El Banco Central Europeo no cesa en su empeño de devolver la inflación al 2% en el medio plazo. Y lo va a hacer pese a quien le pese e independientemente de los acontecimientos que le rodeen. Este jueves, el organismo decidió subir los tipos de interés al 3,5% porque quiere rebajar la inflación que está en el 8,5%. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, comenzó con este discurso su intervención en rueda de prensa: la lucha contra la inflación y pasó por encima de la crisis de Credit Suisse. A pesar de esta lucha, las grandes subidas del BCE parece que han llegado a su fin.
Lagarde dejó claro que el supervisor está preparado para hacer lo “que sea necesario” para preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera. Es decir, el BCE sigue subiendo el precio del dinero, pero a la vez pone a disposición de las entidades las herramientas “fuertes y poderosas” disponibles, como el Instrumento para la protección de la Transmisión (TPI).
Además, reconoció que en la reunión del Consejo de Gobierno del BCE hubo “tres o cuatro” consejeros que se opusieron a la subida de 50 puntos básicos porque querían más tiempo y más datos antes de seguir con la política monetaria más restrictiva. Pero finalmente se impuso la decisión de “una amplia mayoría”. Este es otro de los signos que muestran que en las próximas reuniones podría no verse una subida de tipos tan abultada como esta e incluso se podría haber puesto fin a este ciclo.
Fuentes financieras señalan que el mercado se ha apresurado a descartar muchas de las futuras subidas de tipos, e incluso a descontar la posibilidad de recortes en el segundo semestre. "La realidad es que los mercados ya han visto signos de estrés bancario, y cualquiera que haya sufrido los efectos de la crisis financiera mundial no se convencerá fácilmente de que todo va bien por lo que digan los responsables de las políticas”, explican.
Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de la firma de asesoramiento independiente Nextep Finance, asegura que Lagarde ha querido quitarle hierro al asunto para demostrar fortaleza, o “realmente no le dan mucha importancia porque consideran que el sector bancario europeo está fuerte y vacunado” ante lo que está ocurriendo en EEUU. Ha insistido mucho sobre este tema de la fortaleza del sector.
Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, asegura que “es probable que el alza de tipos de este jueves del BCE sea su última gran subida”. El organismo prevé una inflación mucho más baja y también estarán pensando en cómo las actuales preocupaciones del sector financiero ralentizará aún más la economía y la inflación. El estratega añade que esperaba un mensaje más contundente del BCE. Considera que Lagarde tendría que haber dejado claro que la Unión Europea “no tiene un problema bancario” y la situación actual de Europa es completamente distinta a la de la Gran Crisis Financiera, a la crisis de la eurozona y a la situación actual de Estados Unidos. Por ello, considera que han perdido una gran oportunidad.
Fuentes financieras señalan que el mercado se ha apresurado a descartar muchas de las futuras subidas de tipos, e incluso a descontar la posibilidad de recortes en el segundo semestre. "La realidad es que los mercados ya han visto signos de estrés bancario, y cualquiera que haya sufrido los efectos de la crisis financiera mundial no se convencerá fácilmente de que todo va bien por lo que digan los responsables de las políticas”, explican.
Los problemas de Credit Suisse se conocen desde hace tiempo y las noticias de ayer parecían estar impulsadas principalmente por el propio miedo –derivado de la desaparición del banco SVB y la tensión en los bancos regionales de EEUU a finales de la semana pasada, más que por un cambio en los fundamentos.
Silvia Dall'Angelo, economista senior de Federated Hermes Limited, señala que el periodo de complacencia en el que parecía que el extraordinario endurecimiento monetario del último año sólo estaba teniendo un impacto limitado en los mercados financieros y en la economía real ha terminado.
Christine Lagarde no ha querido adelantar los próximos movimientos del organismo supervisor. «Si la incertidumbre se reduce y nuestras previsiones se mantienen, tenemos más camino que recorrer» para rebajar la inflación hasta el 2%, ha comentado Lagarde. Pero ha añadido que «hay un gran nivel de incertidumbre», por lo que el BCE «dependerá de los datos» para tomar sus decisiones. El 4 de mayo es la próxima reunión. Fecha en la que se podría poner fin a un ciclo de política monetaria restrictiva. Pero, por el momento, nadie descuenta que el supervisor vaya a comenzar una bajada del precio del dinero.
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