Cuello de ciervo, corto, recto y musculoso. Corpulencia, cabeza voluminosa con orejas grandes y anchas y un esqueleto recio en el que destacan sus extremidades, angulosas, gruesas y con abundante pelo. Así es el Asno Zamorano-Leonés, el equino que encuentra su hábitat natural en el oeste de la provincia de Zamora y que lucha por conservar su especie después de ser catalogado en peligro de extinción en 1987, hace ahora 36 años.

La llegada de la mecanización a los trabajos agrarios desplazó a este burro capaz de alcanzar los 145 centímetros de cruz a un lugar del que siete décadas después todavía trata de huir. Jesús de Gabriel, secretario técnico de ASZAL (Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamorano-Leonesa), explica en conversación con El Independiente que a partir de 1960 "desaparecieron más de 1.000.000 de cabezas de equinos en un período de apenas diez años".

La población de Asno Zamorano-Leonés cayó hasta el punto de que el Ministerio de Agricultura optó por identificarla en 1980 como una especie de protección Oficial, paso previo al peligro de extinción que marcó siete años después y que todavía se mantiene. "En 1995 nace la Asociación de Ganado Selecto de Raza Zamorano Leonesa (ASZAL), con el apoyo de la Junta de Castilla y León y la Diputación de Zamora, con el objetivo de velar por su pureza, selección y fomento", comenta de Gabriel, que apunta que al mismo tiempo los propietarios de ejemplares de la raza empezaron a recibir una ayuda comunitaria para la conservación la especie.

Según los últimos datos censales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación actualizados el 31 de diciembre de 2022, existen un total de 1.528 asnos zamorano-leoneses, 781 de edad reproductora (654 hembras y 127 machos). "Lo importante es el número de hembras reproductoras. Las cifras muestran que desde nuestro inicio hemos conseguido aumentar el censo pero sobre todo modificar la pirámide poblacional", señala de Gabriel.

Peligros y oportunidades para el Asno Zamorano-Leonés

El secretario técnico de ASZAL apunta a la elevada edad media de los propietarios de explotaciones con este característico burro como uno de las principales amenazas a la supervivencia de la raza: "Nuestros ganaderos tradicionales, que eran los del oeste de la provincia de Zamora, han dejado sus fincas por una cuestión de edad y allí no hay cambio generacional, por lo que buscamos ese relevo en otras comarcas con ganaderos más grandes, no solo en Castilla y León, aunque lo idóneo concentrar las cabezas a la zona de actividad clásica para mantener la constancia, la comunicación, el contacto y las relaciones entre ganaderos", argumenta el miembro de la asociación.

El discurso de de Gabriel alude a que la problemática principal para la supervivencia de la raza coincide con la del medio rural español, por lo que una vez sepultada la utilidad de esta raza asnal en la economía tradicional agraria la vía de subsistencia del Asno Zamorano-Leonés pasa por sus nuevos usos: actividades turísticas, asinoterapia, protección de rebaños frente al lobo o una de las últimas novedades, el ordeño de burras para fabricación de cosméticos, jabones o derivados lácteos como queso y yogurt e incluso comercialización directa de leche.

Asno zamorano-leonés | ASZAL

"Cuantas más posibilidades se abren se generan buenas dinámicas y mientras tanto, la raza sobrevive", destaca de Gabriel, que limita en 20 años la edad reproductiva de las hembras: "Empiezan a cubrirse con 3 años y no paren todos los años. Las burras suelen hacer tres o cuatro partos, las que más hacen son siete partos". 

Desde el año 2003, ASZAL ha trabajado en el desarrollo de cada temporada reproductiva (de marzo a julio) con la realización de un control reproductivo en los puntos donde existe una parada de sementales y con el establecimiento de circuitos de inseminación artificial. De Gabriel subraya que la inseminación artificial "permite disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades venéreas, conocer la calidad de nuestros sementales y facilitar la posibilidad de cubrir burras en zonas donde no se dispone de sementales".

Asimismo, ASZAL cuenta desde 2008 con un Centro de reproducción del Asno Zamorano-Leonés en Santa Croya de Tera (Zamora) para "mejorar la eficiencia reproductiva de las hembras y aumentar el número de nacimientos, abrir nuevas líneas de investigación científica que aseguren la persistencia de la población, conservar y difundir los usos tradicionales del burro en la provincia, desarrollar nuevas perspectivas para la raza y promover actividades de sensibilidad ambiental que involucren a nuestro burro y su medio".