Los sindicatos UGT y CCOO y las organizaciones de empresarios CEOE y Cepyme llegaron el viernes, después de más de un año negociando, a un punto en común sobre el nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). El anterior estaba caducado desde 2020, pero la altísima inflación de 2022 -de media, los precios aumentaron un 8,5% en el conjunto del año, más de lo que nunca lo han hecho en los últimos 36 años- complicaba a los agentes sociales ponerse de acuerdo sobre cuánto deben subir los salarios los próximos cuatro años.

Ese es uno de los aspectos más importantes que debe incluir cada AENC, la hoja de ruta que cada cuatro años acuerdan de forma bipartita las organizaciones sindicales y las empresariales, pero no es el único. También recoge otros aspectos del mercado laboral. Pero, ¿cómo afecta exactamente este pacto a los trabajadores? ¿Qué sucede con los sueldos que ya han sido actualizados? Y, ¿dónde queda el pacto de rentas que el Gobierno promovía?

¿Qué se ha acordado?

El acuerdo recoge una recomendación de subida salarial del "entorno" del 4% en 2023 y del 3% en 2024 y 2025. Además, se recomienda incluir una cláusula de garantía salarial que implique que si los precios aumentan más que esos porcentajes, se sume hasta un 1% más. Por tanto, 2022 se ha quedado atrás, ya que en un principio iba a formar parte del pacto.

La redacción final ha quedado por debajo de lo que pedían los sindicatos, que en su última propuesta plantearon un aumento del 5% para 2022, 4,5% para 2023 y 3,75% en 2024, más una cláusula de revisión salarial en base a la inflación y a la situación económica de las empresas. Al mismo tiempo, está por encima de la revisión acordada con los funcionarios, cuyos sueldos se incrementaron un 3,5% en 2022, y se firmó un aumento del 2,5% para 2023 y del 2% para 2024.

¿Cómo repercute en mi salario?

El AENC es un texto en el que sindicatos y empresarios recogen recomendaciones para sus negociadores de convenios colectivos, pero no es (ni va a ser) una ley, no es un convenio; es solo un marco, una recomendación, una hoja de ruta. Después, los convenios de sector, territoriales o de empresa pueden reflejar esos mismos incrementos u otros, superiores o inferiores, aunque de media suelen quedar en línea con lo establecido en el AENC.

Por ejemplo, en 2018 y 2019 el AENC recomendaba incrementar los sueldos pactados en convenio en torno a un 2% y efectivamente esos años los salarios subieron un 2,08% y 2,33%, respectivamente. En cambio, en 2022, cuando no había recomendación puesto que había caducado en 2020, los salarios crecieron un 3,1%, mientras que la inflación lo hizo un 8,4%.

Así, el incremento salarial solo tendrá efectos cuando se traslade al convenio colectivo que afecte a cada trabajador. Los más perjudicados serán los que hayan conseguido una revisión de su convenio durante los últimos meses, en caso de que los aumentos estén por debajo de lo ahora recomendado, puesto que ya no podrán usar el AENC como medida de presión.

El acuerdo solo abarca 2023-2025: ¿qué pasa con 2022?

Como el anterior AENC caducó en 2020, y durante la pandemia fue imposible alcanzar un acuerdo, en esta ocasión se planteaba que el V AENC abarcase de 2022 a 2024, ya que lo habitual es que comprendan un periodo de cuatro años. Pero finalmente solo incluye subidas salariales durante el periodo 2023-2025, una cesión de los sindicatos a los empresarios que tiene que ver con que acordar incrementos salariales de forma retroactiva es complicado. Hace tan solo unos meses, UGT y CCOO aseguraban que no iban a dejar de lado el año 2022, como ha terminado sucediendo.

¿Y qué sucede con el observatorio de márgenes empresariales?

Buscando desbloquear la negociación, CCOO propuso ligar un incremento adicional de los salarios a los beneficios de las empresas, para lo que pedían que el Gobierno diese a conocer datos de las compañías que ya tiene -de la Agencia Tributaria y Seguridad Social, sobre todo-. Así, los salarios podrían subir más en aquellos sectores en los que las empresas van mejor, todo sustentado en datos objetivos.

El Gobierno guardó silencio al respecto hasta hace unas semanas, cuando Nadia Calviño anunció en Washington que crearían un observatorio de márgenes de las empresas. Sin embargo, por el momento ni desde Moncloa ni desde el Ministerio de Asuntos Económicos han concretado ningún detalle más, y los agentes sociales han preferido adelantarse.

¿Y con el pacto de rentas que promovía el Gobierno?

Desde marzo del año pasado, el Gobierno venía insistiendo en que impulsaría la firma de un pacto de rentas entre los agentes sociales, con el objetivo de controlar la inflación. En ningún momento quedó demasiado claro cómo casaba este plan con la negociación del AENC, puesto que el Ejecutivo se esforzó en señalar que no eran lo mismo, pero a la vez no llegó a presentar ninguna propuesta al respecto.

Sí que insistió en que las siguientes subidas del salario mínimo deberían formar parte del mencionado pacto de rentas, aunque después no se concretó y simplemente el SMI se aumentó hasta los 1.080 euros al mes -en 14 pagas- en enero. Algunas instituciones, como el Banco de España, recomendaron que debería limitarse el incremento de las pensiones más altas también en el marco de dicho pacto, pero el Ejecutivo jamás lo consideró.

Ahora, hace meses que ningún ministro lo menciona, por lo que parece evidente que ha decidido dejarse de lado. Al menos, hasta que no haya signos de que hayamos entrado en un bucle de inflación, los temidos efectos de segunda ronda.