Los trabajadores de Comisiones Obreras (CCOO) Galicia cumplen este jueves 31 días de huelga. Un mes de paro que mantendrán de forma indefinida, o hasta donde el bolsillo se lo permita, y que viene precedido por constantes choques entre el sindicato y sus empleados gallegos, que exigen una actualización justa de su convenio y salarios, en línea con lo que su organización pide a las empresas en todo el país.

Estos profesionales denuncian que su convenio está congelado desde 2014, tanto en derechos como económicamente. En parte, por la mala situación financiera del sindicato de Galicia, que tuvo que asumir una importante deuda. Pero los trabajadores entienden que esa situación ha mejorado y que es hora de compensar los nueve años en los que han arrimado el hombro.

"Ya va tocando un poquito, sobre todo cuando están contratando a sindicalistas y subiendo salarios a sindicalistas, mientras que nosotros cada vez estamos asumiendo más funciones pero nuestras categorías son las mismas", explica Nieves Guantes, presidenta del Comité Intercentros de CCOO en Galicia, en conversación con El Independiente. La situación es insólita: no hay registros de huelgas entre los empleados de una organización sindical, al menos en la historia reciente, y menos tan largas.

En la protesta se ha visto involucrado, incluso, el padre de Yolanda Díaz, Suso Díaz. El histórico sindicalista, quien fue 8 años secretario general de CCOO de Galicia, ha colaborado con la causa contribuyendo con la caja de resistencia que los trabajadores han puesto en marcha para mantener el paro. Con ella, han recaudado más de 13.000 euros, una cantidad representativa pero insuficiente para las cuatro personas que se han visto obligadas a volver a trabajar, al no verse capaces desde el punto de vista económico de aguantar un mes en huelga.

"El problema es que están haciendo nuestro trabajo, porque sabemos que lo están redirigiendo a otras asesorías. Eso es esquirolaje puro y duro, y es indigno. Para nosotros el sindicato ha perdido toda su legitimidad", lamenta la portavoz. Al mismo tiempo, desde el comité de huelga se alegran de haberse opuesto a la empresa "todos a uno, a piñón". Entienden que es un pulso económico, y de esta manera han conseguido que el paro esté secundado por el 100% de la plantilla, alrededor de 50 empleados de nueve oficinas distribuidas por toda Galicia.

Tras la última reunión, el sindicato ha ofrecido subir los sueldos un 11% entre 2020 y 2025 -"es decir, menos de un 2% anual", critican los trabajadores-, y el comité de huelga mantiene su petición de un 14% como mínimo, más que se compense al menos el 70% de la diferencia con lo que suba el IPC. De su lado, desde CCOO Galicia han explicado a este periódico que las cuentas de la organización no le permiten asumir esa subida, ya que hacerlo les podía obligar a "tomar otras medidas más drásticas" en el futuro. "No repartimos beneficios y las cuotas están congeladas. Nosotros tenemos que velar por el servicio que prestamos", remarcan.

La Justicia frenó el intento de CCOO de impedir el derecho a huelga de sus abogados

La paradoja de que sus reivindicaciones vayan dirigidas a su propio sindicato, al que están afiliados todos los trabajadores en huelga, está dificultando la protesta. Los empleados, denuncian, no cuentan con el apoyo ni el asesoramiento de CCOO, quien debería ayudarles si su afiliación estuviese protestando contra cualquier otra empresa. Además, para su sorpresa, perciben que Comisiones está actuando "como la empresa más rastrera".

Lo afirman así después de que el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia haya frenado el intento de CCOO de impedir el derecho a huelga de sus abogados. La central sindical les envió un burofax obligándoles a incorporarse a sus puestos de trabajo, y el alto tribunal gallego anuló dicho requerimiento. Poco antes, la Xunta denegó la petición del sindicato de servicios mínimos, lo que para los trabajadores es un "gran varapalo" para CCOO, también a su imagen a nivel nacional.

En este sentido, los huelguistas -sobre todo, personal laboral, de contabilidad, abogados, graduados sociales y administrativos- lamentan el silencio de la Confederación. Su secretario general, Unai Sordo, acudió recientemente a unas jornadas en Teo, en Coruña, y salió por la puerta de atrás del edificio tras constatar que sus propios trabajadores estaban manifestándose en la puerta.

Y eso después de dar "la callada por respuesta", según el comité, a todos sus sus correos electrónicos dirigidos tanto a Sordo como a toda la ejecutiva. Desde la central, por su parte, han explicado a este medio que las territoriales actúan como organizaciones diferentes en la práctica y también a nivel jurídico, y que los trabajadores se rigen bajo convenios distintos, por lo que no se pronuncian ante ambos temas.

La huelga de los trabajadores de CCOO continúa al mismo tiempo que se desarrolla otro conflicto dentro de la organización. Este enero, y como ya explicó este periódico, la Justicia condenó a CCOO a readmitir a un delegado de personal de Baleares al que había despedido solo un mes después de resultar elegido. Casi al mismo tiempo, otra delegada también fue despedida por el mismo caso, y una trabajadora más fue expulsada de la empresa en Ibiza tras haber realizado demandas a la empresa.

Mientras se conocen estas dos sentencias, el personal de CCOO Galicia continuarán manifestándose en la puerta de las principales sedes todos los días. En Vigo, la pancarta de Nieves Guantes y sus compañeros seguirá dejando clara la desilusión del equipo con sus empleadores, con el lema "el sindicato es peor que la patronal".