves y difícilmente de entender", expresó el presidente de Tebas este mismo lunes.

Fuentes de LaLiga remarcan que “no hubo ninguna rebaja en la prescripción de la Ley del Deporte” ya que estaba ya así desde 1990”. “Y en todo caso, eso no sería un tema de la competición, sino de una Ley estatal, aprobada por el Congreso de los Diputados en diciembre”, sentencian.

Vía penal

Otra cosa es la vía penal, que ahora está investigando la Fiscalía sobre si puede existir un delito de corrupción entre particulares en la versión de tamaño deportivo. Fuentes jurídicas recuerdan que en esta vía las prescripciones no son iguales y el plazo en este caso es de diez años desde que sucedieran los hechos en cuestión.

El artículo 286 bis del Código Penal contempla una pena de prisión de seis meses a cuatro años para estos casos, además de la inhabilitación especial para el ejercicio de la actividad por tiempo de uno a seis años y multa.

Fuentes jurídicas, por otra parte, remarcan a este periódico, que el Barcelona puede tener una "defensa clara y concisa" y que es previsible que, en caso de que el caso llegue a los tribunales "podrá acreditar fácilmente que no hay ayudas arbitrales hacia la entidad". "En solo una jornada en el que haya un solo fallo arbitral en un partido, el Barcelona lo utilizará a su favor", sentencian.

El Barça no dio explicaciones

Pero con un clima cada vez más crispado dentro de los clubes de LaLiga (el Sevilla emitió un comunicado al respecto y el Atlético de Madrid ha pedido explicaciones en la reunión de este lunes) el Barcelona sigue aportando poca información. De hecho, Tebas aseguró que durante el encuentro de los asociados, la entidad culé no quiso entrar en detalle sobre los pagos hacia el exvicepresidente de la CTA.

Respecto a las responsabilidades que debiera tener el Fútbol Club Barcelona de la actual dirección, Tebas fue claro y conciso. "Si Laporta no lo explica bien, debería dimitir. Una cosa es trabajar con exárbitros, y otra con el Comité técnico de Árbitros (CTA). "Tendrán que ver por qué hizo eso. Son muchas temporadas, con diferentes directivas, que teóricamente no se hablaban, no sé, no me gusta nada"