El Gobierno ha aprobado este jueves, en un Consejo de Ministros extraordinario, la última parte de la reforma de las pensiones. Después de recibir el visto bueno de los sindicatos este miércoles -y la negativa de las organizaciones de empresarios-, el Ejecutivo ha dado luz verde a este real decreto ley que busca garantizar la sostenibilidad de las pensiones a través de un recargo a los salarios de todos los trabajadores, que se actualizará según las necesidades del sistema.
"Esta reforma no pone en cuestión en ningún caso la competitividad de las empresas españolas, es un ajuste modesto, porque el sistema ya es bastante sólido. Este esfuerzo no cambia para nada el perfil de costes laborales de nuestras empresas en comparación con nuestros competidores y en ningún caso va a poner en riesgo el extraordinariamente buen funcionamiento del mercado de trabajo", ha defendido el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
En cambio, para él con esta norma "culmina la modernización" del sistema de pensiones y supone un "reforzamiento extraordinario" del primer pilar del Estado de Bienestar. "Son 11 millones de personas que son pensionistas en este momento y a los que estamos trasladando un mensaje extraordinariamente potente de que sus pensiones no solamente están garantizadas, sino que, con un marco extraordinariamente robusto de sostenibilidad, lo van a estar de forma indefinida", ha resaltado Escrivá.
Escrivá responde así a las reticencias de las organizaciones de empresarios y de algunos organismos independientes como BBVA Research y la fundación Fedea, que han advertido del impacto que puede tener tanto sobre el mercado laboral como sobre las cuentas de las empresas el aumento de costes que la reforma trae aparejados. Asimismo, el ministro ha defendido la solidez del sistema de pensiones: "El sistema tiene los recursos necesarios para abordar situaciones contingentes como las que pueden venir en las décadas de los 30 y los 40", ha afirmado sobre la jubilación de la generación del baby boom, que alcanzará su pico alrededor del año 2045.
Creo que es una reforma para muchísimos años"
josé luis escrivá, ministro de la seguridad social
Asimismo, el ministro cree que la reforma durará y que no sucederá así como con la reforma de pensiones de Rajoy. "Cuando una reforma está bien hecha y bien diseñada y tiene apoyos suficientes, tienden a perdurar, además forma parte del Plan de Resiliencia [el enviado a Bruselas con el conjunto de reformas que se implementarán a cambio de recibir fondos Next Generation], eso le da un plus adicional desde el punto de vista de los consensos", ha afirmado. "Creo que es una reforma para muchísimos años y que aporta muchísima tranquilidad y certidumbre a nuestros pensionistas y futuros pensionistas", ha valorado Escrivá.
El Gobierno confía en que la reforma será suficiente para que la Comisión Europea conceda el cuarto pago de fondos de recuperación, a pesar de las dudas sobre si el aumento de los ingresos que planea es suficiente para compensar el incremento del gasto que se producirá por la jubilación de la generación del baby boom más la revalorización anual de las pensiones con el IPC. "Cuando sea evaluada en unos meses por las autoridades europeas, recibirá de nuevo igualmente con el cuarto pago y el cierre del sistema el refrendo de las autoridades europeas incuestionables", ha insistido el ministro.
Las medidas que incluye
Las medidas de la reforma incluyen el refuerzo del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), ya aprobado en 2021, que implica un recargo en las cotizaciones que trabajadores y empresas aportan a la Seguridad Social; una regla que aumentará progresivamente estas cuotas que abonan a la Seguridad Social los sueldos más altos (ahora limitadas, lo que se conoce como bases máximas de cotización, por lo que los sueldos superiores a los 54.000 euros anuales no aportan más) y una "cuota de solidaridad" para compensar esa infracotización de los mencionados salarios más elevados.
Asimismo, y después de una intensa negociación con los sindicatos UGT y CCOO, también se mejoran las pensiones mínimas y las no contributivas, así como la compensación de las lagunas de cotización para las mujeres y se incrementa el complemento de brecha de género. Con respecto a la ampliación del periodo de cálculo de la pensión, finalmente y durante un periodo transitorio el trabajador que se jubile podrá optar entre calcular su pensión en base a los últimos 25 años cotizados, como sucede hasta ahora, o en base a los 29 últimos descontando los 24 peores meses.
Esta segunda parte de la reforma de pensiones completa, junto con la que se aprobó en 2021, la modernización del sistema que el Gobierno había prometido a Bruselas. En la primera parte se ligaron las pensiones a la inflación, se introdujeron desincentivos a la jubilación anticipada e incentivos a la demorada, se reformó el sistema de cotización de los autónomos y se arrancó la creación de un macrofondo de pensiones público, que busca impulsar los planes de pensiones de empresa.
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