La competitividad es la palabra clave en las estrategias comunes de las empresas europeas. Y así se lo harán saber al Gobierno de España esta semana, antes de que nuestro país asuma la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Desde el Viejo Continente se mira de reojo a la estrategia de Estados Unidos para impulsar la transición ecológica y las compañías con pasaporte europeo reclaman a las instituciones comunitarias un plan a la altura.
Como publicó este periódico, los líderes empresariales europeos se reunirán a finales de esta semana en la sede de la patronal española, en la CEOE, para fijar la postura común que defenderán durante la presidencia europea. Durante el COPRES, el consejo de presidentes de BusinessEurope, la mayor organización empresarial europea, tendrá lugar una reunión con la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. En ella, los empresarios esperan trasladar la importancia de la competitividad durante los próximos meses.
Fuentes próximas a la CEOE lamentan que las empresas europeas y españolas han perdido competitividad a nivel mundial. La pandemia lastró la actividad de la mayoría de sectores y los países tuvieron que sacar músculo económico para apoyar al tejido productivo. Sin embargo, las ayudas fueron desiguales por países y tras la aprobación del Inflation Reduction Act (IRA) por parte de Estados Unidos, las compañías europeas creen que competir con empresas estadounidenses en un mercado global será todavía más complicado.
¿Qué es el IRA?
El IRA es un plan dotado con 400.000 millones de dólares que se destinará a fomentar la transición ecológica. Según datos de CaixaBank Research, más del 60% de la cuantía total irá para el sector energético, el 12% a la industria y otro 12% a la mejora del medioambiente. Desde la división de estudios de la entidad, señalan que “que la principal economía del mundo quiera fomentar la transición ecológica es una buena noticia para el planeta, pero el sesgo proteccionista de los principales subsidios del plan no lo es”.
"No solo buscan apoyar a sus empresas, sino también atraer a empresas de otros países a que se establezcan en Estados Unidos", explica el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres, en conversación con este periódico.
No solo buscan apoyar a sus empresas, sino también atraer a empresas de otros países"
raymond torres, director de coyuntura de funcas
Y es que aquí empiezan los problemas para las empresas europeas. “Para algunas ayudas del IRA, la subvención o crédito fiscal aumenta en caso de que la producción del bien o servicio cumpla con unos criterios de producción doméstica o se den en un país con el que exista un tratado de libre comercio”. Esto último no ocurre con ningún país de la Unión Europea.
Desde Funcas añaden que “la intranquilidad europea no solo responde a la enorme magnitud de las ayudas contempladas en la nueva regulación, sino también a su carácter de ayuda de estado, puesto que discrimina a competidores de fuera de EEUU”. Además, “la UE carece de instrumentos que le permitan habilitar ni la cantidad ni el tipo de recursos con que la IRA faculta a los fabricantes estadounidenses”.
Inversiones energéticas
En materia energética, desde el Real Instituto Elcano calculan que el IRA “puede hacer que la electricidad estadounidense procedente de la energía solar y eólica sea la más barata del mundo entre 2025 y 2030”. Por otra parte, la ley estadounidense aprobada por la administración Biden también incluye bonificaciones para el hidrógeno verde y esto puede tener consecuencias para la Unión Europea. Según la institución, “el apoyo de EEUU al hidrógeno puede afectar las decisiones de inversión en la industria del hidrógeno, desplazando inversiones al otro lado del Atlántico y potencialmente convirtiendo a la UE en importadora de hidrógeno subvencionado”.
Esta es solo una de las consecuencias del IRA, que ya ha sido advertida por empresas españolas. Recientemente, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, criticaba que “EEUU ha aprobado una nueva ley de unas 300 páginas que apuesta decididamente por la descarbonización a través de las inversiones. La administración dota de una cantidad importante si se presentan proyectos que pueden eliminar una gran parte de las emisiones. En Europa no hay incentivos y las leyes constan de 3.000 páginas en el mejor de los casos”.
En esta línea, desde Elcano instan a la Unión Europea a “recalibrar cómo atraer inversiones a la industria europea del hidrógeno, pasando de un apoyo limitado y burocrático a proyectos específicos en un marco regulatorio y taxonómico muy complejo a la creación de un marco de mercado simplificado”.
Autonomía estratégica y geopolítica
El director de coyuntura de Funcas explica que además del IRA hay otros aspectos a tener en cuenta porque la “competitividad se plantea ahora en términos distintos a los que se planteaba hace años”. En este sentido, se refiere a la seguridad y a la autonomía estratégica, algo que ha cobrado más importancia en los últimos años, no solo con la pandemia, sino también con la guerra de Ucrania y el suministro energético. “Es un tema del que se habla en foros, en charlas, pero que no se ha plasmado en una política concreta”, comenta Torres.
Por ello, invita a los empresarios a que “formulen propuestas” que aterricen el concepto de autonomía estratégica y que se haga a nivel paneuropeo. “Hay respuestas nacionales, como es el caso de Alemania, que tiene margen fiscal, pero eso no ocurre en España”, añade.
Torres también menciona el nuevo escenario geopolítico como uno de los factores que ha llevado al debate de la competitividad a otro nivel. “La tensión entre los bloques de China y Estados Unidos ha llevado a que la lógica de la Organización Mundial del Comercio no funcione en este momento”, explica. “Europa ha jugado al multilateralismo pero China nunca jugó al mismo juego”, añade.
En esta línea, desde Elcano también apuntan a la industria del automóvil como una de las afectadas por la norma de EEUU. “La IRA prohíbe la aplicación del crédito fiscal si alguno de los componentes de la batería es fabricado o ensamblado por una foreign entity of concern (léase: China) a partir de 2024, y excluye todos los vehículos cuya batería contenga minerales críticos extraídos, procesados o reciclados por estas entidades a partir de 2025”, recogen. Teniendo en cuenta este factor, la industria europea no sólo no cuenta con los incentivos estadounidenses, sino que mantiene la dependencia de la materia prima china.
Cuatro líneas de trabajo
Ante este escenario, desde la CEOE plantean que bajo la presidencia española se trabaje en cuatro líneas: la búsqueda de una menor presión regulatoria, un mercado interior más resiliente y sostenible; la consolidación de un entorno económico y fiscal estable y el impulso a la competitividad de ecosistemas empresariales clave.
El tema de la legislación es “recurrente” entre el sector empresarial, según el economista de Funcas. La clave, considera Torres, es la “previsibilidad de la legislación”, sobre todo en un entorno de incertidumbre. De lo contrario, advierte, se podrían crear desincentivos a la inversión, especialmente en términos de transición ecológica y modelos medioambientales.
Como respuesta a la ley estadounidense, desde Funcas plantean también que “la culminación de la unión de mercados de capitales europeos podría jugar un importante papel a la hora de robustecer la transición climática del Viejo Continente”. “A la hora de igualar el potencial empresarial y tecnológico estadounidense, un mercado de capitales más amplio y profundo puede tener más relevancia para Europa que los meros incentivos que buscan cambiar modelos de consumo e inversión; la puesta en marcha de la IRA estadounidense puede convertirse en un revulsivo, y junto con el gasto ya comprometido a través de planes como Next Generation EU y REPower EU, el mercado único de capitales puede facilitar la transición europea hacia una economía poscarbono”, resumen.
“La posición y el compromiso que adopte la UE en este conjunto de cuestiones marcarán profundamente el lugar de la UE en el orden mundial emergente: una oportunidad que España, y Europa, no pueden desaprovechar”, escribe el investigador de Elcano Pau Ruiz.
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