A las puertas de unas elecciones generales, las promesas de importantes desembolsos para mejorar la vida de los jóvenes brillan por su ausencia. Mientras, el Ejecutivo ha empleado 16.000 millones este año en subir las pensiones en línea con el IPC medio de 2022 (8,5%), una medida que ningún partido ha planteado revertir pese a las llamadas de atención de organismos como el Banco de España, que pidió limitar al menos el incremento de las más altas.
En un momento en el que la edad de emancipación se ha retrasado hasta los 30 años por los altos precios de la vivienda y la combinación de bajos sueldos más el fuerte paro juvenil -ahora en el 29%-, el economista José Ignacio Conde-Ruiz publica junto a su hija universitaria Carlotta Conde La juventud atracada. Cómo un electorado envejecido cercena el futuro de los jóvenes (Atalaya).
En él, el también catedrático, profesor de la Complutense y subdirector de Fedea alerta sobre el riesgo que supone para el conjunto de los españoles que las políticas públicas se orienten masivamente hacia los jubilados a raíz del envejecimiento de la población. Y también sobre cómo la mejor garantía para un sistema de pensiones estable es mantener en el país a unos jóvenes que puedan pagarlas.
Pregunta.- Sorprende leer a un economista sobre lucha intergeneracional sin decir que los jóvenes de ahora son unos desinteresados y vagos que protestan demasiado pese a vivir mucho mejor que las generaciones anteriores. ¿Esto le viene de haber tenido una hija?
Respuesta.- Analizo desde hace mucho la justicia intergeneracional, lo que está pasando en el mundo, porque tengo tres hijas y estoy en contacto con los jóvenes en la universidad, donde doy clase. Allí mis estudiantes siempre tienen 20 años, y veo que cada generación que llega es mejor: hablan mejor inglés, hacen mejores preguntas, tienen más acceso a nuevas tecnologías. Por otro lado, observo que las reformas de pensiones no se hacen pensando en los jóvenes y veo en qué se gastan los recursos, y me encuentro en paralelo con que gente de mi generación que dice que los jóvenes son unos consentidos, que nosotros lo tuvimos más difícil. Eso es mentira, y es lo que me ha empujado a escribir el libro.
P.- En ‘La juventud atracada’ desmonta la supuesta falta de interés de los jóvenes por la política y su supuesta tendencia abstencionista.
R.- Los jóvenes siempre han votado menos. Pero eso pasa en todo el mundo, y siempre ha sido así, no tienen las preferencias bien formadas, no tienen el hábito del voto, a muchos les cuesta elegir a quién votar. Pero al mismo tiempo participan más en otras cosas. Los temas de salud mental han conseguido meterse en agenda gracias a los jóvenes, el cambio climático también, e igual con el tema del género. Siempre consiguen cosas por otras vías, pero el problema es que aunque el 100% de los jóvenes votara, seguirían siendo una minoría.
P.- En el libro muestra cómo en los 70 el 35% de los votantes eran menores de 34 años y los mayores de 65 representaban solo el 15%, mientras que ahora es al revés. ¿Por qué es preocupante, y cómo perjudica eso a los jóvenes?
Mientras el gasto en pensiones ha aumentado cinco puntos, el de educación se ha reducido”
R.- Los jóvenes ahora son el 21% de los votantes. Y eso que solo estamos empezando el envejecimiento, que es lo que más me preocupa. ¿Por qué? Porque mientras el gasto en pensiones aumenta en cinco puntos de PIB, el de educación con todos los problemas de resultados que tenemos se ha reducido. Pero tendría que estar ampliándose, porque tienes que competir con toda esa tecnología que llega, y con el gasto de otros países. Ahora todo el mundo quiere hablar del tema de la vivienda, pero ¿cuánto dónde está el dinero que [el Gobierno] inviertes vivienda? Antes era el 1% del PIB y ahora es el 0,5%, y casi todo es rehabilitación. Si eso lo hubieras invertido en casas para el alquiler, ahora tendríamos un parque de vivienda pública de más de 2,5 millones de casas.
P.- La tesis principal del libro es que el envejecimiento de la población lleva a que los mayores sean más interesantes en términos electorales que los jóvenes. Pero ahora PP y Podemos acaban de ligar las pensiones al IPC y no lo van a tener fácil para revalidar el Gobierno.
