La unidad y el poder de convocatoria demostrado por apicultores de toda España ayer frente al Ministerio de Agricultura no inquieta al Gobierno. Las más de 2.000 almas que se agolparon con trajes de apicultura, petardos, ahumadores e incluso en algún caso, embadurnados en miel, no ha causado efecto -por el momento- en el seno de la cartera que encabeza Luis Planas. Según fuentes del Ministerio de Agricultura, "no hay reacciones previstas a estas reivindicaciones. Nos remitimos al aumento en las ayudas para apicultura de la nueva PAC, que son 19 millones de euros".

Las pancartas de la manifestación del campo en Madrid y sus asistentes gritaban lo que las convocantes COAG, ASAJA, UPA y Cooperativas Agro-Alimentarias han bautizado como la gran catástrofe de la miel; sin embargo, las fuentes consultadas del Ministerio de Agricultura han transmitido en declaraciones a El Independiente que las medidas de apoyo al sector apícola son las que contempla la PAC, 19 millones de euros para el período comprendido entre 2023 y 2027, distribuidos por la Unión Europea (9,5 millones de euros), el Estado (4,5 millones de euros) y el resto por las comunidades autónomas.

El programa de acciones de la PAC para los apicultores consta de 38 puntos agrupados en nueve líneas de actuación "para apoyar a los apicultores en la lucha contra las agresiones de las colmenas, la realización de inversiones, la asistencia técnica y capacitación del personal, la adaptación al cambio climático, los retos sanitarios, la investigación, la mejora de calidad y la comercialización de la miel y los productos apícolas". Mientras, los profesionales de la miel reclaman ayudas directas por el alza de los costes de producción de 10 euros por colmena, la modificación en el etiquetado para que refleje correctamente el origen de la miel y la inclusión entre la subvención de 20 céntimos por litro de combustible para profesionales.

"Volveremos con muchos más"

Sobre un bidón de miel, megáfono en mano y ante los 2.000 apicultores que invadían la calzada a los pies del Ministerio, Antonio Prieto, responsable de apicultura de UPA, advertía de que si seguían sin ser escuchados volverían "con muchos más". "Estamos aquí para defender lo nuestro. Nuestras comunidades autónomas nos han abandonado. Además el Ministerio de Agricultura está haciendo oídos sordos. Hemos tenido tres reuniones, en diciembre, enero y febrero, y lo único que nos dicen es que con el Plan Nacional Apícola tenemos más que suficiente. Es una vergüenza. Esto es un punto de inflexión para seguir trabajando y luchando. Si en los próximos días no tenemos respuesta de nuestras comunidades y del Ministerio tendremos que volver, pero con muchos más", indicaba Prieto, aclamado por la multitud.

José Luis Pajuelo Romero, presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias, incide en declaraciones a este diario en la problemática con las importaciones: "Estamos en una situación insostenible. Ha caído la producción un 50%, algo que no se había visto nunca. También hemos perdido una importante cantidad de la cabaña apícola, como un 50%, y a eso hay que añadirle que un 60% de nuestra miel está en los almacenes, y ahí tiene un precio. Tenemos unas entradas de importaciones históricas de 8 millones de kilos, principalmente de China de dudosa calidad".

COAG se atrevió a apuntar directamente a China como responsable de triangular su miel e introducirla en España como si fuera ucraniana para aprovecharse de los acuerdos de aranceles y para tener mayor margen de beneficio. «España se ha convertido en el sumidero europeo de miel low-cost. Es imposible que compitamos así», lamentaba en declaraciones a este diario Pedro Loscertales, responsable apícola de COAG

Pajuelo implora al Estado que actúe para salvar a los apicultores de "una muerte segura", tal y como rezaba alguna de las pancartas presentes en la gran manifestación apícola: "Necesitamos la intervención del Gobierno, tanto por ayudas directas y la aportación de los 20 céntimos al combustible como por los controles en frontera. No podemos consentir que sigan entrando mieles sin control sanitario", destaca.

Según los datos que han facilitados las organizaciones, 36.000 familias en España dependen directamente de la actividad apícola, prácticamente todas del medio rural, por lo que el daño para las pueblos «es demoledor», aunque tal y como explicó recientemente a este diario Gregorio Juárez, responsable de apicultura de ASAJA, el golpe repercutirá en un problema global. «La apicultura tiene una derivada muy importante en el medioambiente y el descenso de colmenas a la larga va a tener un impacto considerable. No se entiende tanta estrategia institucional de biodiversidad, tanto ecorégimen y tanta historia y después dejan morir a un sector que es puntero en Europa».

Una de las reclamaciones más espectaculares de la manifestación fue la de Enrique Simó, veterinario de Valencia que se bañó en miel y pidió a voces al ministro Planas, que se encontraba en Granada, que bajase a rociarse con él.

"Señor Planas, por favor. Con cada kilo de miel española que compran, regalan 100 euros al ecosistema en polinización. Cada colmena regala 1.500 euros. Por favor, pare las importaciones basura de otros países y consuma miel española. Este oficio milenario de la apicultura tiene que salvarse", imploraba el veterinario.

Ninguna de estas reivindicaciones ha provocado por ahora que el Gobierno y en particular, el Ministerio de Agricultura, ceda en sus condiciones.