El Banco de España cree que el mercado de trabajo nacional sí presenta un problema de falta de mano de obra, que además podría estar limitando la capacidad de inversión de las empresas que no están siendo capaces de atraer a empleados. Al contrario de lo que opina el Ministerio de Trabajo, que considera que el número de vacantes en España es "irrelevante" -alrededor de 140.000 puestos de trabajo estructurales que no consiguen cubrirse, según el INE-, el supervisor bancario ha constatado este lunes que el mercado laboral está "muy tensionado", sobre todo en la agricultura, la hostelería y la construcción.
Así se recoge en la encuesta que realiza el propio Banco a las empresas (EBAE, por sus siglas), que apunta a que alrededor de un 50% de las empresas de la agricultura, la hostelería y la construcción estarían teniendo serios problemas para conseguir empleados, pero que no serían los únicos sectores. Cerca del 40% de las compañías españolas de los sectores de informática y comunicaciones y de las actividades profesionales científicas y técnicas también estarían experimentando las mismas dificultades, y de forma similar estaría sucediendo con más del 30% de las empresas de industria y energía y del transporte, así como con alrededor de un 28% de las empresas de comercio y actividades administrativas.
Es por eso que el supervisor no comparte la posición del Ministerio de Trabajo, quien hace unas semanas valoró que los puestos de trabajo vacantes ni son tantos como parece, ni son difíciles de cubrir. Justificaba esa afirmación en varios datos. En primer lugar, en que España tiene la segunda tasa de vacantes más baja de la UE, del 0,9% sobre el conjunto de la población activa -en edad de trabajar-, mientras que la media de la UE es del 3%. En segundo, señalaban que la mitad de estos puestos vacantes se demandan en el sector público, por lo que los empleos sin cubrir de la empresa privada están muy por debajo de la cifra "oficial".
"Si alguien plantea que con más de 20 millones de ocupados 140.000 vacantes son muchas, tiene un problema de comprensión numérica", señalaron fuentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social. "En España no existe ningún problema con las vacantes. Y esto [el número de puestos sin cubrir] no se soluciona abriendo la contratación en origen", fueron claros.
El Banco no ha entrado en si considera que acudir a otros países a buscar empleados para esos puestos libres es necesario o por el contrario "podría tener una repercusión negativa en el mercado de trabajo", como sí señalaron en Trabajo en referencia a la aún alta cifra de parados (2,7 millones), en línea con lo que también ha expresado en diferentes ocasiones UGT. "No lo vamos a permitir con tres millones de parados", dijo su secretario general en referencia a la contratación de trabajadores en origen.
A menos trabajadores, mejores salarios
La buena noticia de esta falta de mano de obra es que los salarios están creciendo en los sectores afectados. "Por ramas de actividad, los incrementos salariales pactados para 2023 tienden a ser más elevados en aquellas en las que se observa una mayor escasez de trabajadores (aproximada por la tasa de vacantes), tales como las actividades de información y comunicaciones, y las actividades profesionales, científicas y técnicas", reza el informe.
De este modo, apunta que el incremento salarial en estos dos sectores estaría ligeramente por encima del 3,5%, mientras que el aumento salarial medio pactado para 2023 se sitúa en el 3,3% -algo por encima del 2,8% pactado el año pasado-. De manera similar, los sueldos en las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento están aumentando un 4% y en hostelería lo hacen un 3,5%. Sin embargo, los trabajadores de los suministros de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado solo están viendo subir sus sueldos un 2% y los de actividades inmobiliarias y los de las industrias extractivas, menos de un 2,5%.
Un PIB impulsado por los bajos salarios
Aunque parezca paradójico, ese moderado incremento salarial está impulsando la competitividad de la economía española frente al resto de países del euro, puesto que sus menores costes laborales hacen que resulte más atractivo tanto para el turismo extranjero como para la inversión. En consecuencia, el Banco de España apunta a que alrededor de tres cuartas partes del crecimiento del PIB español este año se deberá al impulso de las exportaciones -como ya sucedió el año pasado-, en un momento en el que el consumo se está viendo afectado por el endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo.
Las fuertes subidas de tipos de interés ya están llevando a que la financiación bancaria sea más cara, a que se endurezcan los criterios para conceder préstamos y a que las pymes tengan mayores dificultades para acceder al crédito, lo que inevitablemente conduce a un frenazo de la actividad económica -que, por otro lado, es lo que se busca con las subidas de los tipos de interés, para contener la inflación limitando el consumo-. Aun así, el supervisor cree que el próximo año el consumo se recuperará del parón de este año para volver a ser el principal motor del crecimiento.
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