R.- Se ha decidido subir todas las pensiones un 8,5%, el equivalente a aumentar para siempre el 18% el actual gasto en sanidad, o el de educación un 29%. Se tomó una decisión de este calibre sin debate público, y nadie generó ningún conflicto. Esa es la prueba de que nadie se atreve a tocarlo. No soy politólogo, pero seguramente lo que apuntan las encuestas tiene que ver con que la alternativa propone hacer la mismas políticas. La alternativa no dice que va a bajar las pensiones, si lo dijera, te aseguro que no estaríamos viendo este resultado. Todo el mundo sabe que la condición necesaria para ganar unas elecciones es priorizar el gasto en pensiones y no subir los impuestos, y eso es algo que lo hacen todos.
La condición necesaria para ganar unas elecciones es priorizar el gasto en pensiones y no subir los impuestos”
P.- La solución a este desequilibrio generacional, ¿es bajar la edad legal para votar?
R.- Nunca vas a conseguir contrarrestar la demografía, porque el envejecimiento es brutal. Que ojo, es una buenísima noticia. Pero hay que empoderar un poco más a los jóvenes, y yo no entiendo por qué una persona joven a los 16 años tiene responsabilidad para trabajar y muchas otras cosas, pero que consideren que no está preparado para votar. ¡Ni que la gente mayor votase mejor que los jóvenes! De hecho, tenemos ejemplos de que los jóvenes votan de una manera mucho más razonable que los mayores, porque miran a largo plazo, y no a corto plazo, y ahí el ejemplo más paradigmático es el Brexit. A mí se me ocurren varias cosas: bajar la edad de voto a los 16 es una cosa obvia, pero quizá también se podría valorar la posibilidad de hacer el voto obligatorio, porque cuanto más consigan empoderarse los jóvenes, más los van a tener en cuenta los políticos.
P.- ¿Y limitar el voto a los mayores, de alguna manera?
R.- Tampoco me parece lógico. La solución es que la generación boomer y parte de la X voten a partidos políticos que se preocupen por los jóvenes. Pasa porque nos demos cuenta que esto no tiene ningún sentido, que nos suban la pensión un 8,5% está muy bien, pero ¿qué estás haciendo con educación? ¿No la estás subiendo un 8,5%? Pues entonces no te voy a votar. Pero para esto tiene que cambiar mucho la sociedad. Me fastidia muchísimo cómo cuando hay el más mínimo atisbo de que las pensiones no se van a subir se montan manifestaciones de jubilados por las calles, y en cambio se publican los resultados de PISA diciendo que el sistema educativo está registrando unos resultados muy inferiores al país que nos corresponden y esos mismos jubilados no se manifiestan. ¡Manifestaos por las dos cosas! ¡Hazlo por tus hijos! ¿Por qué esa solidaridad no existe cuando se vota? La gente no entiende que yo tendría que ser el primer interesado por que tu educación sea la mejor, para que tú tengas mejor salario y me pagues mejor mi pensión. Cuantos más seáis y más productivos seáis, más fácil vais a pagar mi pensión y por tanto mi pensión va a estar más segura. Por eso tenemos que pensar un poco más en ellos.
P.- Usted cree que para sostener el sistema de pensiones es importante no exigir demasiado a los jóvenes, porque pueden emigrar a otros países donde las cotizaciones sean más bajas. ¿Ve probable que esto suceda tras la actual reforma?
R.- No va a suceder porque el sistema de pensiones actual se va a reformar. Antes o después verán que esto de subir las cotizaciones es piedra sobre tu propio tejado, porque es todo menos equidad intergeneracional. La subida de las cotizaciones planteada es un impuesto que no da derecho a más pensión. Y los jóvenes votan con los pies: si les generas un entorno económico en el que no se puedan desarrollar, se van a ir. Ahora en Alemania te dan una renta de emancipación. Cuando yo era joven, aunque me pagaran el doble en otro país ni me pensaba irme, ahora es muy distinto.
P.- Volviendo a la vivienda, ¿qué hay que hacer para mejorar el acceso de los jóvenes a las casas?
R.- Construir más vivienda pública de alquiler. O incluso imponer una regla fiscal para eso. Imagínate qué pasaría si por cada euro extra adicional que va a los mayores los políticos se comprometieron a emplear un euro más en los jóvenes. En partidas dirigidas a mejorar la productividad, al cambio climático. El tema de la vivienda es muy significativo porque demuestra que los jóvenes ahora lo tienen peor que la generación anterior. Ahora invierten una parte muy superior del salario en pago de la vivienda, pero es que además lo que está ocurriendo ahora es que el mayor crecimiento se produce en ciudades, que tiene que ver con que ahí es donde está el trabajo y ahí la vivienda es más cara.
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