Este jueves se celebró en Madrid la XXI Jornada Fenacore. Un encuentro organizado por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (que representa a más de medio millón de agricultores y más de 2 millones de hectáreas) para abordar los temas de actualidad del sector agrario. En el discurso inaugural, Andrés del Campo, presidente de la asociación, hizo un breve repaso sobre los problemas que atraviesan, los retos que tienen por delante y los aspectos en los que están más avanzados. Pero puso el foco en un asunto en concreto: la escalada en el precio de los alimentos, que se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los agricultores.
"Los datos del IPC no resultan halagüeños, las medidas que ha implementado el Gobierno son parches que no han surtido efecto y los precios no dan respiro. La crisis está asfixiando a los agricultores, y las tensiones inflacionistas son un quebradero de cabeza para todas las familias. Estamos todos con el agua al cuello", aseguró Del Campo durante la presentación, en la que también recordó que en febrero el precio de los alimentos se había encarecido un 16,6%, el mayor dato en 30 años. Ante esta situación, desde Fenacore proponen tres medidas para mitigar la inflación en los alimentos, que tienen como objetivo común abaratar los costes de producción.
La primera de ellas sería implementar dos tarifas eléctricas con distintas potencias para los agricultores. "La legislación española ahora mismo sólo permite tener una potencia eléctrica contratada. Esto supone que un agricultor que no utilice nada de electricidad durante un año paga alrededor del 60% de lo que pagaría en un año normal. Nosotros lo que queremos es que se ajuste la tarifa a la potencia real utilizada, de tal manera que haya dos tarifas. Una con un precio reducido para la época del año donde se utiliza la electricidad mínima y otra de máxima potencia", detalló Del Campo en conversación con El Independiente.
La propuesta, aseguran, se apoya en una reciente sentencia del Tribunal Supremo, que señaló que el Gobierno ya debería haber implementado esta doble tarifa, que está recogida en la Ley de Presupuestos de 2021. La segunda medida va de la mano de la primera, y se trataría de una rebaja del IVA en la tarifa de luz de los agricultores al 5%. El presidente de los regantes asegura estos dos cambios ya abaratarían hasta un 30% la factura eléctrica de los agricultores, que en el último año se ha incrementado un 600%.
La tercera medida consistiría en elaborar un "plan de acción política integral", que tuviera como objetivo "aumentar la producción nacional y blindar el abastecimiento de alimentos ante posibles rupturas de las cadenas globales de suministro". Una iniciativa que, según Fenacore, aseguraría que el país estuviera protegido ante los posibles conflictos geopolíticos mundiales como la Guerra de Ucrania o la pandemia, que recientemente impactaron con dureza en el sector. En paralelo a eso, consideran que el Ministerio de Agricultura debería destinar más fondos a mejorar y modernizar el proceso de producción.
Dentro de ese "plan de acción" uno de los puntos principales sería elaborar un plan hidrológico nacional que garantizara agua para el regadío y cubriera el déficit de infraestructuras hidráulicas. Algo que, a juicio de los regantes, no existe hoy en día. Además, consideran que los beneficios de desarrollar este plan ayudarían a evitar la despoblación de la España rural y reforzarían la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, no se muestran muy optimistas de que suceda por el momento. "A este ministerio le gustaría no hacer ese plan hidrológico. Y la vida está en juego si el regadío peligra", resume Del Campo.
"Demonización del sector agrario"
Desde Fenacore sienten que el Gobierno, ante la crisis actual de precios, ha querido responsabilizarlos a ellos de manera injusta. Una "demonización" y "criminalización" orquestada, según aseguran, a través de una "campaña de desprestigio" que consideran que agravará aún más la crisis alimentaria. "Han situado a nuestro sector en el punto de mira. Pretenden convertir en culpables a las principales víctimas mientras tratan de escurrir el bulto. Es una tomadura de pelo", aseguró Del Campo durante su ponencia.
Aunque el precio de los alimentos fue uno de los ejes centrales de la jornada, durante el día también se tocaron otros temas, como las aguas regeneradas para el regadío, las aguas no convencionales en las inversiones PRTR, los planes de sequía y la modernización regadío. Al acto acudieron algunos cargos públicos, pero no lo hicieron ni Luis Planas ministro de Agricultura, ni Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
"Ha venido el Subdirector General de Planificación hidrológica, con el que tenemos mucho contacto. Pero nos ha parecido muy mal que no venga Ribera", explica Del Campo, que apunta a que quizás pueda deberse a que su asociación se abstuvo a la hora de aprobar los planes de planificación hidrológica, que consideraban que no cumplían con los objetivos . "No lo sé, pero la ministra no ha dado la cara", concluye el presidente de los regantes.
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