Nuevo revés para el sector bancario europeo. Una vez que la crisis financiera había parecido calmarse tras la compra de Credit Suisse por parte de UBS, este viernes la histeria se ha apoderado de los mercados por culpa de Deutsche Bank.

La estabilidad del banco alemán se ha puesto en duda debido, en gran parte a su swaps de incumplimiento crediticio, una forma de seguro para los tenedores de bonos de una empresa contra su incumplimiento, saltaron a 193 puntos básicos el jueves por la noche desde los 142 puntos básicos del día anterior. Este tipo de derivado financiero se utiliza habitualmente como termómetro para evaluar el riesgo de quiebra de una entidad.

Pese a que el banco germano ha intentado sanear su balance en los últimos años, lo cierto es que siempre ha sido considerado un banco débil dentro del sistema financiero de la zona euro.

"La clave estará en las implicaciones que los problemas de la banca puedan tener para el crédito en EEUU y en Europa, dado el elevado porcentaje que los pequeños y medianos bancos suponen sobre el crédito total concedido y la implicación económica que conlleva en el empleo, la inflación", señala la casa de valores Renta 4.

En un informe publicado por JP Morgan esta misma semana se hacía referencia a las posibles turbulencias a las que se iba a enfrentar la deuda subordinada de Deutsche Bank en los mercados tras el caos financiero en EEUU y Europa. "En nuestra opinión, el proceso de eliminación de riesgos podría seguir siendo muy desafiante, lo que significa que los diferenciales bancarios al menos seguirán siendo amplios", aseguran los analistas de la entidad.

Esto ha hecho que la entidad caiga hasta un 15% en las primeras horas en la cotización de los principales bancos europeos. Finalmente, el banco ha perdido un 8,65%, al cierre de los mercados. El índice Euro Stoxx 600 para el sector bancario registraba una caída superior al 4,5% antes de alcanzar la media sesión, pero ha logrado recuperarse y cerrar con una caída del 1,42%.

El Ibex 35 no ha sido ajeno a este nuevo temblor en los mercados. El índice de referencia ha caído un 1,92%, empujado al terreno negativo por la banca. Sabadell ha sido la entidad más castigada durante la mayor parte de la jornada, pero ha cerrado con una caída del 4,46%. Ha sido Bankinter, el banco que se ha convertido en el farolillo rojo, dejándose un 5,48%.

BBVA ha perdido un 4,49%, Unicaja, un 3,71% y CaixaBank y Santander se han dejado alrededor de un 3%. Valores como Grifols, Ferrovial y ACS también han cerrado con pérdidas cercanas al 3%. El único valor que se ha salvado de la jornada negra ha sido Cellnex, que ha cerrado en positivo pero prácticamente plano.

Los bancos centrales se lo piensan

Mientras la banca se hunde con la aparición de nuevos fantasmas, los bancos centrales intentan maniobrar para salir de esta comprometida situación, que se asemeja a la de 2008.

Esta misma semana la Fed intentaba lanzar un mensaje de fortaleza con una nueva subida de tipos de interés de 25 puntos básicos. La Reserva Federal de Estados Unidos, no obstante, pisó el freno puesto que su previsión, antes de que quebrara el Silicon Valley Bank y se desatara la crisis de confianza en Credit Suisse, era la de aumentarlos en otros 25 pb adicionales.

El Banco de Inglaterra comunicó en la mañana del viernes la decisión de subir tipos de interés del 4% al 4,25%. No obstante, la institución británica parece darse por satisfecha y no incrementarlos más hasta que la tempestad amaine. Algo que, de momento, no sabemos si en el corto plazo va a ocurrir.