Incertidumbre. Esa es la palabra que más se repite en el sector financiero. Los bancos europeos parecían recuperarse de los terremotos provocados por la quiebra de Silicon Valley y por las señales de debilidad de Credit Suisse. Desde inicios de marzo hasta el cierre de la sesión del pasado viernes, el índice bancario europeo se ha dejado un 15% de capitalización.
Y eso que, hasta este jueves, el mercado quería olvidarse de la inestabilidad y creer en la banca tras la adquisición de UBS en Credit Suisse. La aparición contundente del Banco Central Europeo (BCE) y el movimiento entre bancos calmaron a los inversores y la banca recuperó terreno sobre el parqué.
Y eso es lo que se le vuelve a pedir desde las entidades financieras al organismo liderado por Christine Lagarde. El hecho de que por primera vez sea un banco de la zona euro el que está en el ojo del huracán desde que comenzara la histeria bancaria hace tres semanas ha propiciado que la inquietud llegue hasta el sector de la zona euro. Fuentes financieras explican a El Independiente que “es necesario” que el BCE sea contundente con sus palabras para evitar males mayores.
Las fuentes consultadas relatan que “un mensaje contradictorio o que genere dudas puede provocar que los inversores sigan desconfiando en la banca europea”, una situación que podría derivar en el recelo del resto del sistema financiero. “Si las entidades caen en bolsa, el miedo se apodera y se abre la puerta a una posible fuga de depósitos”, remarcan. Es este punto el que más preocupa a la banca dado que la retirada de liquidez desnuda ala entidad por completo a la hora de maniobrar en el corto plazo.
Basta con echar la mirada atrás. Silicon Valley Bank sufrió una pérdida de liquidez de 42.000 millones de euros en apenas 24 horas. Esto llevó al banco a tener que vender activos en pérdidas y le introdujo en una espiral: puesto que se seguían retirando los depósitos, se quedó finalmente sin liquidez y necesitó un rescate.
Lo mismo ocurrió con Credit Suisse. El banco de inversión arrastraba problemas desde hace varios meses y desde 2022, la entidad suiza sufrió una salida de depósitos de unos 162.000 millones, alrededor de un 40% del total. La mayor parte de esa fuga (130.000 millones se hizo en el último trimestre.
En España también se han dado fuga de capitales. En 2009, con el hundimiento de los mercados, y en 2010, con el rescate de Grecia y el miedo a una ruptura del euro y una vuelta a la peseta, muchos ahorradores con elevado patrimonio se llevaron su dinero fuera de España. En concreto, en 2012 se evaporaron del sistema financiero nacional unos 55.000 millones de euros.
Para que esto no vuelva a ocurrir, políticos e instituciones nacionales y europeas han salido en las últimas horas en defensa de la solvencia bancaria. "El sector bancario de la eurozona es fuerte porque hemos aplicado las reformas regulatorias acordadas internacionalmente tras la crisis financiera global a todos ellos. Los recientes acontecimientos nos recuerdan cuán importante ha sido mejorar continuamente estos estándares", dijo la presidenta del BCE.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, por su parte, reivindicó este viernes durante una jornada organizada por la patronal burgalesa la "fortaleza" de la banca española en un contexto como el actual, de "intensa volatilidad".
Banca comercial
Otra de las preocupaciones de la banca es la del tipo de entidad que está en el ojo del huracán. La caída de Credit Suisse tenía menos incertidumbre para el sector puesto que su negocio era el de la banca de inversión. Goldman Sachs, en un reciente informe, explicaba que los inversores particulares no capitulan y, a su vez, el sentimiento del mercado es bajista pero no extremo como se pudo ver al inicio de la invasión rusa a Ucrania.
Fuentes financieras consultadas insisten que “la inestabilidad puede trasladarse al resto de la banca comercial europea”, de ahí la insistencia porque el Banco Central Europeo lance un mensaje de confianza para evitar un contagio a todo el sistema bancario.
A su vez, las diversas fuentes consultadas arguyen que una posible caída de Deutsche Bank “está prácticamente descartada” ya que tanto el Banco Central Europeo como el gobierno alemán saldría “en ayuda inmediata” de la entidad. A su vez, apostillan que la empresa goza de salud financiera.
Como muestra de ello, apelan al ratio de capital de Deutsche Bank. El banco alemán ha logrado salir de una crisis financiera y de reputación y logró atribuirse unos beneficios netos de 5.025 millones de euros. Gracias a la gestión de 2022, el ratio de capital, que mide mide la salud financiera de un banco, ha escalado al 18,4%, una cifra similar a la del resto de bancos europeos.
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