La cuesta de enero marcada por la inflación hizo mella en las compras de los hogares españoles. Aunque algunos productos sortearon la tendencia negativa del conjunto de la alimentación y crecieron en volumen. Los productos de charcutería (como el jamón, el pavo o los embutidos) crecieron un 2,7% en ventas respecto al año anterior.
Asimismo, las verduras congeladas también aumentaron un 2,3% en tasa interanual. Por su parte, los productos de panadería industrial y las golosinas registraron un crecimiento del 1,7%, mientras que se compró un 1% más de artículos de pasta que en enero de 2022.
En cuanto a los productos que recortan más su demanda, según datos facilitados por la consultora NielsenIQ, aparece el aceite con una caída del 14,5% y los alimentos infantiles, con un descenso de 11,5%. Por su parte, el azúcar y edulcorantes reducen su volumen de venta en un 8,6%.
Precisamente, estas categorías están entre las que sufrieron mayor alza en el precio en enero. El azúcar es el producto más inflacionista, con un incremento del 42%. Le sigue la margarina, un 41% más; el aceite, que crece un 37%; la nata, un 35% más. Por su parte, la mantequilla se eleva un 31% más y la leche y las bebidas vegetales suben un 27%.
Las categorías que menos suben de precio respecto a un año antes son los platos preparados refrigerados y las aceitunas y encurtidos. Ambos crecen un 9%. El pescado congelado, por su parte, registra un incremento del 8% y las pastas frenan su tendencia al alza con solo un 7% de subida respecto a hace un año. Según los datos de la consultora, los frutos secos registran un alza del 5%, y los vinos anotan una subida del 4%.
Los datos de la consultora reflejan una caída del 3,8% en la compra de alimentos y de un 4,5% en bebidas. Aunque las ventas totales de bienes de consumo crecen en valor (+10,5%) por la subida del 15,5% del precio, en volumen retrocedieron un 4,4%. En lo que atañe únicamente a la alimentación, las ventas en volumen bajaron un 3,8%, aunque se produjo un crecimiento en valor del 12% por una subida de precios del 16,5% respecto a enero de 2022.
"Esta bajada de la demanda en los bienes de gran consumo indica que los consumidores están optando por reducir sus compras ante una subida de precios que ya se prolonga mucho en el tiempo. En los próximos meses veremos si la reducción del IVA que ha decretado el gobierno en algunas categorías de alimentación se recoge en los hábitos de los consumidores", dice Patricia Daimiel, directora general de NielsenIQ para el Sur de Europa.
Precisamente, supermercados, industria, distribución y empresas de gran consumo insistían el pasado viernes en pedir al Gobierno más medidas para paliar el alza de los precios de la alimentación. Lo fundamental es que se incluya a más productos como carne, pescado y conservas en la bajada del IVA.
Los consumidores están optando por reducir sus compras ante una subida de precios que ya se prolonga en el tiempo"
Patricia daimiel (Nielsen iq)
También pidieron ayudas a las empresas como que se retrasen los costes regulatorios medioambientales un año, como el impuesto al plástico que entró en vigor el 1 de enero y que tendrá un coste de 700 millones de euros para el sector, que asegura que repercutirá en el precio final de los productos.
Así lo reclamaron representantes de las patronales Asedas, Aces, Anged, Fiab y Aecoc durante la jornada 'En defensa del sistema alimentario español', celebrada en el Congreso de los Diputados, a solicitud del Grupo Parlamentario Popular.
Cae la demanda en droguería y perfumería
Los españoles se gastaron, eso sí, un 10,1% más en droguería y perfumería, aunque la demanda cayó un 5,2%. Los precios en este segmento se incrementaron un 16,5%. Hay algunos casos que se salvan dentro de este segmento. Por ejemplo, los suavizantes de la ropa se elevan un 7% respecto a un año antes, los productos de higiene bucal lo hacen un 6%, los complementos de lavado, un 5% mientras que el maquillaje lo hace en un 4%, al tiempo que registra un aumento en las ventas en volumen del 27,3%
No hay que olvidar que en el mes de enero del año pasado se vivía todavía las consecuencias del brote de Ómicron. Los productos de tratamiento facial elevan su volumen de compra en un 17,7%, mientras que las fragancias lo hacen en un 5,5% más. Por su parte, la parafarmacia de gran consumo sufre un desplome del 56,7% menos, debido al progresivo abandono de las mascarillas tras el fin de su obligatoriedad.
"Tras muchos meses conviviendo con la inflación, los compradores tienen que replantearse sus prioridades y el 23% de los españoles afirma que el mayor gasto que tienen que afrontar es el de los suministros, abordando en segundo lugar la alimentación, el cuidado personal y el del hogar", dice Daimiel.
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