128 barcos europeos, 93 de ellos españoles, tendrán que abandonar aguas africanas el 17 de julio. El acuerdo pesquero entre la Unión Europea (UE) y Marruecos expirará seis días antes de las elecciones electorales del 23-j en España y obligará a que las flotas comunitarias dejen de explotar indefinidamente los recursos de la zona. Aunque las embarcaciones españolas son mayoría, el impacto será especialmente notable en territorios como Letonia, Lituania, Holanda y Polonia, países con tradición de pesca de especies pelágicas y que carecen de alternativa; sin embargo, las consecuencias de la ruptura del acuerdo, "como hemos visto en otras ocasiones", pueden repercutir en una mayor dificultad para España en "el control de tráfico de drogas, inmigración y terrorismo".

Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche, asegura en conversación con El Independiente que la situación actual dista mucho de otras ocasiones en las que ha finalizado el acuerdo: "Una vez había licencias para 350 barcos, ahora 128. Aquello que fue un drama para muchos porque se quedaron sin alternativa y se tuvieron que desguazar un montón de barcos". Garat señala que "en la práctica no se van a notar los cambios" porque, en circunstancias normales, los barcos andaluces seguirán pescando en el Golfo de Cádiz, mientras que los gallegos, que continuarán con el trato con Mauritania, pueden ser los más perjudicados al tener menos opciones para decidir en cada momento la estrategia a seguir y el caladero al que ir. Los canarios seguirán su actividad en sus aguas.

El portavoz de Cepesca insiste que los barcos de los Lituiania, Holanda y compañía son los más afectados y destaca el especial carácter del acuerdo: "Marruecos es nuestro vecino y nuestro aliado, con el que tenemos que llevarnos bien. Clave para el control del terrorismo, la inmigración ilegal o el tráfico de drogas por ser el país frontera de África con Europa. Lo que hemos visto en otras ocasiones es que cuando existen problemas con el acuerdo pesquero, en este caso derivado de una sentencia del tribunal europeo, suele haber repercusiones".

El acuerdo ahora a punto de morir dota de 52 millones de euros a Rabat por las 128 licencias de pesca para buques europeos, 92 de ellos españoles; 47 con puerto en Andalucía, 38 en Canarias y siete en Galicia. La aparición de un nuevo trato se ha desvanecido por el momento debido al fallo de septiembre de 2021 del Tribunal General de la UE, que declaró nulo el acuerdo alegando que se había pactado sin el consentimiento del pueblo saharaui y de su representante, el Frente Polisario, en violación del derecho internacional.

El Tribunal de Justicia de la UE dirime su decisión final a raíz del recurso presentado por el Consejo de la UE en diciembre de 2021. Fuentes de la representación legal del Polisario consultadas por este diario consideran que el veredicto podría producirse hacia finales de año. "La situación es clara. Si se excluyen las aguas del Sáhara de Marruecos nos podemos olvidar del acuerdo; en cambio, sí se incluyen, lo más probable es que se produzca una negociación rápida entre UE y Marruecos", apunta Garat.

Un problema más político que pesquero para España

Garat recalca las peculiaridades del protocolo de pesca UE-Marruecos de los últimos cuatro años: "A la mitad nos pilló el Covid, con lo cual los barcos han estado prácticamente dos años sin poder ir. Luego la invasión de Rusia en Ucrania, que disparó los costes de explotación en general y en particular del gasóleo, por lo que muchos barcos se pensaran dos veces ir a Marruecos".

Estas circunstancias que han influido de manera determinante en Occidente, han trastocado las prácticas de pesca habituales de los europeos en el norte de África. Los barcos españoles prácticamente han dejado la zona, mientras que las flotas holandesas, polacas, lituana y nórdicos se han destacado como "los que más aprovechan el acuerdo y los que más beneficiados salen con él". Garat indica que estos países trasladan "barcos muy grandes que pescan en gran cantidad y que representan en torno al 90% de los ingresos que se obtienen por el acuerdo".

El secretario general de Cepesca y presidente de Europêche incide en que la retirada de los barcos comunitarios en Marruecos "sería una gran faena porque se perderían derechos históricos que se han adquirido hace muchos años y que, aunque con las circunstancias en este protocolo se hayan utilizado menos, son posibilidades de pesca que están ahí y dan más margen de maniobra es mejor".

Además, Garat explica que la importancia del acuerdo trasciende más allá del intercambio económico. "El dinero no tiene nada que ver. El componente importante es el Sáhara Occidental. La contraprestación europea no es solo para acceder al recurso, sino que tiene un papel de apoyo sectorial para mejorar la situación de las flotas locales, sus sistemas de inspección y control, las infraestructuras… hay un componente especial de ayuda para el desarrollo económico del Sáhara. El problema es que de un lado están los marroquíes y del otro el Frente Polisario.. Según los últimos, ellos no se han beneficiado de nada esto. Lo que decida el tribunal será lo que marcará nuestro futuro", afrima el dirigente.

Ante la negativa a la opción del norte de África, cabe la posibilidad de que algunos barcos españoles tengan que interrupir su actividad. En ese caso, Garat reclama ayudas económicas que llegarían del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca y que gestionaría Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que encabeza Luis Planas. El propio ministro ha garantizado que pescadores y armadores serán apoyados por el Gobierno de España en ese caso. "Todavía no tenemos detalles, aunque estamos en conversaciones con el Ministerio para saber su plan para después del 17 de julio", concluye Garat.