Los datos de Eurostat publicados este jueves han mostrado que la zona euro ha entrado en recesión técnica, tras registrar su PIB dos caídas consecutivas en el cuarto trimestre de 2022 y en el primero de 2023. Ambos retrocesos de la actividad han sido mínimos, del 0,1% en ambos casos, pero es suficiente para que se considere recesión, que se define como la contracción del producto interior bruto (PIB) durante dos trimestres seguidos.

Así, aunque se trata de la más leve de todas las recesiones técnicas posibles, los datos deslucen el buen comportamiento del que la economía europea venía presumiendo en comparación con otras potencias, y pese al fuerte golpe de los precios de la energía y del conjunto de la cesta de la compra provocado por la guerra de Ucrania. Además, es la primera recesión registrada en los países del euro desde principios de 2020, por la pandemia del coronavirus.

La media europea se ha visto arrastrada por contracciones como las de Irlanda (-4,6%), Lituania (-2,1%), Países Bajos (-0,7%) y Estonia (-0,6%). Aunque el más llamativo es el caso de Alemania, que tras la revisión de datos de Eurostat ha registrado una caída de su PIB del 0,3% entre enero y marzo y del 0,5% en el último trimestre de 2022. En un primer momento, la recesión se había dado por superada a la vista de las cifras preliminares del instituto estadístico europeo, que mostraban que la economía alemana no había crecido ni caído (0%) en el primer trimestre, pero ahora han sido revisados.

Con el cambio, la economía de la eurozona ha pasado de crecer un 0,1% a caer 0,1% en el primer trimestre, y eso se suma a caída de también un 0,1% entre octubre y diciembre. Sin embargo, la Comisión Europea ha restado importancia a los datos señalando que la "leve" contracción durante los meses de invierno ha sido ya "absorbida" al mismo tiempo que la economía ha seguido "creando empleo", lo que prueba la resiliencia del club europeo. Y ha recordado que el Ejecutivo comunitario prevé que la zona euro crezca un 1,1% en el conjunto de este año.

Es cierto que las mayores economías de la zona euro han mostrado un buen comportamiento salvo por el caso de Alemania, y que las previsiones macroeconómicas descartan por el momento que la situación de recesión se alargue en el tiempo. Este primer trimestre, Italia ha crecido un 0,6%, España un 0,5% y Francia un 0,2%. Y para el conjunto del año las grandes instituciones auguran un crecimiento sostenido, aunque sea inferior al del pasado año.

Las previsiones de los grandes organismos

Por el momento, las instituciones que realizan análisis macroeconómicos descartan que la recesión se prolongue, apuntando a que este 2023 la economía de la zona euro avanzará alrededor de un 1%. Así las previsiones de la OCDE, que se han publicado esta semana, apuntan a un avance del 0,9%; las del FMI hablan de un avance del 0,8% y las de la Comisión Europea pronostican un crecimiento del 1,1%, en este caso 0,8 puntos más de lo que recogían sus previsiones de otoño.

De cara a 2024, la perspectiva es muy similar, con un crecimiento estimado de alrededor del 1,5% para el conjunto de la zona euro -OCDE, +1,5%; FMI, 1,4%; Comisión Europea, 1,6%-. En el caso de Alemania, los mismos organismos prevén que quede en situación de estanflación este año, con previsiones que apuntan o bien a que quede en el 0%, o a que caiga o crezca tan solo una décima. Sin embargo, de cara a 2024 entienden que la situación mejorará y por eso señalan que la economía alemana crecerá entonces alrededor de un 1,3%.

Sucede lo mismo en el caso de España: por el momento se descarta la recesión, previéndose crecimientos de entre el 1,5% y el 2%. La última en actualizar previsiones ha sido la OCDE, que ha ajustado su pronóstico al mismo nivel que el del Gobierno, esto es, al 2,1%. La Comisión Europea espera que el país crezca dos décimas menos, un 1,9%, lo mismo que la AIReF. El Banco de España tiene previsto mejorar su pronóstico pronto, pero en marzo apuntaba a un 1,6%.