La guerra por la última gota de Doñana

Cada metro cúbico del Parque de Nacional de Doñana forma parte del mar de acusaciones, motivos y argumentos que emplean el Gobierno de Andalucía (PP y VOX) y los agricultores de la zona de un lado y el Gobierno de España y los ecologistas de otro. El avance de la Proposición de Ley de Regadíos de Doñana impulsada por PP y VOX devuelve el regadío a 750 hectáreas sujetas a especial protección ambiental desde 2014, pero choca con la posición del Gobierno y del CSIC sobre la conservación de un ecosistema único, un tesoro natural de valor incalculable, con una riqueza biológica excepcional y especies emblemáticas como el lince ibérico y el águila imperial.

Un estudio publicado en la revista científica Science of The Total Environment, muestra que el deterioro del sistema de lagunas de Doñana es generalizado. Según el CSIC, se ha constatado que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana no se han inundado al menos desde 2013 y que estos cambios están significativamente relacionados con la temperatura y la precipitación de cada año, pero también con la extensión de áreas cultivadas, la superficie construida en Matalascañas, la distancia a las estaciones de bombeo de la urbanización y el funcionamiento del campo de golf. 

Julio Díaz, presidente Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado y por, tanto, primer interesado en el cambio de la norma, explica en conversación con El Independiente la posición del colectivo: "Nosotros compartimos el Informe del CSIC que dice que el acuífero está sobreexplotado. Es una realidad igual que el cambio climático, pero también lo es que el Gobierno no ejecuta las obras necesarias para traer agua a la superficie".

Díaz hace referencia a las infraestructuras pendientes de construcción por la ley de 2018 suscrita por el Gobierno de Sánchez para hacer posible el trasvase de 19,99 hectómetros cúbicos desde la Demarcación Hidrográfica de los ríos Tinto, Odiel y Piedras a la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir.

Las 10 obras declaradas de Interés General del Estado hace un lustro y que permanecen sin avances son el aumento de la capacidad de regulación de los depósitos de Huelva y de la capacidad de regulación de la balsa de regulación del anillo hídrico, el incremento de la balsa de transporte del anillo hídrico entre los depósitos de Huelva y su balsa de regulación, así como la construcción de la presa Pedro Arco, el desdoblamiento del túnel San Silvestre, el desdoblamiento de sifones 4 y 5 del canal del Piedras en Huelva, el del sifón Odiel, en 2ª fase, y el del sifón por la margen izquierda del Odiel hasta la galería forzada.

¿Qué dicen los científicos sobre Doñana?

Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), intervino esta semana en el pleno extraordinario del Consejo de Participación de Doñana para analizar la Proposición de Ley que pretende regular las zonas de regadíos en las inmediaciones de Doñana, presentada en el Parlamento de Andalucía, y su repercusión sobre el estado de conservación del acuífero de Doñana.  “La explotación actual del acuífero no es sostenible. Se está extrayendo más recurso del que se regenera anualmente mediante la recarga por precipitación, que es variable y decreciente, por lo que se está agotando este recurso natural”, dijo en su intervención.

“Llevo 30 años estudiando y viviendo en la zona, he visto cómo se ha ido deteriorando en función del crecimiento de los invernaderos. Temo que la situación es aún peor porque faltan muchas cosas en el análisis: por ejemplo, no se habla de la degradación de los arroyos, que también son muy importantes porque aportan agua a la marisma, como la Rocina y el Partido, que también han perdido mucho de su caudal por decrecimiento en el nivel freático, que ha reducido en más de la mitad el caudal de los arroyos”, asegura Andrew J. Green, profesor de investigación de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), en declaraciones a Science Media Centre España. 

Según este científico se están reproduciendo problemas como los que afectan al Mar Menor: “Estos cultivos están asociados también a la hipertrofización de las aguas porque buena parte de los abonos que usan acaban contaminando el acuífero. El agua del acuífero está contaminada con muchos nutrientes, muchos nitratos y muchos fosfatos que acaban contaminando esos arroyos y también a la marisma, convirtiendo la marisma de Doñana en un filtro verde, que contamina con esos contaminantes que aportan las aguas”.

Desde los colectivos ecologistas, la situación del ecosistema de Doñana requiere de acción y cambios en el uso agrícola. Desde WWF, organización que fue determinante para salvar Doñana de su desecación durante el franquismo, rechazan la ley anti Doñana y amenazan con elevar a la Comisión Europea y las autoridades internacionales “este nuevo paso que supone una auténtica burla a las autoridades europeas y a la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo. Es injustificable que por razones estrictamente electorales se ponga a Doñana en grave peligro”, denuncia Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.  

Greenpeace reclama la “reducción drástica e inmediata de la cantidad total de agua que se extrae del acuífero de Doñana, la protección y compensación de las personas regantes que sí han estado cumpliendo la ley, el abandono de ensoñaciones hidráulicas faraónicas y la puesta en marcha de un diseño de transición hídrica justa que se adapte a la ganadería, cultivos y uso general del agua de España en una nueva realidad ya evidente: la acentuación de sequías y escasez hídrica en un contexto de cambio climático galopante, especialmente severo en el sur de España”.

Viabilidad de la proposición andaluza para Doñana

La Proposición de Ley de la Junta de Andalucía, según explica Díaz, está consensuada con los técnicos de la Plataforma en Defensa de los Regadíos del Condado. "Es necesaria y viable y no tiene nada que ver con las acusaciones que llegan desde la oposición, que se producen por la confrontación política y no en busca de una solución", indica el presidente de la Plataforma, que considera que la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha mentido en su exposición sobre la situación

Díaz expone su rechazo a la extracción directa del acuífero y condena la explicación de Ribera sobre Doñana: "Queremos el agua en superficie y que se levanten todos los pozos para que el acuífero se pueda reponer. Cuando Ribera dice que el agua viene para Doñana está mintiendo. El acuífero de Doñana no es una vasija que tú la llenas con agua que viene del norte de la provincia en una tubería, el agua viene de los mares de Doñana. Los agricultores levantan todos los pozos y mientras el acuífero se repone naturalmente se riega con agua superficial. Este es el relato real y no el de la vasija que desliza Ribera".

Los regantes recalcan que la Proposición de Ley pretende que las familas recuperen sus tierras para poder cultivar, "pero solo cuando llegue el agua superficial del trasvase que tiene que hacer el Gobierno de España. Por lo tanto, no estamos hablando de ampliación de regadíos, sino de que se reconozca el error histórico de dejar estas hectáreas fuera", en referencia al Plan de la Corona de 2014 que ha estallado ahora.

"Aunque para la sostenibilidad de Doñana el Plan de la Corona es bueno, se ejecutó mal y a partir de una ortofoto de julio. Los 3,5 hectómetros cúbicos necesarios para regar estas 750 hectáreas pueden venir del trasvase, pendiente de ejecutar desde 2018, o de alternativas como el agua regenerada", esgrime Díaz, que pone en valor los 19,99 hectómetros cúbicos del trasvase a la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir y el potencial de las aguas regeneradas de la zona: "Con aguas regeneradas se pueden conseguir 40 hectómetros cúbicos perfejos para regar. Lo que tiene que hacer el Gobierno central es ponerse las pilas y hacer su trabajo para poder llenar el acuífero", concluye.