La economía española está resistiendo mejor de lo esperado la crisis de precios provocada por la guerra de Ucrania, en parte por las medidas desplegadas por el Gobierno. Y así, a pesar de la ralentización en el ritmo al que avanza el producto interior bruto (PIB), el Banco de España ahora ha estimado conveniente mejorar sus previsiones de crecimiento y de inflación para este año. Aunque, al mismo tiempo, ahora espera que la inflación sea más persistente y que se continúe trasladando a los precios de toda la cesta de la compra.

Así lo recoge el supervisor en su último Informe trimestral y protecciones macroeconómicas de la economía española, que ha presentado este miércoles. El Banco de España ahora espera que el PIB avance un 1,6% este año, tres décimas más de lo que estimaba en diciembre. En cambio, en 2024 espera que el PIB crezca un 2,3%, cuatro décimas menos de lo esperado hace tres meses, y para 2025 mantiene el crecimiento invariable, en el 2,1%. Hay que tener en cuenta que el año pasado la economía española creció un 5,5%, por lo que España experimentará una fuerte desaceleración de su crecimiento.

"Este año el contexto económico va a seguir caracterizado por un entorno de debilidad, pero es posible que la actividad vaya recuperando vigor conforme avanza año", ha explicado a los medios el director general de Economía y Estadística del Banco, Ángel Gavilán. Al mismo tiempo, en el supervisor entienden que si los cuellos de botella, las presiones inflacionistas y la demanda externa dan signos de mejoría, más el despliegue de los fondos europeos Next Generation, como se espera, en los próximos años se alcanzarán tasas de crecimiento de alrededor del 2% pese a la desaceleración de este.

Rebaja el IPC medio al 3,7%

Del lado de la inflación, el supervisor ahora estima que la subida de los precios este año será más suave de lo inicialmente previsto, sobre todo por la relajación del coste de la energía, pero igualmente muy alta: espera que el IPC medio de 2023 se sitúe en el 3,7%, 1,2 puntos menos que lo estimado en diciembre, y que en 2024 descienda al 3,6%, en la misma medida que lo esperado en sus últimas previsiones.

Sin embargo, en el caso de la inflación subyacente, que mide la evolución de los precios sin tener en cuenta los de la energía y los alimentos no procesados, ahora el Banco espera que sea mayor de lo previsto este año, situándose en el 3,9%, 5 décimas más y por primera vez por encima del índice general. De cara a 2024 y 2025, el supervisor mantiene sus previsiones de inflación subyacente invariables, en el 2,2% y 1,8%, respectivamente.

Aun así, el regulador por ahora continúa no apreciando efectos de segunda ronda, aunque al mismo tiempo sigue atento a los efectos que el crecimiento de los márgenes empresariales y los salarios puedan tener sobre los precios. En previsión de que no se produzcan estos efectos, el Banco cree que España podría recuperar el PIB prepandemia en el segundo semestre de este año, algo antes de lo estimado en su último informe.

Con respecto a la tasa de paro, el Banco prevé que la de 2023 sea del 12,7%, dos décimas por debajo de lo esperado en diciembre, que en 2024 quede algo por encima de lo pronosticado hace tres meses, en el 12,3%, y que en 2025 se mantenga tal y como estaba previsto, bajando hasta el 12%.

Con todo, el supervisor insiste una vez más en los importantes riesgos sobre los que descansan estas previsiones, ya que al mismo tiempo que los problemas derivados de la guerra en Ucrania han amainado, ahora las crecientes subidas de tipos de interés, las tensiones financieras -de las que aún no sabe qué efectos podrán tener en la economía- y otros factores están cobrando una importancia mayor. Así, entiende que pueden llegar a producirse "turbulencias" en los mercados financieros por encima de las apreciadas hasta ahora tras la caída del SVB y Credit Suisse, lo que podría conducir a un empeoramiento de la confianza y mayores incrementos de los tipos.

"El BCE cuenta con todos los instrumentos de política monetaria precisos para suministrar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si fuera necesario y preservar la transmisión fluida de la política monetaria", remarca en su informe el Banco, reiterando la postura oficial del regulador de la zona euro.

Los supermercado han trasladado la rebaja del IVA

Por otro lado, el Banco de España en una primera estimación calcula que los supermercados españoles han trasladado en un 90% la rebaja del IVA del Gobierno a los alimentos más básicos, que entró en vigor a principios de enero. Es una rebaja que aplicaron en enero y que en febrero han mantenido en su mayoría, según los datos de la entidad, que llegan en medio de un importante debate político sobre si realmente las cadenas de distribución están cumpliendo o no la legislación en este sentido.