Se anunció como el mayor centro de inteligencia artificial de Europa e iba a situarse en Laguardia, en Álava. Pero tras un año y medio, la compañía ha decidido suspender sine die esa construcción. Aeternal Mentis apuntó esta semana a los altos costes de los materiales de construcción para justificar que el Brain Mirroring Center (BMC) no se vaya a construir. 

La compañía cotiza en bolsa y, por ello, comunicó al mercado su cambio de planes, a la vez que lanzaba un profit warning sobre sus cuentas para 2025. Para entonces, Aeternal Mentis pensaba lograr unas ventas de 47,5 millones de euros pero, ahora, su previsión es un 80% inferior, hasta los 9 millones. La estrategia de la empresa pasa ahora por “la instalación de unidades modulares en distintas ubicaciones dentro de la Unión Europea”, pero no precisan dónde.

En el ayuntamiento de Laguardia no tenían constancia del cambio de planes de Aeternal Mentis, según confirman fuentes municipales a este periódico. Desde la diputación de Álava no han respondido a las preguntas de El Independiente. La empresa iba a construir una planta en el municipio, con nueve unidades de trabajo y un edificio de oficinas. Según publicó El Correo en noviembre del pasado año, la empresa ni siquiera había pagado la licencia de obra, pese que había anunciado la inversión hacía más de un año.

Recientemente, Aeternal Mentis ha cambiado su domicilio fiscal, ahora está en la torre de Iberdrola en Bilbao, en la plaza de Euskadi número 5. En 2021, obtuvo un beneficio de 342.000 euros. En 2022, facturó 1,69 millones de euros y obtuvo un beneficio bruto de explotación de 1,3 millones de euros. El resultado antes de impuestos fue de 238.000 euros, un 30% menos que un año antes.

En la cuenta de resultados figura un gasto de 7.000 euros asociado a gastos de personal. Sin embargo, en las cuentas de 2021, depositadas en el registro mercantil, la empresa hace constar que no tiene empleados.

Sin impacto por la pandemia, pero con créditos ICO

En la memoria de 2021, a la que ha tenido acceso este periódico, la compañía señala, en relación a la pandemia del coronavirus, que “hasta la fecha de las presentes cuentas anuales no se han producido efectos significativos en la actividad de la Sociedad, y conforme a las estimaciones actuales de los Administradores, no se estiman efectos relevantes en el ejercicio 2022”.

Sin embargo, y pese a reconocer que la pandemia no había afectado de forma significativa a la actividad, la compañía obtuvo hasta 6,1 millones de euros en créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). La empresa recibió tres avales públicos de 2,4, 1,6 y 2,1 millones de euros, los tres en 2021.

La compañía obtuvo hasta 6,1 millones de euros en créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO)

123 millones de capitalización

La empresa dio el salto a los mercados financieros en julio de 2021. Los dueños de Dialoga, y que controlan la sociedad dedicada a la inteligencia artificial, la llevaron hasta el BME Growth con una capitalización de 37 millones de euros y un total de 13.232.166 acciones y un valor nominal de 2,8 euros.

Los primeros meses sobre el parqué fueron espectaculares y desde el primer día que cotizaron las acciones hasta máximos históricos (21,60 euros por título) la compañía se revalorizó un 390%. El auge de la inteligencia artificial y el apetito de los grandes fondos de inversión por este sector fue clave para que el salto a la bolsa de Aeternal no tuviese ni un sobresalto.

No obstante, todo se empezó a torcer en el inicio de 2022. La empresa sufrió un grave desplome de sus acciones y pasaron de tener un valor de 21 euros a 9,90 euros. La principal causa fue el rechazo del mercado por los constantes retrasos en el inicio de las obras de los centros que tenían acordados. 

“Debido a una serie de factores externos, que han impactado de forma negativa en la mayoría de los sectores, la sociedad se ha desviado en una parte de su plan financiero inicial. Así, el conflicto en Ucrania, la alta inflación, el incremento en los tipos de interés y la desorbitante subida de precios de materiales de construcción en el primer semestre, impulsaron la revisión del modelo de negocio con el objetivo de encontrar soluciones alternativas que le permita ampliar las infraestructuras de las instalaciones y atender la demanda de servicio de los clientes adaptándose a las circunstancias actuales”, se limitaban a decir desde la compañía al BME Growth.

Durante todo el año pasado, los títulos de la compañía se han movido poco o nada, y la negociación de las acciones de Aeternal apenas ha pasado desapercibida para el mercado. En este 2023, en el que la Inteligencia Artificial parece ser uno de los motores económicos en el sector tecnológico tampoco han conseguido despegar, y a cierre de jornada del viernes el precio por título fue de 9,30 euros.

Las acciones volvieron a bajar después de que, tal y como se mencionaba anteriormente, la sociedad de inteligencia artificial cancelara sine die la edificación de los centros de inteligencia artificial que tenía previstos en Álava. Según consta en la documentación de la empresa en el BME Growth, gran parte del accionariado pertenecen a los dueños de Dialoga (Asier Felipe Gárate y Santiago Fernández) con un 94%. Fuentes financieras explican a este periódico que es “inusual que una empresa con un free float de apenas del 6% cotice en bolsa”, pero que puede “tener sentido” a la hora de buscar “un futuro socio dentro de los mercados”. 

Dialoga, una empresa enfrentada con Telefónica y Vodafone

Dialoga Group, operador de telecomunicaciones y proveedor de servicios de comunicaciones que nació en 2007 y cuenta con red propia en 29 países. La compañía tiene en Bilbao y una red de oficinas en 6 países de Europa y EEUU, y más de 14.000 clientes. Las ventas de esta compañía en 2020 ascendieron a 75 millones de euros, según reflejan las últimas cuentas depositadas en el registro mercantil.

Gran parte de su negocio se centra en líneas telefónicas de alta calidad, servicio de mensajería y de chats en línea y de fax. La empresa, de hecho, fue sancionada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en repetidas ocasiones. 

Entre enero de 2018 y octubre de 2020, se detecta que las empresas del Grupo Dialoga (Dialoga Servicios Interactivos, S.A., Incotel Ingeniería y Consultoría, S.A., Operadora de Telecomunicaciones Opera, S.L., Contacta Servicios Avanzados, S.L., Incotel Servicios Avanzados, S.L. e Internet Global Business, S.L) estaban denegando, de forma injustificada y reiterada, solicitudes de portabilidad de numeraciones fijas.

Según el dictamen emitido por la CNMC y por el que el grupo tuvo que pagar un millón de euros, Dialoga retrasaba o impedía a los clientes cambiar de operador, incumpliendo la normativa vigente por aquellos entonces. 

Dialoga, que recurrió la sentencia, llegó a denunciar a Telefónica, Orange y Vodafone “por iniciar procesos de portabilidad de numeración geográfica “inactiva” sin haber sido asignada a usuarios o clientes finales, con la finalidad de obtener recursos públicos de numeración gold de manera irregular en 2020 y 2021” como por “iniciar procesos de portabilidad de numeración geográfica “activa” sin haber obtenido el consentimiento de los usuarios o clientes finales”; reclamando una indemnización en concepto de daños y perjuicios y a incoación de un procedimiento administrativo sancionador contra cada operador. Una denuncia que jamás prosperó.

La CNMC puntualizó que “varios números denunciados no han sido asignados a los operadores denunciantes sino que se encuentran portados en su red”. Por otro, el regulador detecta que no existen procesos de portabilidad registrados para otras numeraciones, a lo que añade que en algunas numeraciones se aporta “copia de las solicitudes de portabilidad realizadas por los usuarios finales en las que constan los números denunciados”.