El Gobierno tiene previsto incrementar las pensiones mínimas y no contributivas hasta llevarlas al 60% del salario mediano del país, de manera que aquellos que las reciben "abandonen el territorio de la pobreza". Como parte de la última parte de la reforma de las pensiones, Seguridad Social ha propuesto ligar las pensiones más bajas a los sueldos de manera similar al proceso que se ha llevado a cabo con el salario mínimo, que desde el pasado mes ya representa el 60% del salario medio del país.
Así lo ha trasladado el Ministerio de Escrivá a los agentes sociales después de haberlo consensuado los dos partidos en el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos. En un principio, la intención es que las pensiones mínimas y no contributivas alcancen ese umbral antes de 2027 y comenzando en 2024, según la propuesta que el Ejecutivo ha trasladado.
Los sindicatos han valorado como positiva la medida, aunque han estimado que podría ser "más ambiciosa". Así, se prevé que se aprobará aunque podría experimentar mejoras dependiendo de cómo evolucione la negociación entre ambas partes, que se encontraron el pasado viernes por primera vez después de meses y volvieron a sentarse a la mesa en la tarde de este lunes.
Fuentes de los ministerios de Trabajo y de Derechos Sociales -ambos de Podemos- han explicado que, con el cambio, las prestaciones mínimas ya no solo crecerán más que el resto de las pensiones -vinculadas al IPC por ley desde 2021-, "sino que al igual que el SMI no puede ser inferior al 60% salario medio, se les aplicará una metodología similar, estableciendo un porcentaje sobre la renta mediana de los hogares que haga que la cuantía mínima de contributivas y no contributivas tengan que llegar en el año 2027 a esa cifra".
Unidas Podemos ha asumido la medida de las pensiones mínimas como propia, insistiendo en que para el partido era una prioridad situar las pensiones más bajas por encima del umbral de la pobreza y hacerlo a corto plazo. "En definitiva es una mejora del sistema público de pensiones", han resumido desde ambos departamentos.
Según el documento de Seguridad Social al que ha tenido acceso este medio, el planteamiento inicial es ligar la cuantía de la pensión mínima contributiva al 60% de la renta mediana -el valor que, ordenando a todos los individuos de menor a mayor ingreso, deja una mitad de estos por debajo de dicho valor y a la otra mitad por encima-. Como referencia, se tomaría la pensión mínima con cónyuge a cargo, y por tanto la renta mediana a alcanzar correspondería a la de un hogar de dos adultos. Este 2023, la pensión mínima está fijada en los 10.963 euros anuales para los pensionistas mayores de 65 años, y asciende hasta los 13.527 si el jubilado o jubilada tiene un cónyuge a cargo.
Las pensiones no contributivas también crecerán
De su lado, las pensiones no contributivas -las que reciben aquellos ciudadanos que sin recursos suficientes para subsistir aun no habiendo cotizado el tiempo suficiente-, crecerían hasta alcanzar en 2027 el 75% del umbral de la pobreza, calculado para un hogar unipersonal. Según el INE, el umbral de riesgo de pobreza se situó en 2021 en los 9.535 euros, aunque fuentes de Seguridad Social puntualizan que está aún por definirse qué cifra se utilizaría.
De la misma manera, está por determinar si esta referencia se usaría ahora para determinar el resto de ayudas sociales. Actualmente, prestaciones como el ingreso mínimo vital (IMV) se calculan en base al IPREM, un indicador cuyo valor se fija en los presupuestos generales del Estado de cada año. El Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples establece a partir de qué límite de renta una persona tiene derecho a optar a una ayuda social, dese becas a ayudas escolares, al alquiler de vivienda, el bono social eléctrico… En 2023, el IPREM mensual está en los 600 euros al mes, 8,400 euros anuales si se cobra en 14 pagas.
En la misma línea, en esta propuesta de reforma de pensiones se incluye una subida de las bases máximas de cotización hasta un límite superior al actual. Es una promesa del Gobierno, puesto que actualmente los sueldos de alrededor de 4.000 euros al mes aportan a la Seguridad Social lo mismo que otros muy superiores, ya fuesen de 7.000 euros al mes o de 10.000 o 20.000.
Hasta el momento, y de forma similar a como sucedía con las pensiones mínimas, en la negociación de cada presupuestos generales del Estado se decidía cuánto debían subir las bases máximas de cotización el año siguiente. Ahora, se establece que entre 2024 y 2050 se incrementarán tanto como el IPC anual más 1,2 puntos porcentuales a lo largo de todo el periodo. Esto se traducirá en un incremento de 0,115 puntos cada año hasta 2050, según Seguridad Social, además de la inflación media anual.
Además, la reforma incluye otras medidas destinadas a reforzar los ingresos del sistema como una subida generalizada de las cotizaciones que el conjunto de trabajadores abonan a la Seguridad Social, y un recargo -"cuota de solidaridad"- a los salarios más altos, superiores a los 54.000 euros. Por el momento, no hay acuerdo entre los agentes sociales y el Gobierno sobre la reforma de las pensiones, aunque previsiblemente llegará durante la mañana de este martes.
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