La deuda pública está ofreciendo rentabilidades por encima del 3%. Porcentajes no vistos desde hace más de una década, que han hecho que los pequeños inversores o ahorradores vean este producto como una buena opción para sacar algo de rentabilidad a su dinero, a falta de remuneración por parte de los bancos. La deuda soberana es un producto con poco riesgo en el que confían los ahorradores más conservadores. Y no solo ellos. También ven una oportunidad los bancos. De hecho, las entidades españolas han aumentado un 19,4% su deuda soberana en un año.
Los bancos españoles poseen un volumen de deuda soberana de 176.537 millones de euros, según los datos del Tesoro del mes de marzo. La cuantía supone 28.684 millones de euros más que hace un año. Además, esta cifra supone el nivel más elevado desde 2016, cuando se situó en 170.244 millones. El sector financiero español empezó a recuperar su inversión en deuda pública a partir de 2020, en una tendencia que se ha consolidado este año, aunque empezó ya en 2022, pero registró una pequeña caída en diciembre.
La subida de tipos interés por parte del Banco Central Europeo hacen más atractiva la compra de bonos y letras del estado. Además, este aumento de la deuda soberana por parte de los bancos coincide con que el BCE está dejando de comprar deuda. No obstante, hace casi un año, cuando comenzó con la subida de tipos, la presidenta del supervisor, Christine Lagarde, dejó claro que harían lo que fuera para que la política monetaria se transmitiera de forma correcta a todos los países.
La última vez que los bancos españoles tenían tanta deuda soberana fue en años de crisis en la zona euro (2014-2015-2016). En 2011, las entidades engordaron su cartera de bonos a un ritmo vertiginoso, un ritmo también difícil de igualar. Aunque en 2022 y en el primer trimestre de 2023 se ha visto un renovado interés. Para la banca, la tenencia de deuda tiene el beneficio de contribuir a elevar los ingresos en el margen de intermediación gracias al pago de cupón de esos títulos. Esta ventaja se añade a la que ya suponen los mayores márgenes en los créditos que está trayendo la subida de tipos de interés y en especial del euríbor.
Con todo este aumento, los bancos poseen el 13,8% de la deuda soberana total. El Banco Central Europeo tiene el 32,48%, que se ha ido reduciendo desde el máximo del mes de julio de 2022, cuando suponía el 34,20%.
El equipo de Accuracy explica que a las TIRs actuales, los bonos soberanos son muy atractivos. Además, “al no tener requerimientos de capital regulatorio son una alternativa de inversión obvia”. Sin embargo, este punto es el que podría cambiar. Según publicó El Confidencial, el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) llevan varios meses analizando a fondo las carteras de deuda pública a vencimiento de las entidades. Este análisis podría implicar la imposición de cambios en los bancos que podrían suponer recargos de capital.
La crisis del Silicon Valley Bank, que tras la fuga de miles de millones de depósitos tuvo que vender deuda soberana con pérdidas para poder responder a los depositantes, ha puesto en preaviso a los supervisores. No obstante, los analistas de Accuracy explican que el supervisor europeo ya vigila este punto desde antes de la crisis del SVB. Víctor Alvargonzález, de la firma de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance, señala que los bancos tienen minusvalías muy importantes por haber estado comprando deuda en un momento totalmente inadecuado, incluso con tipos de interés negativos. “Esos bonos a valor de mercado valen mucho menos de lo que les costaron y si tuvieran que venderlos para hacer frente a una salida de dinero - por ejemplo por retirada de depósitos - sería un problema muy grave para el sector”, asegura el experto.
Alvargonzález explica que el BCE está realizando pruebas en este sentido, porque además saben que a más suban ellos los tipos de interés, “más probabilidades de que empeore el problema, tanto en su vertiente de salida de dinero de los depósitos- en búsqueda de rentabilidad, irónicamente precisamente en letras del tesoro y fondos monetarios -, como en lo referente a ampliar las pérdidas en el valor de los bonos que tienen los bancos en el balance”.
El experto de Nextep Finance asegura que lo que se compró hace unos años “fue un terrible error de estrategia, que ahora supone un lastre en forma de minusvalías no realizadas” e incluso añade que en algunos casos deberán ser provisionadas, actualmente “la compra de bonos tiene una justificación estratégica, en base a las plusvalías que puede generar una futura bajada de los tipos de interés en el mercado”.
La deuda soberana no desaparecerá de la cartera de los bancos españoles, tal y como aseguran desde Accuracy, aunque matizan que se podría reducir en función de cambios regulatorios que penalizasen este tipo de inversión, pero lo ven “poco probable”. Alvargonzález explica que lo lógico es que esperen a que mejore la situación del mercado, lo cual se producirá cuando baje más la inflación y el BCE detenga la subida de tipos. “En ese momento subirá el precio de los bonos y podrán vender con pérdidas menores o incluso sin pérdidas”, puntualiza.
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